La semana que se supone estarían Layla y Alberto lejos de sus amores subió a dos, algo que tanto a Steven y a Clarisse los tenía muy preocupados. No tenían manera de saber de ellos a menos que llamasen a alguien, pero ¿a quién?Los dos están muriendo por las ansias de saber de ellos y tal parece que el universo se compadece, porque en el momento en que Steven está a punto de salir con rumbo a Ucrania y darle los puñetazos a Schneider que se merece, suena su teléfono y ve que es Robert.—¡Dime que sabes algo de ellos!—Los tengo en una casa segura en Polonia, junto a dos colegas más que decidieron salirse de esa basvra.—¡¿Qué es lo que pasó?!—Los descubrieron, no a Layla y Alberto, sino que a la organización de secreta de Schneider. Alguien se le adelantó a Colombo, los atacaron y tuvieron que desarmarse. Afortunadamente los registros de los integrantes fueron destruidos y tampoco se filtró la identidad de quienes estaban en misiones.«Layla y Alberto terminaron su misión, porque era
Tres meses después…—Steven… para, por favor —suplica Layla, pero Steven no se detiene.—No creas que te escaparás, preciosa, no puedes.—Pero amo…No es lo que creen, Steven ya no aguanta más la incertidumbre, su mujer se la pasa bostezando, durmiendo y comiendo, no hace nada más que esas tres cosas, sólo hacerle el amor la despierta un poquito y como es lógico, no puede pasarse todo el día haciéndolo para mantenerla con los ojos abiertos… bueno, teóricamente, porque se lo hace tan bien que la condenada los cierra para gozarlo más.Van de camino a la clínica para que un médico la evalúa y le realicen exámenes para descartar anemia, lo que sería muy peligroso en su estado.—Sólo me demoro más en procesar toda la comida que me trago, por eso estoy más cansada.—Y eso también, estás comiendo mucho, cariño. No quiero que aumentes demasiado de peso porque todo eso te puede traer complicaciones en el embarazo.—¡Me estás llamando gorda!—¡No, te estoy diciendo que comes mucho, duermes much
Cinco años después…Layla está sentada en la tumbona, acariciando su vientre de cinco meses donde su nena se mueve feliz por el helado que su madre acaba de tomarse. Steven está jugando con los gemelos, Yarden y Nathaniel, en honor a los hombres que lo ayudaron cuando estuvo solo, y el pequeño Robert, quien nació un año después que sus hermanos.—Te ves feliz, hija —le dice su padre, que está sentado a su lado leyendo una novela romántica.—Lo estoy, padre, sólo míralos, ¿no son adorables mis cuatro peludos? Esos niños serán unas moles, te lo aseguro.—Perfectos guardianes de su pequeña princesa.—No, mi hija aprenderá a cuidarse sola como su madre, desde pequeña le enseñaré a que una mujer no es frágil no delicada, es guerrera y como tal debe comportarse, pero… —dice batiendo su cabello cuando Steven la ve y ese hombre sólo deja caer la baba—, también se puede ser muy femenina.—Esa niña será letal, como su madre.—Sí, así mismo quiero que sea, para que el valiente cristiano que quie
SinopsisSteve Moore es el hijo perfecto, responsable, un hombre atento y cariñoso, un perfecto caballero… hasta que descubre a su novia con otro hombre y decide que ser todo lo anterior no sirve de nada, porque las mujeres prefieren todo lo contrario. Los problemas comienzan a llegar muy pronto y sus padres deciden tomar medidas en el asunto y le buscan seguridad, que además le evite los escándalos.Sandy Knox es la hija menor en su familia, podría ser la consentida, pero nada más lejos de la realidad. Sandy es seria, metódica, muy controlada, detesta a los hombres promiscuos y básicamente todos aquellos que no sean como su padre, que es un perfecto caballero. Por eso, se mantiene alejada de todos, excepto si es por trabajo. Ella ha decidido ser quien continúe el negocio de su padre y es uno de los mejores elementos de este, por lo que no le sorprende que le pidan ser la seguridad para un niño mimado, hijito de mami irresponsable que odia por supuesto…Pero todos saben que, del odio
Seis años después…Los tacones de Mía se hacen escuchar por aquel pasillo con furia, es la tercera vez en lo que va del mes… ¡Y sólo han pasado seis días desde que inició!Abre la puerta del departamento, camina echando humo hasta el cuarto de su hijo, pero en lugar de encontrarlo dormido y tirado en la cama como las dos veces anteriores, la visión en la cama es muy diferente.Mira la puerta del baño entreabierta, se está duchando, así que se acerca a la cama y despierta a la mujer en su cama, quien la mira con los ojos abiertos muy asustada.—¡¿Es la esposa de Steve?!—Para tu mala fortuna, no… soy su madre y tienes exactamente veinte segundos antes de que te arranque las extensiones del cabello.La mujer no se lo hace repetir.Sale de la cama sin pudor de que Mía la vea desnuda, quien no oculta su mueca de asco al ver que es una plástica de lo más horrible. Suspira con frustración al ver que su hijo ha caído en unos gustos horrendos, sólo para quitarse el dolor que Lilian le dejó ha
Luego de unas tres horas de viaje, Sandy baja en aquella ciudad sintiendo un poco de frío, no se compara en nada con Miami y eso ya la pone un poco mal genio.—Que agradable clima —dice con sarcasmo puro, lo único que le heredó a su madre, además de los ojos azules.—Con los días te acostumbrarás, no te quejes, siempre lo haces —se ríe Ferdinand.—Sí, puede ser que me acostumbre, pero eso no quiere decir que me guste —se suben al auto que su padre ha enviado por ellos y toman el rumbo directamente a la oficina de Mía Moore.En el camino se dedicó a investigarlos, antes la empresa gozaba de otro nombre, pero decidieron cambiarlo por el de la familia. Los Moore tienen cinco hijos, una cadena importante de hoteles a cargo del hermano del señor Moore padre y una empresa encargada de arquitectura y responsable de la construcción de importantes edificios a través del país.Por supuesto, nada de eso impresionó a Sandy, porque tiene a sus tíos, queridos amigos de sus padres, quienes tienen hi
Luego de aquella dolorosa demostración para Steve, Sandy y Ferdinand le comunican a Mía que esperarán fuera hasta la salida de Steve de las instalaciones de Moore Building.Así que, en cuanto ambos cruzan la puerta y la cierran, Steve se gira a su madre y allí se desata una discusión sin precedentes.—¡No lo puedo creer, madre! ¡¡Contrataste a una verdadera maleante para mi seguridad!!—De hecho, sus antecedentes son impecables. Es una chica correcta. ¿Acaso crees que no la investigué antes de que llegase? Su padre me advirtió que sería ella quien vendría, que me haya hecho la desentendida es totalmente otra cosa.«Es la hija perfecta de los Knox. Excelentes notas, atlética, con varios logros en su carrera y el entrenamiento que ha recibido es digno de los mejores, ¡es casi como si tu tío es Steven, lo hubiese hecho!—¡¡Pero mi tío Steven eras mercenario! ¡¿Te das cuenta de la mujer que has puesto a mi lado para que pueda cuidarme?! ¡Será un milagro si es algo vivo de ella!—¡Bueno, s
Si Ferdinand por un momento pensó que Steve se tardaría en ponerlos a prueba, Sandy desde que su padre le dio los detalles se preparó para este momento.Steve sólo lleva dos cervezas, ha encuerado con la vista a todas las mujeres del lugar (menos a ella) y se nota que se muere de ganas por salir a bailar.—¿Puedo ir a bailar, mami? —pregunta con sorna y batiendo las pestañas, Sandy lo mira entornando los ojos y Ferdinand sabe que lo quiere matar lenta y dolorosamente.—Señor Moore, no necesita mi permiso, el lugar está asegurado, no hay prensa que vaya a grabarlo… aunque no es que puedan tener algo que sacar mañana en la prensa.—Si estoy seguro, entonces me voy a bailar, no me esperes despierta, mamá —Sandy se lanza para matarlo justo cuando sale de allí, pero Ferdinand la detiene.—Oye, que no te ha dado motivos para que lo lastimes.—Sólo ruego que me los dé pronto, llamarme mamá… ¡No soy una vieja chancluda!—Tu mamá tampoco y es mamá —le dice él y Sandy lo mira feo.—Eso es porqu