Capítulo 30

Alice abrió los ojos y miró hacia su lado izquierdo porque sentía que no podía moverse. Su cerebro no se había despertado lo suficiente para pensar que podía ser algo paranormal. Normalmente, los hospitales tenían historias tenebrosas, pero el hombre que estaba acostado en su cama, era todo, menos un fantasma. Mak estaba profundamente dormido sin moverse de ahí. Parecía un niño abandonado en busca de afecto. La mano de Alice tomó vida propia y sin darse cuenta, estaba acariciando el rostro del mafioso.

Maksym suspiró y se removió en su lugar. La rubia sonrió levemente, al darse cuenta de que el profundamente dormido de él, tenía un significado diferente al del resto de los seres humanos.

—Te creía dormido —comentó, al verlo empezar a abrir los ojos—. ¿Estás bien, Mak? —le preguntó, al ver el rostro desmejorado del polaco. Tenía ojeras y expresión triste.

—¿Cómo te sientes tú y el bebé? —ignoró las preguntas y se subió un poco más para estar cerca de su boca.

—Estamos bien. Solo debo p
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