Damon —No quiero pelear más —pidió Katherine con calma. Su tono era completamente diferente al que ella usó en la cocina. Su otro tono fue despectivo, pero este tono de voz era muy calmado y triste. Vi en sus ojos su dolor, su angustia y yo no quería ser quien le agrandara esos sentimientos. Katherine sufrió mucho y yo la trataba mal. Me dije a mí mismo que la trataría siempre correctamente, que siempre me encargaría de verla bien y feliz, pero hace un rato perdí un poco la cordura y me dejé llevar por el enojo. Yo tenía que controlarme un poco más a mí mismo, no podía volver a permitir que esto sucediera, pero sabía que sería complicado, pues todo lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor me tenía de malhumor y muy nervioso. —Yo tampoco quiero pelear contigo. Quiero que lleguemos a un acuerdo. —Me asusta volver ahí, Damon —confesó Katherine. Yo sabía eso. Pero fue muy conmovedor para mí la manera en la que ella se expresó, pues sus ojos contenían un brillo muy angustiante qu
Katherine Mi madre sabía que algo no estaba bien conmigo. Yo quería fingir que todo estaba bien en mi vida, que me sentía bien, que mi vida con Damon iba de maravilla, pero mi madre me conocía a la perfección y ella notaba que algo malo estaba ocurriendo. Insistió en preguntarme qué era lo que me sucedía, pero yo le decía que todo iba bien. Sin embargo, mientras mi madre me presionaba más y más, mi voz se debilitaba. Yo tenía ganas de llorar, quería descargarme con mi madre, quería poder decirle a mamá que estaba triste y que necesitaba un abrazo de ella, pero no podía decirle nada. Tenía que guardarme el dolor para mí misma, tenía que aprender a vivir con esta tortura. Lo peor de todo es que recién era el principio de toda la locura que vendría en el futuro. Me limpié algunas lágrimas y sonreí para que mi próxima respuesta sonara más creíble, pero mi mentón temblaba y mis ojos fabricaban nuevas lágrimas. Si mi madre supiera todo lo que yo estaba pasando, sé que ella vendría corrie
Damon Busqué a Katherine para que habláramos después de haberme ido. La culpa tocó a mi puerta cuando pensé en lo inmaduro que fue dejarla allí sola. Irme a mi cuarto e ignorarla no fue mi mejor decisión. Quería pedirle perdón. Además, ella y yo no habíamos terminado de tener una conversación. La busqué en su habitación, pero ella no estaba. La busqué en todas las habitaciones, en la sala, en el baño, la cocina, el patio, pero ella no estaba por ningún sitio. La busqué fuera de la casa, pero tampoco encontré rastro de ella. ¿Y si algo malo le había pasado? —¡¿Cómo puede ser posible que ella desaparezca en una casa que está llena de hombre lobo?! —regañé a los miembros de mi manada—. ¿Nadie ha escuchado nada? Ordené que toda mi manada la buscara. Dejé a dos hombres lobo en mi casa, por las dudas de que ella apareciera allí. Yo salía a buscarla, pues no podía quedarme en casa con los brazos cruzados, esperando noticias. Me iba a volver completamente loco. Pasaron dos horas.
Katherine Supe que rompí el corazón de Damon en mil pedazos una vez que dudé de mi amor por él. Yo sé perfectamente lo que sentía por él, y sí, lo amaba, pero por alguna razón, toda nuestra relación estaba envuelta en mucho orgullo y en competencia. No sé por qué nos tratábamos así, no sé por qué nos comunicábamos así, pero desde hace un tiempo que todo era simple lo mismo: discutir. No nos faltaba amor, no nos faltaba cariño, pero no faltaba poder comunicarnos correctamente. Lamentablemente no lo hacíamos porque no queríamos. Cada que nos veíamos y teníamos una conversación, nosotros encontrábamos la manera perfecta para empezar una nueva discusión y esto hacía que nuestra relación se convirtiese en una muy pesada. El estar separados no nos ayudaba, pues mis deseos no eran los mismo que los de Damon. Bueno, a decir verdad, los dos queríamos estar juntos como novios, como futuros esposos, pero yo seguía más mi sentido racional y él seguía más a su corazón y sus emociones. Allí esta
Damon ¿Para qué mentir? Mi corazón se quebró en mil pedazos cuando Katherine dudó de su amor por mí. Todo mi ser me pidió que no le creyera a Katherine, pues hace una semana me decía que me amaba, y si su amor era tan real como ella lo expresó hace una semana, Katherine no me dejó de amor y tampoco dudaba de su amor. Pero el dolor seguía permaneciendo allí. El dolor seguía instalado en mi pecho y yo no podía hacer nada para quitarlo de allí. Un vacío grande me recorrió por completo. Últimamente me sentía muy emocional, pues sentía ganas de llorar por todo lo que tuviera que ver con Katherine. Nunca pensé que lo que la bruja nos dijo esa vez fuera tan cierto: la bruja dijo que nuestro amor sería complicado, que tendría muchos obstáculos en el camino, pero no pensé que fuera tan real. Sin embargo, lo era. Tenía ganas de llorar porque me daba miedo nunca poder recuperar a Katherine. Obvio que no me iba a dar por vencido con ella, pero no sabía cómo comenzar a atacar en esta guerra mal
Katherine Cuando noté que la ventanilla del auto estaba siendo bajada, no creí que vería a Damon allí. Ese no era su auto, por lo tanto, él estuvo durante todo el tiempo mirándome. No sé por qué estaba allí, viéndome desde un auto que no era el suyo, pero me gustó la idea de que él estuviera allí conmigo, cuidándome. Lo sé, era estúpido y un poco contradictorio de mi parte, pero no podía evitar pensarlo. Sin embargo, seguía dentro de mí esa fuerte sensación de querer estar alejada de él. Sí, una parte de mí se sentía molesta por verlo frente a mi casa. La lluvia no dejaba de caer. Es más, se intensificó un poco, incluyo cayó un rayo que casi hace se me salga el corazón por la boca del susto. Desde que me convertí en una mujer lobo en transición, mi sentido auditivo se intensificó y agudizó. Los ruidos fuertes me ponían un poco nerviosa e incómoda. El rayo me aturdió, me obligó a cerrar los ojos con fuerza y a cubrirme los oídos. Sentí un poco de miedo, pues nunca antes escuché un r
Katherine ¿Quién se creía él que era para decirme algo como eso? La rabia me hervía. —¿Por qué no me dices lo que quieres de una vez por todas? No quiero estar aquí, hablando contigo. Prefiero estar en mi cama. —¿Tanto me odias? Es una pregunta seria, Katherine. ¿Me odias tanto? Porque me tratas como si yo fuera el enemigo de esta historia, y creo que te estás equivocando y cruzando una línea fina. No te confundas, tengo mucha paciencia, pero no permitiré que me faltes el respeto, ¿me has entendido? —¿Yo te he faltado el respeto? Dime, ¿realmente te he faltado el respeto? Solo te he dicho que quiero irme a la cama y que no quiero estar así contigo. Estoy incómoda. No me siento cómoda contigo. —No sabes lo mucho que me duele que me digas esto. —Es la verdad. Solo quieres que yo esté aquí para juzgarme, Damon, y no estoy de ánimos para que me reproches por estar en la casa de mis padres. Sí, te pido disculpas por haberme ido de tu casa sin avisar, ¿okey? Sé que no estuvo bien
Damon Estaba molesto con Katherine por abrirle la puerta a ese hombre. Al parecer no era un desconocido, era un novio que ella tuvo en el pasado. Sentí muchos celos. Nunca fui una persona celosa en toda mi vida, pero ahora no podía dejar de mirarlos. Toda esta situación de incertidumbre con Katherine me volvía loco. Esperé a que el chico se fuera de la casa de Katherine para enviarle un mensaje a mi novia. Bueno... ex. Le pedí que entrara al auto, pero ella se quedó con el teléfono en las manos, dudando de si hacerme caso. Insistí. Se notó su disgusto, pero caminó igual hasta el auto y se metió. Lo que menos quería era tener que discutir con ella, pero Katherine todo el tiempo estaba a la defensiva, así que era difícil. No sé por qué nuestra relación se convirtió en una tan fría. —¿Por qué no me dices lo que quieres de una vez por todas? No quiero estar aquí, hablando contigo. Prefiero estar en mi cama. —¿Tanto me odias? Es una pregunta seria, Katherine. ¿Me odias tanto? Porque m