Katherine Sé que era muy contradictorio de mi parte, pero el cariño que Damon y yo nos estábamos demostrando en este momento me provocaba muchas dudas al respecto. El amor entre nosotros estaba a la vista y era obvio que ninguno de los dos quería alejarse de nuestro romance. Mi mente sabía que lo correcto era mantenernos alejados, pero mi corazón se empeñaba en volver a meterse dentro de las decisiones. Mi corazón me pedía a gritos que lo escuchara y que le hiciera caso. Esto se sentía como si mi corazón estuviera preso en una celda, preso de su libertad. Mi mente era como el guardia de seguridad de la cárcel, o hasta un juez por momentos. Me iba a volver loca en cualquier momento, pues mi mente se encontraba cada día más confundida, y mi corazón luchaba tanto por sacar a flote mis sentimientos que mi mente se encontraba herida y cansada, sin saber realmente qué hacer. Sé bien que mi mente quería darse por vencida, apartarse del juego y dejar que mi corazón reinara mi vida, pero mi
Damon Cuando llegué a la casa de los padres de Katherine me sentí completamente expuesto. Prácticamente fui a la guerra solo. Esto era terreno desconocido para mí, pues nunca antes había tenido que pasar por eso con otras personas. El amor nunca fue algo que me interesara, no le daba importancia. Hasta que mi Luna apareció y todo ese amor que estuve guardando para alguien especial, apareció y salió de mí con toda la fuerza del mundo. Su madre me recibió con una expresión de sorpresa en el rostro, pero me sonrió amablemente y me invitó a pasar. Le dije que Katherine me mencionó que ella me invitó a desayunar, así que esa fue mi excusa para entrar en su casa. No quería involucrar a Katherine en una mentira, pero no me sentía cómodo entrando en casa de mis “suegros” sin una excusa de por medio. No me pareció una correcta idea entrar en la casa con la intención de únicamente hablar con Katherine. Además, hace no mucho tiempo tuve un encuentro muy incómodo con los padres de Katherine cu
Damon —No sé por qué estás aquí, después de todo. No entiendo por qué sigues conmigo después de lo que te hice sentir anoche. Te vi muy herido, Damon. No puedo borrar esa imagen de mi mente. Cuando cierro los ojos, solo veo tus ojos llenos de lágrimas. Te veo triste y herido y no puedo dejar de sentirme culpable por eso. —A mí me pasa lo mismo que a ti, Katherine, porque cuando cierro los ojos, recuerdo cómo te grité y te eché del auto en medio de una tormenta. Sé que solo tuviste que dar dos pasos para entrar a tu casa, pero recordar tu triste rostro bajo la lluvia, mientras las lágrimas caían por tus mejillas, es algo que me duele mucho. Yo tampoco puedo dejar de sentirme culpable. Te traté mal, y eso por eso que estoy aquí hoy. Para pedirte perdón, Katherine. ¿Me perdonas? Era muy cierto lo que yo le dije. Fui totalmente sincero con ella. Durante toda la noche no pude dormir en ningún momento, pues me perseguían los fantasmas de anoche. Mis palabras resonaban en mi mente una y
Damon Tal vez era muy precipitado el hecho de que pedirle a Katherine que me dé un beso, pero al menos no se lo robé, como tenía ganas de hacer. Porque sí, mi mente, mi corazón, el deseo latente que sentía por ella me pedían a gritos que simplemente la besarla sin preguntarle nada, pero yo era un caballero y simplemente no podía invadir así su espacio personal otra vez. Anoche tuvimos muchos inconvenientes después de que yo le robara un beso, porque Katherine se dejó llevar y luego cambió de idea. No me hacía daño preguntar qué era lo que Katherine quería. Si ella decía que sí, yo sería el hombre más feliz del mundo por poder tener la oportunidad de besar esos deliciosos labios otra vez, pero si ella decía que no, por más triste y decepcionado que yo me sintiera, iba a comprender que fue su decisión y no iba a insistir, pues no quería presionar a Katherine. Mi hermana, quien no quería mucho a Katherine, fue quien me dijo y me hizo notar lo insistente que sido con Katherine en los últ
Damon Katherine me abrazó fuertemente y le correspondí el abrazo. Era bueno tener un momento lleno de amor. Hace más de una semana que ella y yo no teníamos un espacio tranquilo para hablar y conversar tranquilamente. La abracé y aprecié ese abrazo lo más que pude, pues no sabía cuándo tendría otra oportunidad de mostrar mi cariño abiertamente a ella. Katherine estaba muy cariñosa y esto no lo vi en ella desde hace más de una semana. Sé el lío que Katherine tenía dentro de su mente, así que yo tenía que estar preparado mentalmente por si ella llegaba a comportarse un poco fría conmigo después, pero, para ser sincero, yo cruzaba los dedos, rogándole a Dios y al Universo que Katherine recapacitara y su mente se aclarara y ella se diera cuenta de lo importante que era nuestro amor y de que podíamos luchar contra las adversidades y las maldiciones siendo una pareja. —Respecto al beso que te di hace un rato... fue un poco impulsivo de mi parte. Lo siento. —A mí me encantó —aseguré. De
Katherine Con toda franqueza, yo quería que ganara mi corazón. —Gracias por cuidarme, Damon. Lo aprecio mucho. Es importante para mí. Sé que antes te he dicho que no quería tu protección, pero sabes y yo sé que, sin protección, mi vida se volverá más descontrolada de lo que ya es y no quiero eso. No quiero que pienses que te estoy usando para que me protejas, porque no es así. Pero me siento más segura cuando hay alguien cerca de la casa. Después de lo que pasó ese día en el hospital con el demonio, es difícil poder sentirte tranquila y cómoda. Nunca sé en qué momento alguien puede aparecer y aparentar ser otra persona para hacerle daño a mi familia, a mí o al bebé. Pero con él me sentía segura. En este momento, el demonio y lo que pasó en el trance y en el hospital no me importaba. Lo único que me importaba era Damon y nuestra relación. Moría de ganas por volver a ser su novia. Moría de ganas de que él y yo habláramos de nuestro casamiento, de los anillos, de un bonito salón de fi
Katherine Me tapé los oídos porque no quería seguir escuchando lo que eso me decía. Estaba claro que esto fue una obra de brujería de alguien y que nuevamente me tenían encerrada en este infierno. Lo que más me aterraba de estar aquí era que no sabía cuándo saldría. La primera y única vez que estuve aquí antes, se sintió como estar en un infinito de tiempo, pero en ese momento yo tenía a Kayla a Damon para ayudarme, y ahora no tenía a nadie del otro lado con quien me pudiera comunicar. Estaba perdida. No estaba segura de si iba a sobrevivir después de esto. Lo único que me daba una muy pequeña esperanza es que Damon estuvo conmigo cuando me desmayé, así que confiaba en que él encontraría alguna manera de ayudarme. Sé que yo estuve muy rencorosa con Kayla después de lo que sucedió ese día en el hospital, pero hoy no me importaba nada de eso y les pedía a gritos que me ayudara, pues la necesitaba y necesitaba que sacaran de aquí de una maldita vez. Recién desperté en este lugar, pero
Damon Salí de la casa de Katherine y caminé lentamente hasta mi auto. Las calles estaban un poco desiertas, el día estaba completamente soleado, sin rastro de alguna sola nube. El día se veía perfecto para salir y pasear con Katherine y nuestro hijo. Una hermosa idea que se cruzó por mi mente fue que podíamos dar una caminata tranquila, tomar sol y visitar locales de ropa para niños. La simple idea me llenaba de emoción y ternura. Nunca pudimos concretar esa idea con Katherine, pues los conflictos nos golpearon antes de que pudiéramos hacerlo. Cuando llegué a la puerta de mi auto y la abrí, vi que Katherine salió de su casa corriendo. Me sorprendí un poco, pues lo primero que pensé fue que algo malo estaba pasando con ella, pero noté una sonrisa desbordante en su rostro que me hizo sonreír a mí. Me ilusioné, tengo que admitirlo. Katherine me gritó desde la vereda de su casa que quería intentarlo nuevamente conmigo. Dijo que ella quería ser mi novia otra vez. La emoción que me inv