Damon Katherine salió del hospital un par de días después de que la ingresaran y la dejaran en observación. Sus moretones seguían en su cuerpo, pero se estaban borrando con el pasar de los días y eso era una buena noticia. El día en que los moretones aparecieron en su cuerpo, pensé que no serían fáciles de borrar, pero Katherine estaba sanando día a día. Los doctores hicieron muchas pruebas y llegaron a la conclusión de que esos moretones aparecieron en el cuerpo de Katherine por alguna razón misteriosa, pues confirmaron que no los moretones no fueron provocados por golpes. Cuando mis suegros (o ex suegros) escucharon la noticia, suspiraron de alivio y me pidieron una disculpa por haber pensado algo tan horrible sobre mí. Los perdoné, pues no quería guardar rencores con ellos. Me dieron nuevamente la bienvenida a la familia y yo les agradecía, pero con el corazón roto. Katherine y yo ya no estábamos más juntos en una relación amorosa, pero teníamos que fingir que sí para evitar com
Damon Katherine tenía hambre. La encontré en la cocina poco después de dejarla en su habitación. Estaba preparándose de comer, pero notaba algo raro en ella. Me acerqué con cautela para que no sintiera que la presionaba o que la acosaba. Ella se dio la vuelta para verme. —Hola —dijo simplemente. —Hola —respondí. Tenía que hablar con ella respecto a la iniciación a nuestra manada. Con todo lo que ha estado pasando, estuvimos dejando de lado algo tan importante como lo era su iniciación a nuestra manada. La próxima luna llena llegaría y ella aún no tenía su ritual de iniciación. No podíamos seguir posponiéndolo. Además, tenía que hablar con Katherine respecto a lo que sucedió el otro día en el hospital. Kayla y yo nos hemos mantenido en contacto durante los últimos días. Ambos sabíamos a la perfección que Katherine tenía que volver a entrar en trance para recuperar su energía, porque, según Kayla, la situación podía empeorara en cualquier momento. Por ahora todo estaba muy tr
Katherine Lo miré de manera desafiante. Odiaba la forma en la que él me observaba, como si fuera mi dueño, como si tuviera poder sobre mí. Era duro pensar que después de tanto amor, ahora nos miráramos como si nos odiáramos. Ambos teníamos rencor en nuestras miradas, ambos estábamos descontentos con lo que sucedía y nos desquitábamos con el otro para calmar nuestra rabia. Pero tengo que admitir que no pensaba que él sería capaz de levantarme la voz como lo hizo hace un momento. Estaba sorprendida, pues usó un tono duro conmigo. Y sí, sé que yo no podía reclamarle nada porque también he sido muy cruel con él, pero me tomó por sorpresa. Nunca imaginé que Damon hiciera eso. Él no me podía obligar a que dejara que Kayla me metiera en un trance otra vez. Yo se lo dijo muy claro a Damon: no quería volver a estar dentro de ese infierno, pero a él no parecía importarle. Si él hacía esto para castigarme por haber roto nuestra relación, sería algo muy bajo y decepcionante. Quería que me dier
Damon —No quiero pelear más —pidió Katherine con calma. Su tono era completamente diferente al que ella usó en la cocina. Su otro tono fue despectivo, pero este tono de voz era muy calmado y triste. Vi en sus ojos su dolor, su angustia y yo no quería ser quien le agrandara esos sentimientos. Katherine sufrió mucho y yo la trataba mal. Me dije a mí mismo que la trataría siempre correctamente, que siempre me encargaría de verla bien y feliz, pero hace un rato perdí un poco la cordura y me dejé llevar por el enojo. Yo tenía que controlarme un poco más a mí mismo, no podía volver a permitir que esto sucediera, pero sabía que sería complicado, pues todo lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor me tenía de malhumor y muy nervioso. —Yo tampoco quiero pelear contigo. Quiero que lleguemos a un acuerdo. —Me asusta volver ahí, Damon —confesó Katherine. Yo sabía eso. Pero fue muy conmovedor para mí la manera en la que ella se expresó, pues sus ojos contenían un brillo muy angustiante qu
Katherine Mi madre sabía que algo no estaba bien conmigo. Yo quería fingir que todo estaba bien en mi vida, que me sentía bien, que mi vida con Damon iba de maravilla, pero mi madre me conocía a la perfección y ella notaba que algo malo estaba ocurriendo. Insistió en preguntarme qué era lo que me sucedía, pero yo le decía que todo iba bien. Sin embargo, mientras mi madre me presionaba más y más, mi voz se debilitaba. Yo tenía ganas de llorar, quería descargarme con mi madre, quería poder decirle a mamá que estaba triste y que necesitaba un abrazo de ella, pero no podía decirle nada. Tenía que guardarme el dolor para mí misma, tenía que aprender a vivir con esta tortura. Lo peor de todo es que recién era el principio de toda la locura que vendría en el futuro. Me limpié algunas lágrimas y sonreí para que mi próxima respuesta sonara más creíble, pero mi mentón temblaba y mis ojos fabricaban nuevas lágrimas. Si mi madre supiera todo lo que yo estaba pasando, sé que ella vendría corrie
Damon Busqué a Katherine para que habláramos después de haberme ido. La culpa tocó a mi puerta cuando pensé en lo inmaduro que fue dejarla allí sola. Irme a mi cuarto e ignorarla no fue mi mejor decisión. Quería pedirle perdón. Además, ella y yo no habíamos terminado de tener una conversación. La busqué en su habitación, pero ella no estaba. La busqué en todas las habitaciones, en la sala, en el baño, la cocina, el patio, pero ella no estaba por ningún sitio. La busqué fuera de la casa, pero tampoco encontré rastro de ella. ¿Y si algo malo le había pasado? —¡¿Cómo puede ser posible que ella desaparezca en una casa que está llena de hombre lobo?! —regañé a los miembros de mi manada—. ¿Nadie ha escuchado nada? Ordené que toda mi manada la buscara. Dejé a dos hombres lobo en mi casa, por las dudas de que ella apareciera allí. Yo salía a buscarla, pues no podía quedarme en casa con los brazos cruzados, esperando noticias. Me iba a volver completamente loco. Pasaron dos horas.
Katherine Supe que rompí el corazón de Damon en mil pedazos una vez que dudé de mi amor por él. Yo sé perfectamente lo que sentía por él, y sí, lo amaba, pero por alguna razón, toda nuestra relación estaba envuelta en mucho orgullo y en competencia. No sé por qué nos tratábamos así, no sé por qué nos comunicábamos así, pero desde hace un tiempo que todo era simple lo mismo: discutir. No nos faltaba amor, no nos faltaba cariño, pero no faltaba poder comunicarnos correctamente. Lamentablemente no lo hacíamos porque no queríamos. Cada que nos veíamos y teníamos una conversación, nosotros encontrábamos la manera perfecta para empezar una nueva discusión y esto hacía que nuestra relación se convirtiese en una muy pesada. El estar separados no nos ayudaba, pues mis deseos no eran los mismo que los de Damon. Bueno, a decir verdad, los dos queríamos estar juntos como novios, como futuros esposos, pero yo seguía más mi sentido racional y él seguía más a su corazón y sus emociones. Allí esta
Damon ¿Para qué mentir? Mi corazón se quebró en mil pedazos cuando Katherine dudó de su amor por mí. Todo mi ser me pidió que no le creyera a Katherine, pues hace una semana me decía que me amaba, y si su amor era tan real como ella lo expresó hace una semana, Katherine no me dejó de amor y tampoco dudaba de su amor. Pero el dolor seguía permaneciendo allí. El dolor seguía instalado en mi pecho y yo no podía hacer nada para quitarlo de allí. Un vacío grande me recorrió por completo. Últimamente me sentía muy emocional, pues sentía ganas de llorar por todo lo que tuviera que ver con Katherine. Nunca pensé que lo que la bruja nos dijo esa vez fuera tan cierto: la bruja dijo que nuestro amor sería complicado, que tendría muchos obstáculos en el camino, pero no pensé que fuera tan real. Sin embargo, lo era. Tenía ganas de llorar porque me daba miedo nunca poder recuperar a Katherine. Obvio que no me iba a dar por vencido con ella, pero no sabía cómo comenzar a atacar en esta guerra mal