Maddison Spencer – Bennett. Después de que tomé el baño para relajar mis nervios, me dormí. Durante todo ese tiempo, no tuve noticia de Alonso, lo cual me hizo enojar… no, raya eso. Estaba tan encabronada. Yo creo que me dormí solo por la rabia. No sé qué hora era, cuando escuché ruido. Me senté en la cama, intentando mirar en la oscuridad. Rasqué mis ojos, queriendo despertar. “No quise despertarte, lo siento.” —La voz ronca de Alonso hizo que me despertara de inmediato. Fruncí el ceño. “¿Dónde carajos estabas? ¿Acaso tienes idea lo preocupada que estaba?” Él me miró en silencio, mientras se desabotonó la camisa, también con el ceño fruncido. “No es de tu incumbencia, Maddison.” —Me dijo cortante. ¡¿Y quién se ha creído que soy yo? ¿Acaso cree que soy una de sus empleadas?! Con la ira bombeando a mil, tomé una de las almohadas y se la lancé en la cara. Él se quedó mirándome, con los ojos muy abiertos, totalmente sorprendido. “No me respondas de esa forma, Alonso. Recuerda bi
Alonso Corleone.Después de los acontecimientos ocurridos el día anterior, no pude dormir en toda la noche. Por lo tanto, ocupé ese tiempo valioso en coger incansablemente a mi pequeña pareja.No quería que notase de que no quería hablar. La comunicación era algo con lo que siempre había luchado. No siempre se me daba bien y, a menudo, terminaba cagándola aún más. Así que hice lo que mejor sabía hacer: esquivar.A la mañana siguiente, me levanté antes de que el sol saliera. Tenía muchas cosas por hacer, si es que quería terminar con la careta de Wilma.Hace dieciséis años, cuando quiso secuestrar a Maddison, junto con el beta del ex rey Harry, Wilma fue sentenciada a cadena perpetua por sus crímenes cometidos.Durante diez años, Wilma demostró buena conducta y solicitó una rebaja en su sentencia, en donde se le aceptó y, hace un año, salió en libertad condicional.Warren creyó que su hermana se había rehabilitado del lavado de cerebro que le había realizado el ex rey, su padre, pero,
Maddison Spencer – Bennett.Me desperté en una cama vacía. Miré a mi alrededor, pero mi candente pareja, no estaba conmigo. Debía reconocer, que me decepcionó un poco.Pero ahí vi la nota. La tomé y la leí, haciéndome sonreír con cada línea. Suspiré y me dejé caer en la cama sosteniendo la nota en mi pecho.“¡Eres tan cachonda, mujer! ¡Ahora, nos tocará sufrir en la noche!”Fruncí el ceño. “¿De qué estás hablando, Kallie?”“De que estabas tan caliente y enojada a la vez, ¡que no escuchaste nada de lo que grité! Te dije que no te dejarás marcar hasta después del cambio… ¡Pero tú nunca escuchas!”“Sigo sin entender, Kallie.”Ella gruñó frustrada y se fue caminando furiosa a los confines de mi mente, dejándome con preguntas sin ser respondidas.Decidí dejar de lado esa conversación, para que no afectara mi excelente estado anímico. Habían pasado años desde que no me sentía tan feliz y completa.Toc, toc, toc.“¡Adelante!” —grité, aun soñando, despierta con la inolvidable noche que Alonso
Maddison Spencer – Bennett.“Hasta que nos volvemos a encontrar, Suicune, diosa del viento del norte. Te dije que te encontraría de nuevo… pareja.”¿Suicune? ¿De qué mierda estaba hablando? ¿Quién era Suicune?Como si me hubieran escuchado los pensamientos, una voz femenina y melodiosa dijo: “Creí que estabas muerto, Sokaris. ¿Qué es lo que tomará librarnos de ti? ¡Maldita basura griega!”Abrí mucho los ojos al entender que quién dijo esas palabras, no era otra que Selene.“Gusto en verte, Selene. Te ves vieja. ¿Mucho trabajo?” —le dijo, burlándose de la diosa de la luna.“No tan viejo como tú, Sokaris. ¿Mucho tiempo esperando a tu alma gemela? Que triste que no te reconozca.” —le dijo en tono sarcástico, lo cual era bastante extraño escuchar, proviniendo de ella.Usualmente, Selene era la más recatada y compuesta de las tres, pero… creo que con este hombre tenían mucha historia pasada.¿Alma gemela? ¿De qué mierda estaba hablando Selene? ¿Qué era lo que habían estado haciendo sin que
Maddison Spencer – Bennett.Contuve la respiración… Abrí mucho los ojos y busqué al dueño de esa voz, la cual tenía múltiples efectos no esperados, en mí, pero fue en vano… Él no estaba aquí.Suspiré decepcionada, creyendo que fue una invención de mi cerebro creativo, cuando lo escuché decir: “No me busques entre esas cuatro paredes, mi diosa. Siempre que quieras escucharme, sopla en el punto cardinal del sur y podrás hablarme.”“¿Cómo estás en mi cabeza? ¿Es un enlace mental?”“Hum… en una forma, si lo es. Los enlaces mentales solo funcionan dentro de un rango reducido de distancia. La rosa de los vientos te permitirá contarte con cualquiera de nosotros en cualquier momento que lo necesites.”Fruncí el ceño. “¿Nosotros? ¿A qué te refieres?”Lo escuché sonreír y luego dijo: “Sé que no soy el único, diosa mía. Pero es un precio que estoy dispuesto a pagar con tal de tenerte nuevamente conmigo. Soy capaz de compartirte, con tal de no volver a separarme de ti. Te he esperado durante sigl
Maddison Spencer - Bennett.Me quedé viendo a Alonso con los ojos muy abiertos. Me sequé la mano y rápidamente le quité el teléfono de sus manos.“¿Alice?”“¡Princesa! He intentado comunicarme con usted, pero había sido en vano. ¿Ha visto su calendario?”Fruncí el ceño y me maldigo por haber sido descuidada. Suspiré y le dije: “No lo he visto.”“Debe venir a mi consultorio lo antes posible. Usted sabe que las inyecciones anticonceptivas son muy efectivas, siempre y cuando se hagan en la fecha correspondiente. Ya han pasado tres meses desde la última.”“Lo entiendo totalmente, Alice. Debido a que mi primer cambio fue anoche y por protocolo real, no puedo salir. ¿Puedes venir al palacio? Esto es algo que me preocupa mucho.”“Ningún problema, princesa. Estaré allí al mediodía.”“Muchas gracias, Alice. Nos vemos al mediodía.” —Y sin más, ambas cortamos la comunicación.Alcé la mirada y ahí estaba la de Alonso, esperando algún tipo de explicación. Suspiré y calmadamente dije: “¿Puedo termi
Maddison Spencer – Bennett.Fruncí el ceño, confundida. ¿Qué demonios hacía ella aquí? ¿Quién la invitó? ¿Por qué mamá y Alonso están a la defensiva? ¿Qué estará planeando, ahora?Tengo clarísimo que, si mi tía Wilma está aquí, nada bueno se viene. Aún tengo recuerdos de cuando tenía cinco años y ayudó con mi secuestro. Si bien no recuerdo que haya sido ella la que invadió la cabaña en la que estaba, si recuerdo vívidamente, que fue a mi habitación a verme.Recuerdo, como si fuera ayer, sus palabras… «Jamás permitiré que tú seas la reina, mocosa… No eres nada.»Por lo tanto, nunca he estado feliz de que exista, respire o simplemente esté viva.Me crucé de brazos y dije: “Tía Wilma… ¿Quién te dejó salir del agujero al que llamas hogar?”Abrió mucho los ojos y dijo: “Emma, ¿así es como has criado a esta mocosa insolente? ¿Sin un ápice de respeto por sus mayores?”Sonreí irónica y le dije: “El respeto se gana, Wilma… ¿O acaso no recuerdas lo que me dijiste cuando era una niña y el monstru
Emma Spencer. “Y con eso concluye mi presentación sobre innovación educativa. Muchas gracias a todos por asistir.” Patrick Sheldon, el decano de la universidad dice, “Damas y caballeros, esta fue la presentación magistral de la Dra. Spencer, profesora interina de la universidad de Stanford” Puedo observar como el público se pone de pie aplaudiéndome. Algunos gritan, “¡Bien hecho!” y no puedo evitar sonreír. Me bajo del escenario y me encuentro cara a cara con el principal benefactor de la universidad: Peter Bennett. Es el multimillonario más codiciado del país. Observo al inmenso hombre que está de pie frente a mí. Extremadamente alto, una pared de puro músculo, pelo castaño un poco más largo arriba que en los costados, ojos de color almendra, labios carnosos, mandíbula fuerte y barba recién cortada. Viste un traje negro, hecho a la medida. Atractivo, varonil, el sueño de cualquier mujer, el cual hace que tus bragas se mojen, solo con mirarlo. Con una sonrisa perfecta dibujada