La mañana siguiente llega más rápido de lo que esperaba, pero tristemente no con la recapacitación de la niña mimada, por lo que, cuando me voy a la universidad, no me es posible estar del todo contenta, porque solo podré librarme de uno de los parásitos que tengo encima ahora, no de dos como yo deseaba. A veces me dan ganas de agarrar a esa tonta y sacudirla hasta que, quizás, se le abra la cabeza y el aire fresco haga que piense mejor las cosas y con más coherencia.
Aún no puedo creer que realmente haya decidido creer que solo su amiga tiene la culpa, como si se pudiera realmente ignorar el hecho de que él también participó y que, como bien le intenté hacer ver, él evidentemente no se negó en lo más mínimo. La verdad empiezo a debatirme entre si realmente es estúpida, o si solo está loca y ciega. Quizás es un poco de ambas...
Como dice el dicho, no hay peor ciego que el que no quiere ver y, evidentemente ella no quiere hacerlo. El amor nos vuelve ciegos... y
-¿En serio me lo dices a mí? ¡TÚ FUISTE LA QUE TRAICIONÓ A MAILENA Y PRETENDÍAS QUE GUARDARA TU SECRETO!-¡TÚ FUISTE LA QUE LE MANDÓ ESE MENSAJE! ¡DIJISTE QUE ME DARÍAS TIEMPO PARA...!-Ella no fue.El grito de la rubia queda truncado en su boca y sus ojos pasan a mí, dejando de insultar con ellos a Alegra.-¿Qué dijiste?-Que ella no fue quien me mandó el mensaje, fue un teléfono que no tengo registrado, pero no ella.-Mentira.-Mira si no me crees.Le muestro la pantalla del teléfono, donde se ve el audio como único mensaje en la ventana del chat del Whastapp, y arriba, una imagen de la luna y el número no registrado que, obviamente, es mío, mas nadie tiene por qué saber ese detalle. De todas formas, no dejo que lo memorice ni nada, no quiero darle algo con lo que pu
Su mano extendida hacia mí me deja un tanto confundida, pero la tomo y él simplemente me deja un ligero apretón en ella, para luego soltarme suavemente y esperar a que diga algo.-¿Es alguna clase de broma?-¿Por qué lo sería?-Me tratas como si nada, cuando es evidente que no te caigo bien, precisamente.-Bueno, como dije, esa sonrisa que tenías, no era acorde a la situación que viviste y no pude evitar sentir curiosidad. Quizás no eres como todos piensan, tienes algún tipo de lado obscuro que intenta ocultar a todos y, solo lo muestras cuando nadie te ve, como recién. Eso me produce curiosidad, a decir verdad. Tal vez hasta eres más interesante de lo que esperaba. No tan aburrida y niña mimada como pareces.Sus palabras me sorprenden nuevamente, cosa poco común que ocurra, y me siento bastante expuesta, a decir verdad, lo cua
Ojos grises me observan desde la lejanía, en una silueta obscura que no alcanzo a reconocer, aunque me resulta extrañamente familiar. De forma involuntaria, alzo mi mano para intentar alcanzarlo y, ese simple movimiento, me hace notar que llevo puesto algo que no había utilizado desde hace ya algún tiempo: el uniforme.La manga negra elastizada se ajusta a mi muñeca y antebrazo perfectamente, de forma que prácticamente ni se nota que lo llevo puesto y bajo la mirada al resto de mí, encontrando todo mi ser envuelto en esa misma tela, en un traje completo que se asemeja al de un ninja. ¿Por qué lo traigo puesto?El entorno antes vacío, de un momento a otro toma forma y lo reconozco al momento, es la sala de entrenamiento y, a mi alrededor, cientos de alumnos, chicos, chicas, mujeres y hombres sin rostro, se mueven al unísono, todos siguiendo los movimientos del que es
Sentada en las gradas de la cancha de baloncesto de la universidad, intento por quién sabe qué numero de vez, contactar con mi contacto investigador. Desde aquella noche, no ha devuelto mi señal, por lo que no ha estado activo tampoco, o de lo contrario, ya me habría respondido. Esto me lleva a pensar que algo ha pasado y que, o está muerto, o ha desaparecido de la faz de la tierra por un tiempo.Supongo que lo averiguaré tarde o temprano, mas, sin su ayuda, tendré que buscar más a fondo por mi cuenta. Gruño fastidiada y dejo el teléfono a un costado, frotando mi rostro con cansancio, esperaba que respondiera, así sería más fácil, sin embargo, ¿qué habría de divertido si todo fuera tan simple?Como sea, miro el reloj en mi muñeca y suspiro, está llegando tarde.Anoche, luego de averiguar el teléfono de J.J., desde un n
Está congelado en su sitio, como si no pudiera creer lo que vio y bueno, si lo consideramos en total, creo que es algo normal, después de todo, se supone que soy Mailena, una niña mimada y delicada que no levantaría una pila de tres libros siquiera, por temor a romperse una uña. Y en contraste, acabo de matar a tres hombres frente a sus ojos sin siquiera dudarlo... Supongo que acabo de poner las cosas más complicadas todavía, pero en mi defensa, se suponía que él ya no llegaría, pasó casi media hora de la "cita" que hice con J.J., por lo que no creí que fuera a aparecer de la nada como ahora. Matarlo no es una opción, ¿no? No, no, no, no, es un alumno, demasiado escándalo y se supone que debo pasar desapercibida. No puedo exponerme tanto. ¡DEMONIOS! Gruño molesta y, siempre controlándolo con la mirada (aunque no se mueve, pareciera como si sus pies estuvieran anclados o fundidos con el suelo), arranco uno de los cinturones de tela que llevan los cadáveres para
Gruño frustrada mojándome el rostro con agua fría en el baño de mujeres de la universidad, intentando mantener bajo control mi temperamento. Los hombres del presidente son tan incompetentes, pero TAN incompetentes, que me dan ganas de agarrarlos uno por uno y ahorcarlos yo misma con mis propias manos, viendo en cada uno, cómo su alma escapa de sus cuerpos por culpa de mi agarre.Cuando volví ayer a la Casa Blanca, dije que yo sería quien interrogaría al idiota que atrapé, que yo le sacaría hasta de qué talle de zapatos o marca de calzones estaba usando Demetrius actualmente, sin embargo, esos idiotas que se creen muy machos del Servicio Secreto, dijeron que no, que ellos se encargarían, que sabían exactamente cómo tratar a "escorias como él", y lo encerraron en una celda, para encargarse ellos luego, porque primero tenían un evento al cual prestarle atenci&oac
Son las cinco de la tarde, las clases han terminado y estoy en el café que hay a dos calles de la universidad, esperando a que J.J. decida aparecerse. Claramente le dije que tenía hasta hoy para traerme información que pudiera serme útil, para mostrarme que es un hacker que vale la pena y considerar el utilizar sus servicios, a cambio de responderle sus dudas. No todas, no pienso decirle ni la mitad de lo que él quiere, primero porque no me interesa que lo sepa, y segundo, porque si es tan bueno como dice, seguramente será capaz de averiguar las cosas por su propia cuenta, mas él aún no tiene por qué saber eso. Por el momento, le responderé algunas preguntas y lo haré de forma vaga, dependiendo de qué sea lo que me muestre y "dispare" contra mí con sus ansias de respuestas. Cuando mi pedido es dejado sobre la mesa en la que me encuentro y le doy el primer sorbo a mi café, la puerta del lugar suena y, bajo el umbral, esa mirada de tormenta recorre el espacio hasta que d
-¿En serio me estás diciendo que tú eres ella? ¿Tú eres una de las asesinas más buscadas a nivel mundial? Por Dios, si tienes más de doscientas muertes confirmadas hasta la fecha, un récord impecable... -Y el gobierno de éste país solo sabe de unas setenta y no puede constatar ninguna. -Dios mío, no puedo creer que tengo literalmente a una leyenda del bajo mundo frente a mí. Ni se me hubiera ocurrido siquiera que sería alguien como tú, sin ofender. No hay siquiera una descripción tuya, ni una foto o retrato hablado, nada, no hay forma de identificarte, ni tampoco cómo contactarte. He visto montones de personas buscando contratar tus servicios, preguntando cómo poder encontrarte, y nadie sabe la respuesta, solo que la forma de llegar a ti es por aquellos que han tenido contacto contigo, o si tú sabes que te buscan y su motivo despierta tu interés. -Bueno, parece que, al menos, sabes algo sobre mí. Sí, no aparezco precisamente en el directorio, mi cliente