ELLANo dejaba de verlo a los ojos, sentía la boca seca, pasaba la mirada de sus hermosos ojos glacial a su labios. Los imaginaba sobre mi cuello bebiendo profundamente. Me incomodaba la sensación de los pezones duros sobre la seda del vestido. No quería que nadie me viera así.Pero me mantuve firme, ocultando lo mejor que pude mis pezones endurecidos.-¿Me permites presentarte a mi gente de confianza?- Lo vi moviendo la cabeza, su expresión fiera me excito aun mas; no era una presa; era un cazador. Me pase la lengua por los labios secos y sus ojos brillaron; expectante por el deseo, la furia y la cacería.Extendió ambas manos hacia mí, me ayudó a ponerme en pie; mire sus manos. Enormes, gruesas y callosas.-Sus manos ... .- levanté la mirada hacia él. Recordé sus dedos ensangrentados dentro de mi boca y el fuego en su mirada azul ardió aún más fuerte.Inale profundamente y retuve el aliento, solté sus manos; extendí la mano hacia Zhara.-Zhara de la Casa Kushim, mi doncella personal
ELCuando la vi desplomarse entre en pánico total, derribe al guardia y alcancé a tomarla en brazos. Su cuerpo estaba oculto entre el enorme saco del guardia.Cuando por fin me deshice del saco, enloqueci; apenas la reconocí, había sangre corriendo por sus mejillas y en la comisura de sus labios. Mis manos sentían la humedad en su piel, estaba sangrando también. Las heridas en sus brazos la reconocí, los mismos signos escritos en la carta que dejó Lilia en mi casa.-¿Qué es esto?, ¡¿QUE PASA?!...- La sujetaba fuerte contra mi pecho pero su cuerpo parecía perder tamaño. “¡Que m****a pasa!” pensé aterrorizado.-¿Qué le hiciste? - Leo me preguntó con veneno, mientras intentaba arrancarme su cuerpo de entre mis brazos.Pude ver a los guardias de Camellia peleando por separarme de ella; los SilverFang y Leo junto con Maxim jalaban de mis brazos para poder liberarla. Y tiraron con fuerza.Vi a Sergei llevarse en brazos a Camellia mientras yo insultaba y luchaba para liberarme.-¡CÁLMESE!..
ELSu habitación tenía un espacio amplio, todo lucía pulcro y ordenado. Tenía un estilo muy clásico pero nada ostentoso, Pero su cambiador era otra historia. Vi la armadura en el espacio entre el tocador y el muro, iluminado desde el techo dándole una apariencia única, “Sin duda está orgullosa de esa armadura, eres todo un caso”. Reconocí de inmediato el diseño. La recordé en la cima de la colina.-vaya…- seguía parado ahí viendo la hermosa armadura y el vestido bajo de él; pero la lanza, vaya que era otro tema. No podía creerlo, después de décadas de miseria, finalmente había encontrado todo por lo que luchaba. Y aunque pusiera empeño, todo estaría en mi contra y me rehusaba a decir en voz alta que aceptaba a una vampire como mi compañera destinada.¿Pero por qué no?, ¿Por qué no darle la oportunidad?; quizás obtendría algo bueno de todo esto.-¿Qué haces aquí Ragnar? - la escuche dudar, estaba parada junto a la armadura; en la puerta del baño usando una bata que le quedaba muy gran
ELRealmente no se habían equivocado al decirme que la marca me pondría a niveles de sintonía que no comprendía. Estaba escuchando susurros fantasmales, la voz de Camellia.Sentía la necesidad de matarlo, olía a podredumbre; seguro que ella también lo percibió por los susurros que llegaban a mi con su voz, advertencias sobre lo peligroso que era dejarlo vivir.Pero cuando me pare detrás de ella apenas rozando mi pecho a su nuca, la cercanía había intensificado esas vibraciones y susurros. El cuerpo de Camellia hervía en deseos de destrucción.“Yo conozco este sentimiento”, pensé.-Si, Vasseig es territorio de la manada Real. - El perfume de Camellia cambió rápidamente. La vi bajar la mirada hacia el hombre.-¿Que te hace pensar que necesitas mas territorio?, ¿Necesitas mas burdeles?. - La voz firme de Camellia resonó por toda la sala y los guardias miraban con desprecio al hombre.-Mi señora, yo no tengo burdeles. Mi negocio es legítimo y mi familia ha crecido. Necesitamos espacio par
ELPodía oler el cóctel de emociones que llevaba Camellia dentro, fue difícil verla luchar contra su naturaleza. Es más fuerte que yo, ella aun seguía luciendo humana. Yo habría perdido la batalla para este punto.Cuando se aferró a mi saco y me pidió que me fuera, solo podía oler preocupación. Y los susurros fantasmales solo llegaban ecos.“Lo puedes lastimar, dejalo ir” “Dejalo ir”-No me iré, es ¿Hambre?, ¿Ira?; dime que necesitas .- prometí que haríamos esto juntos, voy a cumplir mi palabra.“Necesito coger”El susurro fue más bien un grito en mi mente. Sabía que necesitaba cazar no follar como animales, no llegaríamos lejos en esta condición; sólo podía ofrecerle una clase de liberación en estas condiciones.-Levántate el vestido. - quería ser amable pero no había nada tierno en mi demanda. Lo haría aquí como un maldito animal si fuera necesario.-¿Qué? .- la expresión escéptica fue un alto total. Me incliné y la tomé por el trasero para levantarla. Su hermoso vestido corrió por
ELEscuchaba a todos quejarse y pelear, casi siempre Adam permanecía ajeno pero esta vez gritaba fuera de control, los Askin le seguían el paso a la discusión. Pero de entre todos Zhara era la única que nos miraba a mi y a Camellia.-Eeeeentonces.- dijo sarcástica la pequeña mujer.Todos guardaron silencio y nos voltearon a ver extrañados. Camellia levantó la vista hacia mí haciendo un gesto de indignación.-Porfavor, diles. - fue todo lo que dijo.-Son tus hombres ahora. - me mire las puntas de los zapatos.Va a tener que aprender a lidiar con estos idiotas, porque serán sus idiotas por 7 largos días. Seguramente no habría matrimonio después de esto. -Con que así lo vas a manejar. - la vi señalar a los Askin, su fragancia iba de la acidez al picor. -Ustedes, preparen la seguridad del castillo. Y ustedes tres . camino hacia Adam mirándolo directo a los ojos. -Vendrán conmigo, les guste o no.-La vi muy molesta, me imagino que Samuel iba a comenzar a lloriquear y apenas había abierto l
ELLAEstaba sentada en la silla de la oficina en el castillo, se habían solicitado audiencias privadas, tenía una terrible sensación de peligro pero no entendía. Pero el dolor de cabeza era lo peor de todo. Nunca me había dolido tanto la cabeza, como lo había hecho estos últimos días.Una pequeña familia en la frontera de Dasla y Vasseig había reportado la desaparición de varios de sus miembros, no dejaban de decir que habían sido niños o jóvenes, la mayoría hembras.-Silencio.- dije quedamente mientras me apretaba las sienes, estaba muy cansada.Atrás de mí estaban Samuel y Leo como unos malditos halcones, fulminando a todos los que entraban. Aunque muchos de los guardias Askin no estaban acostumbrados a los extraños, durante los entrenamientos vi algo que jamás creí presenciar. Samuel se entendía muy bien con los chicos Askin, mientras que Leo y Maxim pasaban la mayor parte del tiempo juntos de un lado para otro, sin duda encontraron un gusto en común. Adam se había ido con Zhara a
ELLABaje a la recepcion de mi casa privada, me tome el tiempo para cubrirme de pies a cabeza con un vestido de grueso algodon en negro, con las mangas tan sueltas como pude encontrar, tenia un terrible ardor en mis sigilos. Me puse un velo facial que colgaba de unas horquillas con forma de rosas doradas.Mientras me arreglaba para recibirlos, pedí que colocaran alimentos y bebidas, la terraza en el patio central aún tenía en floración mis preciadas camelias blancas, el aroma estaba impregnado de frescura con toque de dulzura. Todas las puertas internas que daban a los patios centrales y a las terrazas públicas estaban abiertas, iluminando los interiores que estaban llenos de jarrones con flores. Cuando bajé los pies a la sala interna, el sonido de la zapatilla hizo que todos los hombres giraran.La mirada atónita de todos los mercenarios me hizo detenerme, “supongo que esperaban ver un monstruo”, llevaba las manos juntas a la altura de mi vientre. No reconocí el rostro de ninguno de e