Damon ¿Para qué mentir? Mi corazón se quebró en mil pedazos cuando Katherine dudó de su amor por mí. Todo mi ser me pidió que no le creyera a Katherine, pues hace una semana me decía que me amaba, y si su amor era tan real como ella lo expresó hace una semana, Katherine no me dejó de amor y tampoco dudaba de su amor. Pero el dolor seguía permaneciendo allí. El dolor seguía instalado en mi pecho y yo no podía hacer nada para quitarlo de allí. Un vacío grande me recorrió por completo. Últimamente me sentía muy emocional, pues sentía ganas de llorar por todo lo que tuviera que ver con Katherine. Nunca pensé que lo que la bruja nos dijo esa vez fuera tan cierto: la bruja dijo que nuestro amor sería complicado, que tendría muchos obstáculos en el camino, pero no pensé que fuera tan real. Sin embargo, lo era. Tenía ganas de llorar porque me daba miedo nunca poder recuperar a Katherine. Obvio que no me iba a dar por vencido con ella, pero no sabía cómo comenzar a atacar en esta guerra mal
Katherine Cuando noté que la ventanilla del auto estaba siendo bajada, no creí que vería a Damon allí. Ese no era su auto, por lo tanto, él estuvo durante todo el tiempo mirándome. No sé por qué estaba allí, viéndome desde un auto que no era el suyo, pero me gustó la idea de que él estuviera allí conmigo, cuidándome. Lo sé, era estúpido y un poco contradictorio de mi parte, pero no podía evitar pensarlo. Sin embargo, seguía dentro de mí esa fuerte sensación de querer estar alejada de él. Sí, una parte de mí se sentía molesta por verlo frente a mi casa. La lluvia no dejaba de caer. Es más, se intensificó un poco, incluyo cayó un rayo que casi hace se me salga el corazón por la boca del susto. Desde que me convertí en una mujer lobo en transición, mi sentido auditivo se intensificó y agudizó. Los ruidos fuertes me ponían un poco nerviosa e incómoda. El rayo me aturdió, me obligó a cerrar los ojos con fuerza y a cubrirme los oídos. Sentí un poco de miedo, pues nunca antes escuché un r
Katherine ¿Quién se creía él que era para decirme algo como eso? La rabia me hervía. —¿Por qué no me dices lo que quieres de una vez por todas? No quiero estar aquí, hablando contigo. Prefiero estar en mi cama. —¿Tanto me odias? Es una pregunta seria, Katherine. ¿Me odias tanto? Porque me tratas como si yo fuera el enemigo de esta historia, y creo que te estás equivocando y cruzando una línea fina. No te confundas, tengo mucha paciencia, pero no permitiré que me faltes el respeto, ¿me has entendido? —¿Yo te he faltado el respeto? Dime, ¿realmente te he faltado el respeto? Solo te he dicho que quiero irme a la cama y que no quiero estar así contigo. Estoy incómoda. No me siento cómoda contigo. —No sabes lo mucho que me duele que me digas esto. —Es la verdad. Solo quieres que yo esté aquí para juzgarme, Damon, y no estoy de ánimos para que me reproches por estar en la casa de mis padres. Sí, te pido disculpas por haberme ido de tu casa sin avisar, ¿okey? Sé que no estuvo bien
Damon Estaba molesto con Katherine por abrirle la puerta a ese hombre. Al parecer no era un desconocido, era un novio que ella tuvo en el pasado. Sentí muchos celos. Nunca fui una persona celosa en toda mi vida, pero ahora no podía dejar de mirarlos. Toda esta situación de incertidumbre con Katherine me volvía loco. Esperé a que el chico se fuera de la casa de Katherine para enviarle un mensaje a mi novia. Bueno... ex. Le pedí que entrara al auto, pero ella se quedó con el teléfono en las manos, dudando de si hacerme caso. Insistí. Se notó su disgusto, pero caminó igual hasta el auto y se metió. Lo que menos quería era tener que discutir con ella, pero Katherine todo el tiempo estaba a la defensiva, así que era difícil. No sé por qué nuestra relación se convirtió en una tan fría. —¿Por qué no me dices lo que quieres de una vez por todas? No quiero estar aquí, hablando contigo. Prefiero estar en mi cama. —¿Tanto me odias? Es una pregunta seria, Katherine. ¿Me odias tanto? Porque m
Katherine Cuando Damon me besó, me quedé intacta en mi lugar. No moví ni un solo músculo porque me sorprendí por lo que pasó. Sí, escuché sus palabras de amor, pero no creí que él llegaría a tener el atrevimiento de besarme por lo mala que fui con él. La situación estaba tensa, así que no me vi venir ese beso. Pero Damon lo hizo de todas maneras, me besó con pasión y deseo y, por mucho que quise resistirme a sus encantos, no pude hacerlo. No fui capaz de alejarlo. No fui capaz de terminar el besó que él empezó. Le respondí con el mismo entusiasmo que él. Me sentí viva en ese contacto de labios. Me sentí feliz y contenida, apasionada y enamorada. Damon para mí lo era todo, y cuando me besaba hacía que mi cabeza se perdiera por completo. Besarlo después de tantos días sin sentir el sabor de sus labios me hizo darme cuenta de lo mucho que necesitaba el tacto de ese hombre en mi vida. Mi piel estaba encendida en llamas. Yo quería más y más y sabía que, si no detenía a Damon de una vez
Damon Katherine y yo hicimos el amor apasionadamente. Me perdí en ella, al igual que ella se perdió en mí. No fue sexo por puro placer, fue sexo por amor. Hicimos el amor. Ella me permitió tocarla, se entregó a mí en cuerpo y alma. Me enamoré de ella una vez más, la amé una vez más y me sentí feliz una vez más. Ver su rostro lleno de placer me generaba descargas eléctricas en mi cuerpo. Escuchar sus jadeos erizaban mi piel. Nuestra burbuja de amor estaba llena de felicidad e ilusiones. Este era nuestro espacio seguro. Cuando terminamos el acto, recosté a Katherine sobre mi cuerpo. Me aferré a ella y procuré que se sintiera cómoda. Ella me abrazó con cariño y cerró sus ojos. Besé su cabeza y me perdí en el aroma suave de su cabello. Sonreí lleno de felicidad, pues al fin tenía todo lo que quería: a mi Luna y a mi hijo. Ahora podíamos retomar nuestro compromiso. Yo me quería casar con ella y no quería esperar meses para ello. Era tiempo de casarnos. Quería casarme con Katherine l
Katherine Me sentí tan mal que no pude evitar llorar. Él se encontraba en el asiento del piloto y yo en el asiento del copiloto. Ahora nuestra piel no se tocaba y nada me dolía más que eso. Alejarse de lo que no quieres alejarte es realmente duro. —No sé qué es lo que pasa, pero todo estará bien, Katherine. Lo prometo —Damon tenía esa mirada de ternura y preocupación en su rostro. Me miraba como si intentara protegerme de todo lo malo. Me dolía saber que su instinto de protección se terminaría cuando le dijera la verdad. La ilusión aún podía verse en su rostro y yo estaba a punto de matarla. —No, nada estará bien, Damon. Todo está mal. Últimamente todo está mal, Damon. —Podemos resolverlo, estoy seguro. —No, no podemos. Tú me vas a odiar. Lo siento, Damon. De verdad. No debí. Perdón. Soy una tonta. Sé que he hecho mal. Espero que me perdones, por favor. Pero entiendo si no me quieres perdonar. Soy una tonta. Perdón, perdón, perdón. Pero Damon lo negaba. —Katherine, ¿qué e
Katherine Okey, definitivamente yo la había cagado por completo. El ruido en mi mente era imposible de detener. Me sentía una tonta y la culpa no quería abandonar mi consciencia. Sé que me equivoqué, y una vez, debí de haberle hecho caso a mi mente, en vez de al deseo. Desde el primer momento supe que acostarme con él, e incluso el simple hecho de que Damon me besara, estaba mal, pero me dejé llevar y perdí la cabeza. Ahora yo estaba sufriendo las verdaderas consecuencias. Para ser sincera, el primer error que he cometido esta noche ha sido subirme al mismo auto que él. El estar sola, en el mismo auto que Damon, significaba un peligro para mí. Damon jamás me tocaría un solo cabello para hacerme daño, pero Damon tenía ese poder de seducción y esa insistencia sobre nuestro amor que a mí me volvían completamente loca. Desde hace una semana he estado luchando contra mi deseo, y lo estaba logrando muy bien, hasta que me subí al mismo auto que Damon y me dejé llevar por sus palabras. Fue