ELLAEstaba parada frente a la puerta mientras revisaba los mensajes finales del Rey, cuando escucho a la distancia en los pasillos una peleas.-¿Pero qué demonios? - guardé el móvil en la bolsa de la cazadora y abrí las puertas de mi sala privada. Afuera, al final del pasillo, dos de los guardias Aski forcejeaban con Damian. Parecía fuera de sí, llevaba el traje desordenado y no llevaba corbata.-¡CAMELLIA! - grito histérico cuando me vio parada en la puerta. Me sobresalte, ¿Qué está pasando?, pensé. Zhara apareció a mi lado agitada y salió al encuentro de Damian.-¡Cálmese señor Damian! - la vi intentando a toda costa mantenerlo calmado, pero tenía los ojos desorbitados y enrojecidos.-¡Apártate criada! - grito mientras aventó a la pequeña Zhara a un lado. - ¿Con quién has estado?, ¿Porque no me respondes los mensajes y llamadas?, ¿Acaso crees que ... .acaso crees que……? - y entonces lo entendí.¿Estaba drogado?, venía a mis aposentos a hacer un escándalo; pero que ridículo. Había
ELLAEstaba quitándome las botas, no dejaba de pensar en la infinidad de cosas que podían salir mal ahora que había dejado libre a Damian. Me imagine la lluvia de quejas que estaban esperando por mi; el móvil que usaba en mi oficina no dejaba de sonar, el teléfono fijo de mi oficina tampoco. Me dejé caer en la cama aun con una bota puesta, había pasado todo el día en el hostal trabajando desde un cómodo espacio en la terraza. Escuchaba las voces al final del pasillo, discutiendo sobre porqué no recibía a nadie y no respondía las llamadas.Las puertas se abrieron de golpe y levanté la cabeza de la cama, ¿quien se había atrevido a irrumpir en mis aposentos?-¡Señora! - y ahí estaba, como un torbellino la pequeña Zhara. Cerró la puerta, recargándose en ella para bloquearla con los brazos extendidos. - Alla afuera esta el señor Damian….- Sus ojos abiertos por el temor, mientras que yo seguía tirada en la cama; me puse en pie sin un zapato y caminé hacia ella. Solo me había quitado la ca
ELLANo me importaba nada, estaba atrapada en este bucle de sufrimiento. Pero este macho, me hacía sentir cosas que había olvidado; me recordaba a mis padres, ese amor que se profesaban casi rayando en devoción. Y ese beso.Estaba hambriento y sin control. Sus manos me sujetaban firmemente el cuello para impedir moverme, estaba asfixiandome con ese beso tan voraz.Después de Damian, su familia, los problemas de dinero y las investigaciones; estaba sola. No había nadie a quien recurrir, nadie que caliente mi cama o mi cuerpo; mis padres habían creado un estándar demasiado alto para cumplir; pero sabía que existía alguien allá afuera esperando por mi como yo esperaba por él.Quizás nunca lo encontraría, esto era lo más cercano a ese sueño.Y di un salto de confianza.Le correspondi al beso con la misma fuerza, abrí la boca y él metió su lengua profundamente, explorando todo mi interior; gemí en lo profundo. “Su sabor, padre de la sangre. Su sabor, es mi sabor favorito”.Pase mis dedos
ELNo bastaba con todo lo que pasaba, había recibido a los SilverFang para actualizarme con las investigaciones de la manada MoonShine y de Britany. Maldita sea esa mujer, solo me ha causado problemas desde que apareció en mi puerta.Me frote las sien; con el dolor de cabeza apenas empezando detrás de mis ojos. Y en las últimas horas había escuchado a los SilverFang y a Leo discutir solo dos temas; la manada MoonShine y las adquisiciones de los nuevos equipos de telecomunicaciones. Estaba arto de oirlos.No sabía porqué estaba tan irritable, normalmente el trabajo me mantiene distraído. Al menos aquí no tengo encima a las secretarias que les gusta dar mamadas.Lo habían intentado un par de veces por insistencia de Samuel.Solo para mantener las apariencias y no recibir la presión por no estar casado y con cachorros propios. Estaba harto, quería salir de aquí a desahogarme. Cuando el móvil vibró, aproveche la oportunidad para dejar hablando a estos idiotas.Era un mensaje de Camellia;
ELLANo dejaba de verlo a los ojos, sentía la boca seca, pasaba la mirada de sus hermosos ojos glacial a su labios. Los imaginaba sobre mi cuello bebiendo profundamente. Me incomodaba la sensación de los pezones duros sobre la seda del vestido. No quería que nadie me viera así.Pero me mantuve firme, ocultando lo mejor que pude mis pezones endurecidos.-¿Me permites presentarte a mi gente de confianza?- Lo vi moviendo la cabeza, su expresión fiera me excito aun mas; no era una presa; era un cazador. Me pase la lengua por los labios secos y sus ojos brillaron; expectante por el deseo, la furia y la cacería.Extendió ambas manos hacia mí, me ayudó a ponerme en pie; mire sus manos. Enormes, gruesas y callosas.-Sus manos ... .- levanté la mirada hacia él. Recordé sus dedos ensangrentados dentro de mi boca y el fuego en su mirada azul ardió aún más fuerte.Inale profundamente y retuve el aliento, solté sus manos; extendí la mano hacia Zhara.-Zhara de la Casa Kushim, mi doncella personal
ELCuando la vi desplomarse entre en pánico total, derribe al guardia y alcancé a tomarla en brazos. Su cuerpo estaba oculto entre el enorme saco del guardia.Cuando por fin me deshice del saco, enloqueci; apenas la reconocí, había sangre corriendo por sus mejillas y en la comisura de sus labios. Mis manos sentían la humedad en su piel, estaba sangrando también. Las heridas en sus brazos la reconocí, los mismos signos escritos en la carta que dejó Lilia en mi casa.-¿Qué es esto?, ¡¿QUE PASA?!...- La sujetaba fuerte contra mi pecho pero su cuerpo parecía perder tamaño. “¡Que m****a pasa!” pensé aterrorizado.-¿Qué le hiciste? - Leo me preguntó con veneno, mientras intentaba arrancarme su cuerpo de entre mis brazos.Pude ver a los guardias de Camellia peleando por separarme de ella; los SilverFang y Leo junto con Maxim jalaban de mis brazos para poder liberarla. Y tiraron con fuerza.Vi a Sergei llevarse en brazos a Camellia mientras yo insultaba y luchaba para liberarme.-¡CÁLMESE!..
ELSu habitación tenía un espacio amplio, todo lucía pulcro y ordenado. Tenía un estilo muy clásico pero nada ostentoso, Pero su cambiador era otra historia. Vi la armadura en el espacio entre el tocador y el muro, iluminado desde el techo dándole una apariencia única, “Sin duda está orgullosa de esa armadura, eres todo un caso”. Reconocí de inmediato el diseño. La recordé en la cima de la colina.-vaya…- seguía parado ahí viendo la hermosa armadura y el vestido bajo de él; pero la lanza, vaya que era otro tema. No podía creerlo, después de décadas de miseria, finalmente había encontrado todo por lo que luchaba. Y aunque pusiera empeño, todo estaría en mi contra y me rehusaba a decir en voz alta que aceptaba a una vampire como mi compañera destinada.¿Pero por qué no?, ¿Por qué no darle la oportunidad?; quizás obtendría algo bueno de todo esto.-¿Qué haces aquí Ragnar? - la escuche dudar, estaba parada junto a la armadura; en la puerta del baño usando una bata que le quedaba muy gran
ELRealmente no se habían equivocado al decirme que la marca me pondría a niveles de sintonía que no comprendía. Estaba escuchando susurros fantasmales, la voz de Camellia.Sentía la necesidad de matarlo, olía a podredumbre; seguro que ella también lo percibió por los susurros que llegaban a mi con su voz, advertencias sobre lo peligroso que era dejarlo vivir.Pero cuando me pare detrás de ella apenas rozando mi pecho a su nuca, la cercanía había intensificado esas vibraciones y susurros. El cuerpo de Camellia hervía en deseos de destrucción.“Yo conozco este sentimiento”, pensé.-Si, Vasseig es territorio de la manada Real. - El perfume de Camellia cambió rápidamente. La vi bajar la mirada hacia el hombre.-¿Que te hace pensar que necesitas mas territorio?, ¿Necesitas mas burdeles?. - La voz firme de Camellia resonó por toda la sala y los guardias miraban con desprecio al hombre.-Mi señora, yo no tengo burdeles. Mi negocio es legítimo y mi familia ha crecido. Necesitamos espacio par