ELLAEstaba quitándome las botas, no dejaba de pensar en la infinidad de cosas que podían salir mal ahora que había dejado libre a Damian. Me imagine la lluvia de quejas que estaban esperando por mi; el móvil que usaba en mi oficina no dejaba de sonar, el teléfono fijo de mi oficina tampoco. Me dejé caer en la cama aun con una bota puesta, había pasado todo el día en el hostal trabajando desde un cómodo espacio en la terraza. Escuchaba las voces al final del pasillo, discutiendo sobre porqué no recibía a nadie y no respondía las llamadas.Las puertas se abrieron de golpe y levanté la cabeza de la cama, ¿quien se había atrevido a irrumpir en mis aposentos?-¡Señora! - y ahí estaba, como un torbellino la pequeña Zhara. Cerró la puerta, recargándose en ella para bloquearla con los brazos extendidos. - Alla afuera esta el señor Damian….- Sus ojos abiertos por el temor, mientras que yo seguía tirada en la cama; me puse en pie sin un zapato y caminé hacia ella. Solo me había quitado la ca
ELLANo me importaba nada, estaba atrapada en este bucle de sufrimiento. Pero este macho, me hacía sentir cosas que había olvidado; me recordaba a mis padres, ese amor que se profesaban casi rayando en devoción. Y ese beso.Estaba hambriento y sin control. Sus manos me sujetaban firmemente el cuello para impedir moverme, estaba asfixiandome con ese beso tan voraz.Después de Damian, su familia, los problemas de dinero y las investigaciones; estaba sola. No había nadie a quien recurrir, nadie que caliente mi cama o mi cuerpo; mis padres habían creado un estándar demasiado alto para cumplir; pero sabía que existía alguien allá afuera esperando por mi como yo esperaba por él.Quizás nunca lo encontraría, esto era lo más cercano a ese sueño.Y di un salto de confianza.Le correspondi al beso con la misma fuerza, abrí la boca y él metió su lengua profundamente, explorando todo mi interior; gemí en lo profundo. “Su sabor, padre de la sangre. Su sabor, es mi sabor favorito”.Pase mis dedos
ELNo bastaba con todo lo que pasaba, había recibido a los SilverFang para actualizarme con las investigaciones de la manada MoonShine y de Britany. Maldita sea esa mujer, solo me ha causado problemas desde que apareció en mi puerta.Me frote las sien; con el dolor de cabeza apenas empezando detrás de mis ojos. Y en las últimas horas había escuchado a los SilverFang y a Leo discutir solo dos temas; la manada MoonShine y las adquisiciones de los nuevos equipos de telecomunicaciones. Estaba arto de oirlos.No sabía porqué estaba tan irritable, normalmente el trabajo me mantiene distraído. Al menos aquí no tengo encima a las secretarias que les gusta dar mamadas.Lo habían intentado un par de veces por insistencia de Samuel.Solo para mantener las apariencias y no recibir la presión por no estar casado y con cachorros propios. Estaba harto, quería salir de aquí a desahogarme. Cuando el móvil vibró, aproveche la oportunidad para dejar hablando a estos idiotas.Era un mensaje de Camellia;
ELLA La enorme caja de madera labrada tenía teñida una rosa carmesí en la tapa,las hermosas filigranas cubiertas en oro representaban a una bestia enfrentándose a otra. La cerradura tenía un rubí, que apenas asomaba de un diseño en forma de capullo. Era en realidad una llave de sangre. Acaricie la tapa hasta llegar al capullo, tenía miedo de tocarlo. Sabía que la llave de sangre era un compromiso de por vida. El monstruoso hombre que me lo envió como regalo sabe que estoy entre la espada y la pared. - Señora…..- la voz a mi espalda fue apenas un susurro. Cuando gire, me encontre con una pequeña mujer de cabello castaño que vestia de negro, era apenas un sencillo vestido negro con un fajo del que colgaba un hermoso reloj de bolsillo. - ¿A qué nos enfrentamos Zhara? - dije después de un suspiro. - A una bestia hambrienta de sangre y sexo; que en lo personal no me molesta Mi Señora.. - la sonrisa de la joven era contagiosa, una travesura implícita. Se me escapó una risita también.
Pude ver a lo lejos los cuerpos retorciéndose entre el fango y la sangre, el hedor de los cadáveres en descomposición me llegó de golpe. Entre gritos y lamentos, empuje con más fuerza la lanza en el pecho de la bestia mientras sus garras rasgaban la carne de mis piernas.Intentó luchar desesperado por sobrevivir, emitiendo unos sonidos desagradables mientras la piel se comenzó a deformar e inflar hasta que las úlceras se volvieron purulentas y hedían a muerte. Cuando la plata de la lanza finalmente acabó con la vida de la criatura, intente jalar la lanza para sacarla del cuerpo, Pero mi atención fue atraída al horizonte, donde el crepúsculo comenzaba a salpicarse de estrellas.El campo después de una batalla era lo último que yo quería ver, había luchado durante 3 días. Apenas había comido algo y tristemente quería olvidarlo todo, había arrancado tantas vidas; muchas de ellas no eran criaturas híbridas o salvajes. No podía dejar de pensar en aquellos cuyas vidas terminaron por intent
Estaba en la oficina leyendo la solicitud a la reunión, mientras mi beta y uno de los alfa de la manada más fuerte gritaban porque no debía arriesgar mi vida, su beta estaba caminando en círculo mientras agitaba los brazos dando un discurso sobre la guerra inter especies; asistir a un evento donde se decía estaría presente unas de las vampire mas fuertes; su reina, no era precisamente mi decisión más madura del dia.El papel era grueso, parecía hecho a mano. - ¿Alguna vez habían visto un papel artesanal? - dije de manera despreocupada mientras los 3 hombres voltearon a verme, no quería restarle importancia al asunto. Leo, mi beta hizo un gesto de asco antes de levantar las manos al aire; completamente desquiciado por mi actitud.Abrí la mano y dejé que la solicitud cayera de entre mis dedos al piso, no estaba interesado en asistir. Y ahora que tenía la atención de los 3 hombres y por supuesto estaba completamente desinteresado en solucionar un problema que no era mi problema, les di
Salí corriendo sin mirar atrás, con todos viéndome y mi séquito pisándole los talones; tropecé con tantas personas en mi huida que no me percate que estaba en otro corredor que no daba a la salida.Las personas ahí me miraban con horror o sorpresa, estaba nerviosa. Nadie podía saber con certeza lo que me pasaba, ni yo sabía lo que pasaba.Cuando era muy joven había descubierto algunas cosas desagradables sobre mi linaje, por ejemplo algunos fluidos tenían pequeñas cantidades de sangre, y eso generaba una anemia que me obligaba a consumir; básicamente cualquier tipo de ser vivo. Cazar era la mejor opción, pero hacía décadas que eso resultaba sospechoso y no podíamos estar en la mira, la discreción era parte de la nueva adaptación.Pero había cambiado mucho de eso cuando mis padres incursionaron en terapias alternativas, la ciencia médica humana estaba muy atrasada en comparación con la nuestra. Parte de esa ventaja era el tiempo a nuestro favor. No quería pensar en tonterías o divagar
Había tenido pensamientos constantes sobre cosas en particular; algunas veces era una inversión, un problema incluso a veces pensaba en porque me tocó la mala suerte de no encontrar a mi pareja. Pero en todos mis años jamás había tenido un pensamiento constante sobre una mujer. Era curioso como mi mundo cambio de perspectiva de manera repentina. Llevaba las manos dentro de las bolsas del pantalón, pero apretaba el puño con fuerza y en la otra mano apretaba el velo. Me parece increíble la simple idea de llevar un velo para cubrir su rostro. “Que hembra tan estúpida, debería estar orgullosa de su apariencia”. En mi mente solo podía repetir una y otra vez, “No la mire” y los enormes ojos afelinados color oro, mirándome con sorpresa. Estaba preocupada por otro atentado, realmente no era algo que debería preocupar; su sistema de seguridad debía ser un asco si seguía preocupada por eso. Puse atención a mi primo, caminaba frente a mí, a su lado iba su beta, erguidos y mirando con confia