Katherine ¿Quién se creía él que era para decirme algo como eso? La rabia me hervía. —¿Por qué no me dices lo que quieres de una vez por todas? No quiero estar aquí, hablando contigo. Prefiero estar en mi cama. —¿Tanto me odias? Es una pregunta seria, Katherine. ¿Me odias tanto? Porque me tratas como si yo fuera el enemigo de esta historia, y creo que te estás equivocando y cruzando una línea fina. No te confundas, tengo mucha paciencia, pero no permitiré que me faltes el respeto, ¿me has entendido? —¿Yo te he faltado el respeto? Dime, ¿realmente te he faltado el respeto? Solo te he dicho que quiero irme a la cama y que no quiero estar así contigo. Estoy incómoda. No me siento cómoda contigo. —No sabes lo mucho que me duele que me digas esto. —Es la verdad. Solo quieres que yo esté aquí para juzgarme, Damon, y no estoy de ánimos para que me reproches por estar en la casa de mis padres. Sí, te pido disculpas por haberme ido de tu casa sin avisar, ¿okey? Sé que no estuvo bien
Damon Estaba molesto con Katherine por abrirle la puerta a ese hombre. Al parecer no era un desconocido, era un novio que ella tuvo en el pasado. Sentí muchos celos. Nunca fui una persona celosa en toda mi vida, pero ahora no podía dejar de mirarlos. Toda esta situación de incertidumbre con Katherine me volvía loco. Esperé a que el chico se fuera de la casa de Katherine para enviarle un mensaje a mi novia. Bueno... ex. Le pedí que entrara al auto, pero ella se quedó con el teléfono en las manos, dudando de si hacerme caso. Insistí. Se notó su disgusto, pero caminó igual hasta el auto y se metió. Lo que menos quería era tener que discutir con ella, pero Katherine todo el tiempo estaba a la defensiva, así que era difícil. No sé por qué nuestra relación se convirtió en una tan fría. —¿Por qué no me dices lo que quieres de una vez por todas? No quiero estar aquí, hablando contigo. Prefiero estar en mi cama. —¿Tanto me odias? Es una pregunta seria, Katherine. ¿Me odias tanto? Porque m
Katherine Cuando Damon me besó, me quedé intacta en mi lugar. No moví ni un solo músculo porque me sorprendí por lo que pasó. Sí, escuché sus palabras de amor, pero no creí que él llegaría a tener el atrevimiento de besarme por lo mala que fui con él. La situación estaba tensa, así que no me vi venir ese beso. Pero Damon lo hizo de todas maneras, me besó con pasión y deseo y, por mucho que quise resistirme a sus encantos, no pude hacerlo. No fui capaz de alejarlo. No fui capaz de terminar el besó que él empezó. Le respondí con el mismo entusiasmo que él. Me sentí viva en ese contacto de labios. Me sentí feliz y contenida, apasionada y enamorada. Damon para mí lo era todo, y cuando me besaba hacía que mi cabeza se perdiera por completo. Besarlo después de tantos días sin sentir el sabor de sus labios me hizo darme cuenta de lo mucho que necesitaba el tacto de ese hombre en mi vida. Mi piel estaba encendida en llamas. Yo quería más y más y sabía que, si no detenía a Damon de una vez
Damon Katherine y yo hicimos el amor apasionadamente. Me perdí en ella, al igual que ella se perdió en mí. No fue sexo por puro placer, fue sexo por amor. Hicimos el amor. Ella me permitió tocarla, se entregó a mí en cuerpo y alma. Me enamoré de ella una vez más, la amé una vez más y me sentí feliz una vez más. Ver su rostro lleno de placer me generaba descargas eléctricas en mi cuerpo. Escuchar sus jadeos erizaban mi piel. Nuestra burbuja de amor estaba llena de felicidad e ilusiones. Este era nuestro espacio seguro. Cuando terminamos el acto, recosté a Katherine sobre mi cuerpo. Me aferré a ella y procuré que se sintiera cómoda. Ella me abrazó con cariño y cerró sus ojos. Besé su cabeza y me perdí en el aroma suave de su cabello. Sonreí lleno de felicidad, pues al fin tenía todo lo que quería: a mi Luna y a mi hijo. Ahora podíamos retomar nuestro compromiso. Yo me quería casar con ella y no quería esperar meses para ello. Era tiempo de casarnos. Quería casarme con Katherine l
Katherine Me sentí tan mal que no pude evitar llorar. Él se encontraba en el asiento del piloto y yo en el asiento del copiloto. Ahora nuestra piel no se tocaba y nada me dolía más que eso. Alejarse de lo que no quieres alejarte es realmente duro. —No sé qué es lo que pasa, pero todo estará bien, Katherine. Lo prometo —Damon tenía esa mirada de ternura y preocupación en su rostro. Me miraba como si intentara protegerme de todo lo malo. Me dolía saber que su instinto de protección se terminaría cuando le dijera la verdad. La ilusión aún podía verse en su rostro y yo estaba a punto de matarla. —No, nada estará bien, Damon. Todo está mal. Últimamente todo está mal, Damon. —Podemos resolverlo, estoy seguro. —No, no podemos. Tú me vas a odiar. Lo siento, Damon. De verdad. No debí. Perdón. Soy una tonta. Sé que he hecho mal. Espero que me perdones, por favor. Pero entiendo si no me quieres perdonar. Soy una tonta. Perdón, perdón, perdón. Pero Damon lo negaba. —Katherine, ¿qué e
Katherine Okey, definitivamente yo la había cagado por completo. El ruido en mi mente era imposible de detener. Me sentía una tonta y la culpa no quería abandonar mi consciencia. Sé que me equivoqué, y una vez, debí de haberle hecho caso a mi mente, en vez de al deseo. Desde el primer momento supe que acostarme con él, e incluso el simple hecho de que Damon me besara, estaba mal, pero me dejé llevar y perdí la cabeza. Ahora yo estaba sufriendo las verdaderas consecuencias. Para ser sincera, el primer error que he cometido esta noche ha sido subirme al mismo auto que él. El estar sola, en el mismo auto que Damon, significaba un peligro para mí. Damon jamás me tocaría un solo cabello para hacerme daño, pero Damon tenía ese poder de seducción y esa insistencia sobre nuestro amor que a mí me volvían completamente loca. Desde hace una semana he estado luchando contra mi deseo, y lo estaba logrando muy bien, hasta que me subí al mismo auto que Damon y me dejé llevar por sus palabras. Fue
Damon Me rompí en mil pedazos después de que Katherine me dijera la verdad. Me sentí usado, triste y desilusionado. Lo que más quería era estar con Katherine, pero ahora ya no podíamos estar más juntos. Ella estaba aferrada a esa idea y no parecía tener intenciones de querer cambiar esa manera de pensar. Las reglas del mundo sobrenatural tenían a Katherine muy nerviosa y desesperada. Vi la culpa en los ojos de Katherine, pero no podía aceptar su culpa. No podía aceptar sus disculpas. No podía aceptar sus explicaciones. Simplemente no tenía ganas de escucharla. Lo único que quería hacer era gritar, golpear, matar a alguien para quitarme esta rabia. Desde que me convertí en hombre lobo, una de mis primeras lecciones del lobo que me mordió, fue que yo debía aprender a controlar la rabia. Me iba muy bien en ello antes de conocer a Katherine. Cuando la conocí a ella, todo se salió de control. Todo lo que yo conocía ya no estaba. Mi punto de vista había cambiado. Recordé sus palabras,
Katherine Me quedé completamente dormida luego de despertarme para ir al baño a vomitar. En la madrugada me despertó una horrible sensación en el estómago que no pude soportar. Lo intenté, pero terminé corriendo al baño a vomitar. Desperté a mi madre por el ruido y ella fue muy amable de hacer un té para que yo me sintiera mejor. Mamá se quedó conmigo en mi cama hasta que me quedé dormida. El bebé ya comenzaba a darme síntomas fuertes, pero estaba segura de que ese malestar también se debía a toda la terrible situación que tuve con Damon. Mamá notó que mis ojos estaban un poco inflamados y me preguntó por qué. Tuve que decirle que el dolor en mi estómago era fuerte. Ella se preocupó y me dijo que debíamos ir al doctor para revisar que no fuera nada grave, pero ella se tranquilizó cuando notó que solo se trataba de un simple vómito, pues el dolor se detuvo al poco tiempo. Me despertó un rico aroma a tostadas. Tenía mucha hambre, estaba antojada de cualquier cosa. Me bañé rápidamen