La plaza principal de Bogotá se alzaba majestuosa frente a ellos, como un testigo silencioso de la historia y el poder que se desarrollaba en sus calles adoquinadas. Los edificios coloniales y las fachadas de estilo neoclásico rodeaban el espacio abierto, proporcionando un telón de fondo impresionante para este encuentro clandestino.Ariam caminaba con paso seguro hacia el punto de encuentro acordado, sus tacones resonando en el empedrado mientras se abría paso entre los transeúntes que llenaban la plaza. Sus ojos brillaban con la emoción contenida mientras buscaba la figura conocida de Derek. Finalmente, lo encontró cerca de una fuente ornamentada.Cuando sus miradas se encontraron, una sonrisa iluminó el rostro de Ariam y se lanzó hacia él con los brazos abiertos. Se fundieron en un abrazo apasionado, sintiendo la calidez y la familiaridad del otro en cada contacto. Los besos que se intercambiaron eran prolongados y cargados de una mezcla de alivio y felicidad.Después de un momento
Lamentablemente, Ariam se convirtió en una víctima de los retorcidos planes de los hombres de Jimena. Lejos de terminar con su vida de forma rápida y sin piedad, decidieron utilizarla como una moneda de cambio en un sórdido negocio clandestino. Rápidamente, la sacaron de Colombia, sin dejar rastro ni posibilidad de escape.El viaje de Ariam desde Colombia hasta Indonesia fue una pesadilla que la sumergió en un estado de profundo terror y desesperación. Los captores de Ariam la mantuvieron atada y amordazada durante todo el trayecto, asegurándose de que no tuviera oportunidad de escapar o pedir ayuda.El inicio del viaje se dio en un carro oscuro y sin identificación, donde Ariam fue colocada en la parte trasera, rodeada por la oscuridad y el silencio sepulcral. El trayecto estuvo lleno de giros bruscos y cambios de dirección repentinos, lo que aumentaba la sensación de vulnerabilidad y desorientación de Ariam.Después de varias horas de angustiante viaje por carreteras secundarias y c
Un latigazo impactó con fuerza sobre su espalda, sacudiéndola bruscamente de su letargo en medio de una maraña de dolor. De sus labios, un grito desgarrador escapó, llevando consigo el eco de su agonía.Allí se encontraba, atada de manos a un poste situado en un rincón de la lúgubre habitación. La cuerda, delicada pero firme, se enroscaba varias veces alrededor de sus muñecas, mientras su rostro permanecía pegado al poste, apenas a escasos centímetros del suelo.Su melena caía en cascada cubriendo su rostro, intentando en vano apartarla para poder vislumbrar su entorno, pero sus esfuerzos resultaban infructuosos.Un nuevo azote se abatió sobre ella, haciendo que su cuerpo se contrajera de manera espasmódica ante el dolor y que un alarido desgarrador escapara de sus labios. Pudo sentir cómo la sangre manaba de las heridas en su espalda, recorriendo sus brazos hasta caer al suelo, formando un rastro escarlata.—¡Grita, maldita zorra! ¿Te gusta esto, verdad? —vociferó el hombre que la so
Derek, al enterarse del secuestro de Ariam, experimentó una oleada de ira que sacudió cada fibra de su ser. Como un hombre con habilidades letales y un pasado marcado por la violencia, sabía que debía utilizar todos los recursos a su disposición para encontrar a su mujer y hacer pagar a aquellos que osaron arrebatarla.Derek se sumergió de lleno con su determinación férrea, consciente de que no había tiempo que perder. Cada minuto que pasaba sin tener a Ariam a salvo era una tortura insoportable para él. Como un hombre de recursos ilimitados y conexiones poderosas, activó su red de contactos dentro de la hermandad del golfo.Derek se rodeó de hombres y mujeres dispuestos a hacer lo que fuera necesario para encontrar a los responsables.Una vez listo, el equipo comenzó la cacería de los responsables. No había descanso ni tregua, solo la sed de justicia guiaba sus pasos. Derek lideraba el frente, decidido a encontrar respuestas en el lugar donde todo había comenzado: el casino clandesti
La desesperación, implacable reveladora de la verdadera naturaleza humana, exhibió los colores más oscuros en aquel hombre. Siempre que el miedo se presentaba, su cobardía se dejaba ver, un signo inequívoco de su debilidad. El dueño del local se convirtió en el perfecto ejemplo de ello.—Tu destino ya ha sido sellado. Sin embargo, por una vez en tu miserable existencia, tienes la oportunidad de hacer algo bien y salvar una vida, en lugar de arruinarla como has hecho siempre.Derek conocía los secretos que envolvían a aquel hombre. No había sido seleccionado para realizar subastas de tal magnitud por su habilidad física, sino por su astucia despiadada. No existía límite alguno para él, ningún individuo se encontraba a salvo de sus maquinaciones. Esta realidad no justificaba que Derek no sintiera ni una pizca de empatía al enfrentarlo. Era un hombre malvado, sí, pero también lo era Derek, en cierta medida.Cuando el hombre negó con firmeza, cerrando los labios en señal de resistencia, D
El cuerpo de Ariam estaba lleno de dolor agudo y punzante. Cada inhalación se convertía en un tormento que le robaba el aliento, mientras el frío penetraba en su piel hasta lo más profundo de sus huesos. Su mirada recorrió la habitación en busca de algún indicio de las otras chicas que estaban allí antes de que se desmayara, pero no encontró rastro de ellas. Se sentía completamente sola, abandonada en aquel lugar oscuro y siniestro.Encogiéndose sobre sí misma, Ariam apretó con fuerza el poste al que estaba atada, en un intento desesperado por mantener el poco calor que le quedaba en su cuerpo maltratado. A pesar del intenso dolor que la recorría, se negaba a ceder a la debilidad y al miedo. Cerró los ojos y concentró toda su energía en un último esfuerzo por acercar sus rodillas al pecho, buscando un poco de alivio en medio de aquel infierno. Al abrir los ojos, se encontró con la visión de sus manos, que mostraban las marcas de su tormento.Sus muñecas, aún sujetas por una cuerda del
Ariam, fue llevada rápidamente al hospital en Indonesia. Después de recibir latigazos terribles, había perdido mucha sangre y estuvo inconsciente durante tres días. También sufrió fuertes golpes en la cabeza.El panorama era desalentador. Ariam tenía heridas profundas en su espalda por los latigazos. Además, los médicos estaban preocupados por su cabeza y querían asegurarse de que no hubiera una lesión grave allí.Los doctores se esforzaron al máximo para ayudar a Ariam. Le dieron transfusiones de sangre para reponer la que había perdido y asegurarse de que su cuerpo se mantuviera fuerte. También le hicieron un montón de pruebas para evaluar cómo estaba su cabeza y darle el tratamiento adecuado.Durante todo ese tiempo, Derek estuvo a su lado, apoyándola sin descanso. Estuvo allí día y noche, cuidando de ella.Poco a poco, Ariam comenzó a mejorar. Su cuerpo empezó a sanar y, finalmente, salió del estado de inconsciencia.El secuestro de Ariam y su posterior rescate se convirtió en el
Ariam se estaba preparando para la cena, había seleccionado cuidadosamente un vestido elegante pero a la vez discreto. Mientras se observaba en el espejo, pensaba en los dobles intereses de Aurelio, mientras que ella no podía evitar pensar en cómo sacar provecho de su circunstancia y asegurar el mejor porcentaje para sí misma.Ariam se colocó de lado para observar sus marcas. Las heridas en la espalda habían sanado de forma satisfactoria, casi volviéndose imperceptibles. La piel ya comenzaba a lucir suave y radiante, como si el tiempo se hubiera esforzado en borrar cualquier rastro de aquella angustia.Pasó sus dedos delicadamente por la zona, solo quedaban pequeñas cicatrices apenas visibles.La mirada de Ariam se encontró con la de Derek, quien la observaba con admiración y ternura. Sus ojos se entrelazaron en un gesto cómplice, y Derek se acercó lentamente, rodeándola con sus brazos protectores. Sus manos acariciaron suavemente la piel que había sanado.—Estás preciosa. —Le dijo mi