Maddison Spencer - Bennett

Una copa…

Dos copas…

Demasiadas copas después…

Me sentí como si me hubiera atropellado un camión. Todo dolía… no estaba segura de si era por la apasionada noche que acababa de tener, por el alcohol o era una mezcla de ambas.

Abrí los ojos, ya que la luz se colaba por las cortinas. Al hacerlo, me di cuenta de que mi cabeza estaba descansando tranquilamente en un pecho desnudo y tonificado.

Me alejé lentamente, intentando no entrar en pánico, porque la realidad me estaba golpeando fuertemente: Había dormido con un completo extraño.

“¡Mierda! ¡Tengo que salir de aquí!” —me susurré, mientras buscaba mis prendas extraviadas… hoy era yo la que tenía que hacer la caminata de la vergüenza al salir de esta habitación.

Una caminata que había visto muchas veces con las innumerables mujeres que se acostaban con los trillizos.

Cada vez que las veía salir avergonzadas en la madrugada de la casa, les daba la charla a mis hermanos, como si fuera la policía de la moral y las