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Capítulo 4 “Mensajes”

- ¿Por qué siempre llegamos tarde a las clases? - Preguntó Adam mientras caminábamos por los pasillos.

- Los populares siempre llegan tarde - Respondió Nathan.

- Eso es algo tonto ¿no creen?

- No es tonto. Son las leyes de la vida. Todo el mundo lo sabe.

- Sigue siendo tonto.

Adam y Nathan se separaron de nosotras ya que tenían biología y nosotras matemática.

Entramos al salón (obviamente tarde) y todo el mundo volteó a vernos. No me sentía incómoda porque me miraban, ya estoy acostumbrada.

- Señorita Jussieu y señorita Allard ¿me quieren explicar porque llegan tarde a mi clase?

No gracias, no quiero explicarle.

Explicar era lo que más odiaba de llegar tarde. Soy terrible mintiendo así que no sirvo para las excusas.

- Es que... - Chloe trataba de pensar en una excusa hasta que la interrumpí con lo primero que se me vino a la mente.

- Mi perro Clifford murió.

Oh Dios, cállate Amélie.

- ¿Su perro? - Preguntó muy confundido el señor Blanchett.

- Si, lo arroyaron mientras jugaba, era un perro muy grande pero el conductor no lo vio. Chloe me ayudó esta mañana con el funeral y por eso es que llegamos tarde. Estoy muy triste y de luto, señor Blanchett, debería ser más considerado con sus alumnos. Es más, Chloe y yo nos vamos a sentar y vamos a fingir que nada de esto ocurrió, pero debería darle vergüenza toda esta situación.

No se ni lo que dije.

El profesor estaba muy confundido y asombrado, se quedó pensando por unos segundos y luego su cara pasó a arrepentimiento.

- Tiene razón, señorita Jussieu, discúlpeme. Pueden sentarse.

Vaya. Estaba muy impresionada, no pensé que mi rara y para nada creíble historia del perro con nombre de caricatura infantil funcionaría.

Creo que no soy tan mala mintiendo después de todo.

O el profesor es fácil de engañar.

Yo confiaré que es la primera.

Camino junto a mi mejor amiga para sentarnos en los dos asientos que quedaban.

Observo a todos en el salón buscando a una persona en específico hasta que lo veo en uno de los lugares al fondo, mirándome fijamente.

Lo fulminé con la mirada ya que aún seguía molesta por pelea de ayer, Lucas se quedó viendo fijamente sin parpadear.

¡Oh con que eso quiere!

Me le quedé viendo fijamente, ni él, ni yo parpadeábamos. Vi como sus ojos se empezaban cristalizar. Estaba a punto de ganar.

- Amélie ¿Qué te pasa? ¿Estás en shock? Hey, mírame - Chloe movió una mano frente a mi rostro haciendo que parpadeara y volteara a verla molesta - Al fin, ¿qué mirabas?

- Nada. - Me acomodé en la silla para observar la clase pero noté de reojo como Chloe volteaba hacia donde estaba Lucas.

- ¿El nerd asesino? No es feo pero te recomiendo que no andes con él, eso podría arruinar nuestra reputación.

- Sólo lo hablo con él porque estamos juntos en Historia, además no creo que juntarme con Lucas arruine nuestra reputación.

- Claro que si, él es un nerd, no es como nosotros.

- ¿Cómo somos nosotros?

- Somos especiales, perfectos.

- La perfección no existe. Todos somos iguales, no somos ni más ni menos que nadie.

- No me entiendes.

- No, tú no me entiendes a mí.

Realmente no me gustó la forma de pensar de Chloe, aunque así pensaba yo antes. No se que cambió ahora.

Me siento derecha dispuesta a seguir observando la clase hasta que escucho el sonido de un sinsajo avisándome que me llegó un mensaje.

Lo siento señor Blanchett, el destino no quiere que vea su clase.

Número Desconocido: Perdiste.

Miro el mensaje con el ceño fruncido porque no sabía quién lo había enviado pero si tenía una idea.

Amélie: ¿Y tú eres...? ¿Y cómo tienes mi número?

Número Desconocido: Lucas. Diste tu número ayer en la clase de modelaje para los padres y yo lo guardé.

Amélie: ¿Eres un acosador?

El nerd: Sólo soy un hermano responsable.

Amélie: JA JA. Claro.

El nerd: ¿En serio le dijiste al profesor que tu perro se llamaba Clifford? ¿Por casualidad tu perro no crece por tanto amor que le dan?

Amélie: Mi mente no es muy buena para maquinar mentiras rápidas o era Clifford o era Barney.

El nerd: Siempre supe que tenías una mente infantil.

Me giré para verlo y lo conseguí viéndome también así que le saqué la lengua demostrándole que no era infantil pero el hizo algo que nunca me había hecho...

Me sonrió.

¡Y vaya bonita sonrisa tenía!

***

- Muy bien chicas, empezamos el calentamiento. - Les digo a mis compañeras de equipo.

Estoy en la cancha de la preparatoria calentando con las demás chicas del equipo de animadoras ya que el inicio del campeonato de fútbol se acerca.

Estoy estirando mi pierna izquierda cuando veo a Chloe que también se estaba estirando acercarse a mí.

- Amélie, las chicas están incómodas por el rarito que nos está viendo desde hace rato desde las gradas.

Doy media vuelta para ver quien era el acosador.

Lucas..

- No te preocupes, yo me encargo de él.

Camino hacia la primera fila de las gradas donde está Lucas con un cuaderno de dibujo y un lápiz, cuando me ve acercarme noto que cambia de hoja rápidamente.

- Sabía que me estabas acosando. - Digo al llegar a donde está.

- No estoy acosándote, sólo estoy dibujando.

- Pues a las chicas les incomoda que estés aquí, creen que eres un pervertido que quiere mirar mientras entrenamos.

- ¿Pervertido? - Pregunta confundido.

- Si, ya hemos tenido varios por aquí.

- Pues yo vine a dibujar. Esta es un área libre, no es de su propiedad, así que puedo estar aquí si quiero.

- Quiero ver tu dibujo.

Lucas me tiende el cuaderno lo tomo y veo el dibujo. Es muy bonito. Es la cancha, con las gradas, la cancha de tenis y la de fútbol, sin personas, sólo el césped y el cemento.

- Nada mal.

- Esto si es arte, no como esas cosas que hacen ustedes las animadoras.

- ¿Disculpa? - dije claramente ofendida - ¡Chloe e Isabelle! ¡Vengan acá! ¡Vamos a hacer la rutina siete! - le grité a las chicas y luego volví a dirigirme a Lucas - Ahora déjame enseñarte que es el arte.

Isabelle, Chloe y yo empezamos a hacer la rutina que ya me sabía muy bien porque yo misma la creé; consistía en volteretas, saltos y mortales. Cuando llegamos a la parte donde venía mi solo me aseguré de que Lucas me viera de frente. Hice cuatro volteretas hacia atrás y terminé con las piernas completamente abiertas sobre el piso. Luego de eso me levanté y me acerqué a él.

- Esto también es arte - Dije antes de darme la vuelta y caminar lejos de él pero luego me giro para decirle algo más - Tienes razón, es una zona libre, puedes estar aquí si quieres.

Dicho esto camino hacia donde están las demás animadoras dejando a un Lucas muy sorprendido.

- Ahora si chicas ¡Qué comience el entrenamiento!

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