A altas horas de la madrugada, Derek y Ariam finalmente regresaron exhaustos a la imponente mansión de Willy. Derek, evidentemente ebrio, apenas podía mantenerse en pie, sus movimientos torpes y desequilibrados eran una clara muestra de su estado de embriaguez. Su rostro enrojecido y su risa descontrolada revelaban la intensidad de la noche que habían experimentado en los sombríos bares del bajo mundo del narcotráfico.Preocupada por la condición de Derek, Ariam lo ayudó a llegar a su habitación. Cada paso era un desafío, y ella tuvo que sostenerlo para evitar que se tambaleara. Al entrar en la habitación, con cuidado y ternura, Ariam comenzó a desvestir a Derek, quitando su chaqueta y desabrochando su camisa arrugada. Cada botón que desabrochaba revelaba más de su cuerpo cansado y maltratado por la noche de excesos. Una vez que estuvo desnudo, lo ayudó a recostarse en la cama, acomodando sus extremidades con suavidad.Ariam, a pesar de la tentación de marcharse y dejar a Derek en ese
Ante aquellas palabras, Ariam quedó completamente desarmada, por la sinceridad con las que la dijo Derek.Sus dedos se deslizaron suavemente por la garganta de Ariam, y luego la yema de su pulgar recorrió lentamente su labio inferior. Las mariposas revolotearon en el estómago de ella, despertando una oleada de sensaciones. Derek entrecerró los ojos mientras observaba fijamente su boca. Con movimientos deliberados, acarició suavemente de un lado a otro, como si recordara que su boca le pertenecía. Luego, se inclinó y la reclamó.Los labios de Derek encendieron una chispa dentro de Ariam. Su estómago dio vueltas cuando él separó sus labios y su lengua cálida y húmeda se movió rápidamente, saboreándola con excitación. Ella contuvo un gemido, sintiendo cómo la pasión se apoderaba de ella.Él deslizó el vestido por los hombros de Ariam, dejándolo extendido debajo de ellos sobre la mesa. La tumbó y se detuvo para admirar su cuerpo desplegado ante él. Sus manos exploraron cada rincón: las pi
Después de esa noche maravillosa juntos, Ariam no tenía dudas sobre Derek. Aquella mañana, se levantó llena de entusiasmo y decidida a cerrar el trato con Willy. Dejó a Derek durmiendo en la habitación y se dirigió hacia el jardín, donde esperaba encontrar al capo colombiano. El ambiente en aquella mansión siempre estaba impregnado de tensión y seguridad, el lugar en todo memento se encontraba rodeado por hombres armados que custodiaban cada rincón.El jardín era un oasis de exuberante vegetación tropical, con flores vibrantes y palmeras majestuosas que se alzaban hacia el cielo. En el centro, se encontraba una mesa de madera maciza, rodeada de sillas igualmente robustas, donde Willy se sentaba mientras disfrutaba de su desayuno.—¡Buenos días, mi reina! ¿Cómo amaneció? — Le preguntó el hombre al verla, con una sonrisa juguetona en sus labios.—¡Buenos días, Willy! Amanecí muy bien, con muchas ganas de hablar de negocios —respondió Ariam, manteniendo su compostura y mostrando determin
Ariam, bajo la atenta guía de Derek, decidió tomar un riesgo aún mayor y visitar a otro líder de la temida Hermandad del Golfo: Aurelio. Se decía que Aurelio poseía incluso más poder que Willy, aunque su carácter distaba mucho de ser tan simpático como el de su colega. Pero Ariam sabía que, en el mundo de la mafia, el dinero era el lenguaje universal y estaba segura de que el trato que tenía para ofrecerle sería sumamente beneficioso para ambos.Aurelio era conocido por su cautela y astucia, a diferencia del temperamento impulsivo de Willy. La rivalidad entre ambos líderes era palpable, y en más de una ocasión habían protagonizado violentos enfrentamientos que habían dejado un reguero de sangre. Eran dos hombres poderosos luchando por el control del cartel más influyente de Colombia.Ariam llegó al lujoso y fortificado complejo donde Aurelio tenía su sede. Guardias armados custodiaban cada rincón, dejando en claro que aquel no era un lugar al que se accediera fácilmente.Una vez dentr
La plaza principal de Bogotá se alzaba majestuosa frente a ellos, como un testigo silencioso de la historia y el poder que se desarrollaba en sus calles adoquinadas. Los edificios coloniales y las fachadas de estilo neoclásico rodeaban el espacio abierto, proporcionando un telón de fondo impresionante para este encuentro clandestino.Ariam caminaba con paso seguro hacia el punto de encuentro acordado, sus tacones resonando en el empedrado mientras se abría paso entre los transeúntes que llenaban la plaza. Sus ojos brillaban con la emoción contenida mientras buscaba la figura conocida de Derek. Finalmente, lo encontró cerca de una fuente ornamentada.Cuando sus miradas se encontraron, una sonrisa iluminó el rostro de Ariam y se lanzó hacia él con los brazos abiertos. Se fundieron en un abrazo apasionado, sintiendo la calidez y la familiaridad del otro en cada contacto. Los besos que se intercambiaron eran prolongados y cargados de una mezcla de alivio y felicidad.Después de un momento
Lamentablemente, Ariam se convirtió en una víctima de los retorcidos planes de los hombres de Jimena. Lejos de terminar con su vida de forma rápida y sin piedad, decidieron utilizarla como una moneda de cambio en un sórdido negocio clandestino. Rápidamente, la sacaron de Colombia, sin dejar rastro ni posibilidad de escape.El viaje de Ariam desde Colombia hasta Indonesia fue una pesadilla que la sumergió en un estado de profundo terror y desesperación. Los captores de Ariam la mantuvieron atada y amordazada durante todo el trayecto, asegurándose de que no tuviera oportunidad de escapar o pedir ayuda.El inicio del viaje se dio en un carro oscuro y sin identificación, donde Ariam fue colocada en la parte trasera, rodeada por la oscuridad y el silencio sepulcral. El trayecto estuvo lleno de giros bruscos y cambios de dirección repentinos, lo que aumentaba la sensación de vulnerabilidad y desorientación de Ariam.Después de varias horas de angustiante viaje por carreteras secundarias y c
Un latigazo impactó con fuerza sobre su espalda, sacudiéndola bruscamente de su letargo en medio de una maraña de dolor. De sus labios, un grito desgarrador escapó, llevando consigo el eco de su agonía.Allí se encontraba, atada de manos a un poste situado en un rincón de la lúgubre habitación. La cuerda, delicada pero firme, se enroscaba varias veces alrededor de sus muñecas, mientras su rostro permanecía pegado al poste, apenas a escasos centímetros del suelo.Su melena caía en cascada cubriendo su rostro, intentando en vano apartarla para poder vislumbrar su entorno, pero sus esfuerzos resultaban infructuosos.Un nuevo azote se abatió sobre ella, haciendo que su cuerpo se contrajera de manera espasmódica ante el dolor y que un alarido desgarrador escapara de sus labios. Pudo sentir cómo la sangre manaba de las heridas en su espalda, recorriendo sus brazos hasta caer al suelo, formando un rastro escarlata.—¡Grita, maldita zorra! ¿Te gusta esto, verdad? —vociferó el hombre que la so
Derek, al enterarse del secuestro de Ariam, experimentó una oleada de ira que sacudió cada fibra de su ser. Como un hombre con habilidades letales y un pasado marcado por la violencia, sabía que debía utilizar todos los recursos a su disposición para encontrar a su mujer y hacer pagar a aquellos que osaron arrebatarla.Derek se sumergió de lleno con su determinación férrea, consciente de que no había tiempo que perder. Cada minuto que pasaba sin tener a Ariam a salvo era una tortura insoportable para él. Como un hombre de recursos ilimitados y conexiones poderosas, activó su red de contactos dentro de la hermandad del golfo.Derek se rodeó de hombres y mujeres dispuestos a hacer lo que fuera necesario para encontrar a los responsables.Una vez listo, el equipo comenzó la cacería de los responsables. No había descanso ni tregua, solo la sed de justicia guiaba sus pasos. Derek lideraba el frente, decidido a encontrar respuestas en el lugar donde todo había comenzado: el casino clandesti