2. MIEDOS

Salí corriendo sin mirar atrás, con todos viéndome y mi séquito pisándole los talones; tropecé con tantas personas en mi huida que no me percate que estaba en otro corredor que no daba a la salida.

Las personas ahí me miraban con horror o sorpresa, estaba nerviosa. Nadie podía saber con certeza lo que me pasaba, ni yo sabía lo que pasaba.

Cuando era muy joven había descubierto algunas cosas desagradables sobre mi linaje, por ejemplo algunos fluidos tenían pequeñas cantidades de sangre, y eso generaba una anemia que me obligaba a consumir; básicamente cualquier tipo de ser vivo. Cazar era la mejor opción, pero hacía décadas que eso resultaba sospechoso y no podíamos estar en la mira, la discreción era parte de la nueva adaptación.

Pero había cambiado mucho de eso cuando mis padres incursionaron en terapias alternativas, la ciencia médica humana estaba muy atrasada en comparación con la nuestra. Parte de esa ventaja era el tiempo a nuestro favor. 

No quería pensar en tonterías o divagar, pero estaba en crisis; estaba sangrando por los ojos, no era grato. En mi búsqueda frenética por una salida gire todas las perillas de las puertas a mi paso, En algún momento pise el vestido y caí con fuerza, las cosas giraban sin control y el suelo parecía estar muy cerca de mi cabeza.

Todo fue confuso y pasó demasiado rápido.

- ¿Señora?...- escuché una voz familiar, cuando abrí los ojos pude ver a Damian levantándome en brazos. La pequeña Zhara estaba limpiándose los mocos con desesperación, varios guardias la consolaban.

- Zhara ... .- extendí la mano, no quería que sufriera era como una hermana. La vi extender la mano para alcanzarme pero los guardias se lo impidieron. Cuando cerré los ojos me desvanecí por completo.

En la cima de la colina podía ver la figura de un gran hombre caminando hacia mí, llevaba una lanza en la mano. Tras de él venían varios hombres, pero él sobresalía de entre todos. Tan fuerte e imponente que acapara todo el escenario.

Me resultó familiar, tan íntimo. Como un trago de vino mientras te das un baño caliente. Todo en mi se relajo, “te veo…. " dije en un murmullo. 

Pero un carraspeo me despertó, los guardias, Damian y la pequeña Zhara me veían confundidos. Me enderece rápidamente solo para descubrir que ya estaba en casa. Zhara se me acercó rápidamente a mi lado para susurrarme algo. Pero los guardias estaban viéndome fijamente no parecía sorprendidos pero tampoco asustados.

- No entre en pánico Mi Señora ... .- carraspeo discretamente y levantó un espejo frente a mi rostro. Me veía, ?humana?.

- ¡Pero qué m****a me pasó! - grité en pánico total mientras me tocaba el rostro.

- Debes calmarte querida…. estas muy débil, tu cuerpo solo está sanando…- Damian estaba lejos, pero podía oler su desesperación. Él tenía intereses personales y su familia una ambición por ponerlo en el lugar del Rey, aun cuando lo había rechazado. No le gustaba el rechazo y ciertamente no le gustaba perder.

Nos habíamos comprometido cuando todavía no nacía, y la primera vez que nos conocimos yo era una niña. Estaba entrenado y el joven Damian llegó junto a sus padres a una audiencia. El tiempo funcionaba diferente para nosotros, nacíamos como todos, pero al llegar a la madurez nuestro desarrollo se pausaba; beber sangre nos mantenía en ese lugar eterno. Pero no inmortal. 

Los conversos recibían una mordida; yo recibí una placenta. Al igual que los licántropos y hombres lobos, los vampiros de sangre pura podíamos tener una forma humana y una bestia. Rara vez íbamos por ahí mostrándonos como realmente somos.

Pero la maldición de los sangre pura es no poder ser humanos tanto tiempo. Pero en ocasiones el cansancio, el hambre y el sopor nos regresaba a forma humana para poder descansar y sanar. Los licántropos estaban en contacto con su lobo interior para sanar. Nosotros también necesitábamos ese tiempo.

suspire decepcionada, no había ojos rasgados, piel pálida ni colmillos; solo ojos redondos color miel, un ligero rubor y pero sobre todo no había colmillos, me revisé varias veces las encías. Solo vi mi apariencia humana algunas veces, había olvidado lo común que lucía.

-  ¿Ahora que? …- dije quedamente, mientras me miraba las manos. Todos en la sala estaban en silencio, conocía a esos guardias hacía años. Se encargaban de mi seguridad personal, los conocía perfectamente bien y los apreciaba. 

- Debes tomarlo con calma querida, solo tomarlo con calma ... - Damian se acerco a mi y tomó mi mano, restregando su mejilla en ella, podía oler su deseo; aun si no era un olor agradable para mi.

Uno de ellos miraba el piso apenado, era un hombre corpulento, alto , de cabello castaño y hermosos ojos azules. Tan alto como Damian pero mucho más fuerte, era un soldado bien entrenado. Su rango era más alto que el de Damian, pero después de rechazar mi matrimonio arreglado, el soldado había dejado su descontento a la luz.

Sergei no quería a Damian, no confiaba en él y notaba la forma en la que lo miraba. No era un secreto.

 “ No me gusta, no es honesto. Lo huelo, quiere hacerle daño”

Recuerdo las palabras de Sergei, ese dia me puso en alerta. Yo tomaba muy en serio los consejos de mi guardia personal, por lo mismo cuando Zhara había dicho las mismas palabras hacía años, no era coincidencia.

Me quedé esperando que Damian soltara mi mano, cuando finalmente lo hizo me puse de pie y caminé hacia mi guardia. El se puso sobre una de sus rodillas y no se movió,

- ¿Pueden dejarnos solos? …- voltee a ver a Damian y los demás guardias, todos salieron sin renegar pero Damian hizo gestos. Zhara iba de salida cuando le hice una señal. - Tu no Zhara, por favor quédate…- 

Cuando todos estaban fuera, Zhara se acercó a la puerta y al cerro, quedando ahí para vigilar. Sergei se puso en pie rápidamente, levantando el rostro.

- Creo que debería descansar más…- Sergei estaba preocupado, pero su tranquilidad me hizo sonreír . - Todavía quedan muchas cosas por hacer, si entra en sopor ahora…-

- Ya se, todo será trabajo tirado a la basura…?que  paso? - me di la vuelta y regresé a la silla trono para subirme en ella. El vestido me estorbaba y las botas eran lo peor de todo. Zhara llegó corriendo a mi lado para comenzar a ayudarme.?La silla trono era tan alta?, me tropecé con el dobladillo del vestido y simplemente desistí, la pequeña Zhara me toco la pantorrilla para levantar el pie, me comenzó a ayudar a quitar las botas.

Sergei se acercó a un mueble cerca del muro y lo abrió, sacó varias botellas y unas copas. Sirvió las bebidas y lo vi regresar hacia mí con una copa llena.

- Sin excusas Mi señora…- estiró la mano con la copa y me miró con el ceño fruncido, estaba inconforme con mi auto castigo.

Suspire cansada, tome la copa y comencé a tomar en pausas; cuando Zhara terminó de quitarme las botas, subí los pies al sillón trono y me acurruque. El vestido me colgaba de varios lados, este no estaba hecho para mi tamaño humano. Realmente debía buscar una solución a mi situación, beber no era suficiente. Debía cazar, pronto.

- Zhara te siguió por el corredor, alcanzamos a sacarte de la casa. Pero siendo honestos tu presencia movió algunos árboles…- Sergei estaba de regreso en el mueble sirviendo otras dos copas y las trajo de vuelta para entregarla a Zhara, ambos se quedaron de pie frente a mi, mientras bebían.

Estábamos en un punto difícil, ocultar mi rostro ya no era una opción. Había escuchado durante décadas que mi rostro resultaba perturbador de ver, incómodo a muchos niveles. Y prefería ocultarlos porque sabía que aunque estaba dentro de los estándares de belleza, prefería no tener otro atentado.

Los súbditos de la casa me son leales, trabajan para mi familia desde hace generaciones. Pero la realidad es que había algunos que en secreto no les gustaba la idea de que apoyara las nuevas leyes o nos adaptamos a convivir con los humanos.

Pensé en el Rey Alfa, “ ¿él apoya el cambio o solo lo dijo para llamar mi atención?”

- Por suerte, su forma humana no llamó la atención de nadie…..el señor Damian no permitió que nadie la viera… y los árboles que movió fueron bastante grandes ... .- cuando Zhara me volteo a ver algo en ella se encendió. - Pero… el señor Damian me preocupa más, por favor señora, saquelo del séquito…-  su seriedad era más preocupante.

- No puedo sacarlo, Sergei…. su casa es de la aristocracia; que frote su mejilla contra mi mano, no hará que lo ame….- me termine el contenido de la copa y levante el espejo para verme en él, solo pude suspirar cansada y triste; no podía estar en peor situación. - ?Entonces?,?que paso?...-

- Suponemos que en algún punto entre la huida y cuando la encontramos se debió golpear…su cuerpo estaba tan débil que debió regresar a su forma humana para recuperarse… al menos eso dijo el señor Damian…-

Las imágenes eran todas confusas, recuerdo a Zhara llorando; los guardias consolándola. No recuerdo regresar a mi forma humana, tampoco recuerdo regresar a casa. Fue un completo apagón.

- ¿Qué hay de la reunión? - estiró la mano para que Sergei sirviera otra vez el vino en mi copa. Abrió otra botella y relleno las 3 copas, cuando finalmente me sentí tranquila me enderece en el sillón trono.

- Todo fue lo mismo, una y otra vez …- el silencio que le siguió fue un gran “pero” y moví la mano para motivar a seguir. Lo vi vacilar, miré a Zhara y luego carraspeó algo nervioso. - Pero…. el Rey Alfa es uno de esos árboles que movió …- 

“WOW” eso era completamente innecesario, estaba sorprendida y supongo que la mandíbula se me cayó porque ambos estaban sonriendo.

- No - dije secamente, y ellos me miraron sorprendidos. - Olvidenlo, ya vieron mi rostro; no me arriesgué…necesitamos pensar en otra cosa…- estaba en una espiral de mala suerte. Si mi cuerpo no sanaba estaría en problemas.

- No descarte la idea…necesitamos capital para la farmacéutica, algunas patentes todavía están en espera; sin mencionar que el centro de investigación también requiere capital. El arte ya no es suficiente, ni la casa de moda. Debemos diversificar mi señora…- Sergei estaba en lo cierto, tenía un punto válido. 

Traer a la mesa el tema era por una razón, me sentía superada por mi situación. O tenía miedo, cualquier razón es válida .

- Traigan a los mellizos…- la cara de Zhara se iluminó como un sol. Mientras Sergei seguía sirviendo bebidas, la pequeña salió a buscar a la gente.

Pocas personas en mi séquito eran de mi total confianza, Aunque mi séquito estaba de mi lado, no todo el consejo me apoyaba. Damian encabezaba esa lista, por eso peleaba por nuestro matrimonio, podía obtener todo lo que quería. Yo era su único obstáculo. 

Los mellizos administraban la farmacéutica y la casa de subastas , mantenían el dinero fluyendo. Fueron la razón por la que no llegamos a la bancarrota. Aunque estábamos casi arruinados, podíamos lograrlo. Ellos me dieron la confianza, para eso tuve que quitarle autoridad a la familia de Damian, su familia tenían un deseo por plantar su semilla en mi línea de sangre; no podía demostrar que deseaban quitarme del cuadro. Pero sé que en algún momento lo podrían lograr, lo sabía. Por eso debía encontrar a alguien de confianza para casarme. Rápido.

Al final de la discusión lo mejor fue usar el argumento de la ruptura del compromiso para poder así alejar a su familia de toda autoridad dentro y fuera de los negocios, mi círculo de confianza se redujo considerablemente después de la ruptura. Aunque Damian seguía frecuentando mi sequito y pidió ser mi escolta personal; su familia como tal ya no podía usarlo para llegar al poder. Me dolía alejarlo, era mi amigo desde la infancia y ciertamente era un hombre atractivo, esperaba que con el tiempo pudiera sentir alguna atracción o que el primer frenesí me atara a él, pero no pasó. 

No sabía que pasaría conmigo.

Llegue a la edad en la que me rendí, no podía esperar más tiempo para sentir algo por él, o que el frenesí me uniera a alguien más. No sucedió. Me removí en mi lugar esperando alguna respuesta del universo y no sucedió. 

Cuando tocaron a la puerta levanté la vista, Sergei se acercó a la puerta y espero mi respuesta; moví la cabeza autorizando la entrada. Y pude ver a una pareja longeva entrar a la habitación.

Tenían el pelo canoso y algunas arrugas, pero seguían luciendo bastante pulcros y atractivos; eran unos hermanos a los que mis padres trajeron a trabajar y en algún momento demostraron estar tan enamorados de la familia que se quedaron, cuando mis padres partieron yo solicite que ellos se quedaran, “Jamás nos iremos de su lado señorita” me habían dicho cuando yo ascendió al trono. 

Y así fue.

Se quedaron a pesar de mis malas decisiones, entonces tuve que aceptar que necesitaba ayuda. Y la busque. Seguía sin saber qué hacer, entonces la gente con la que me rodeé me ayudaron, me enseñaron y guiaron; para así poder llegar a donde estamos ahora. A pesar de que ya podía tomar mejores decisiones, no podía rodearme de gente complementante leal.

- Tenemos un problema y necesito un consejo…. - vi en su rostro una ligera sonrisa, los mellizos eran parte importante de mi consejo, eran parte de mi familia. -  Como pueden ver, estoy pasando por un momento difícil y la reunión no salió como esperaba ... .- Intente mirar al interior de la copa para buscar una manera de contar lo que me pasó.

- No debe preocuparse Mi Señora…..Zhara nos puso al tanto de la situación….- la mujer mayor me sonrió con indulgencia, en su linda sonrisa de perlas pude notar los colmillos, ligeramente más largos de lo habitual. Ellos usaban su forma humana pero realmente eran atractivos para ser visiblemente viejos. 

El hombre caminó hacia mí y extrajo de su saco un celular, no entendí muy bien si la respuesta estaba ahí lo vi extenderlo hacia mi. Y cuando lo agito para que lo tomara, titubeo un momento; me estiré para tomar el apartado y lo examine un momento.

- Señora, el número privado del Rey Alfa le va a ser dicho sólo a usted … quizás no se vuelvan amigos pero serán buenos aliados… tome nuestro consejo…-

- ?Gracias Augusto…? - dije casi en un susurro. Estaba desconcertada por la simple idea de que me trajeran el celular con el número del Rey Alfa.

La realidad era que me había causado una gran impresión en la reunión, algo en él me dejaba en claro que sabía lo que hacía. Deseaba entender el sentimiento que me ocasiona, había algo en el que me resultaba placenteramente familiar.

- Señora, usted quiere un consejo ... .Ese es mi consejo para usted; llame al Rey Alfa, pida una reunión, dígale que la alianza es una posibilidad y demos el paso… - April rara vez hablaba tanto, pero dio un paso hacia su hermano tocándole el hombro, cuando el volteo a verla se sonrieron mutuamente. Recordaba esas miradas de complicidad, solían hablar con miradas; eran tranquilizador incluso en las situaciones más difíciles.

Los amaba.

Volví a mirar el celular, completamente extasiada por la noticia de tener el número del Rey Alfa, quizás ni siquiera era su número sino el del asistente o Beta; pero un paso más cerca de la meta. Damian se moriría si sabía que había contactado al séquito o al Rey mismo. Augusto era más extrovertido, me resultaba fascinante esta nueva dinámica, y ella nuevamente apretó el hombro de su hermano.

- Mi hermana tiene razón, si damos el paso no solo nos beneficia económicamente sino que tendremos una alianza entre especies que nos permitirá luchar contra los exiliados, rebeldes o salvajes. Usted decida… - No solía sentirme presionada, pero Augusto tenía razón. Debía decidir, dejar de lado mi miedo a la vista pública.

?El Rey Alfa también tendría miedo de mi? no podía quitarme esa idea de la cabeza, seguramente debía ser incómodo estar cerca de un enemigo natural. Tener que hacer una relación o alianza debe ser aún más difícil. 

Tuve un presentimiento, esta alianza podría ser algo sumamente bueno. Podríamos salvar a muchos, ayudar a otros y  aportar a los avances. La casa de subastas de arte había sido nuestra fuente de ingresos y generaba suficiente para una vida de riqueza. Ahora que había diversificado nuestros recursos habían menguado y estábamos en números rojos; las estadísticas no eran alentadoras, pero tanto los Mellizos Meller como el Dr. Cotas eran parte de mi conejo. Si alguien sabía a donde iría todo esto, eran ellos.

- Escuchen…yo sé que quieren ayudar; pero no estoy segura de que el Rey Alfa sea alguien a quien debamos abordar…- primero necesito purgar a los traidores de mi sequito, mi casa debía ser completamente leal a mi. Si un solo miembro filtraba información, los riesgos serían terribles.

En todo caso, si no forja una alianza, deberemos eliminar a los traidores …- dijo Sergei mientras dejaba la copa en el mueble, vi su espalda tensarse. Asesinar sin que peligrara su vida, no era su forma de actuar. Él provenía de una familia que por siglos entrenó soldados, asesinos y estrategas; la casa Aski; incluso su hermano mayor administraba la seguridad de la casa y las empresas. Si algo pasaba en cualquier lado, Maxim Aski lo sabía.

- Lo sé, estoy preparada para tomar esa decisión en su momento… por lo pronto primero una reunión con el Rey Alfa…- escuche a la pequeña Zhara exhalar con fuerza, no me había dado cuenta que estaba conteniendo el aliento, estaba preocupada. Sabía que si había traidores en la casa, nadie estaba seguro; siquiera yo. - No se preocupes, estoy consciente de mi responsabilidad. No la eludiré …-

Todos sonrieron con satisfacción, los mellizos se miraron complacidos y no tuve más alternativa que rendirme. Tenían razón; se acabó la autocomplacencia.

- Bien, entonces hagámoslo…-   me enderece y comencé a jalar el vestido. - Ahora quitenme esto…- Todos se comenzaron a reir  mientras Zhara y April se acercaron a ayudarme.

Aquí termina mi paz y mi anonimato. “Cuidado Rey Alfa, voy por ti”, pensé con confianza. 

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