Ariam se sentía en una encrucijada. Por un lado, su cuerpo clamaba por volver con Derek y devorarlo a besos hasta que sus labios dolieran de placer. Por otro, su mente y su corazón le ordenaban mantenerse alejada, pues ya había sufrido demasiado.La angustia que sentía en su pecho aumentó al ver a Derek salir de la casa sin siquiera despedirse de ella. Ariam se quedó allí, paralizada, tratando de decidir qué camino tomar. ¿Ceder a sus impulsos más profundos y entregarse a Derek de nuevo, o hacer caso a su voz interior y alejarse de él emocionalmente?Ariam se dejó caer en el sofá y cerró los ojos. Ahora solamente quedaba esperar, esperar a que las aguas se calmaran, a que el tiempo hiciera lo suyo. Tal vez en el futuro, cuando el dolor de sus múltiples perdidas se hubiera disipado, tendría una nueva oportunidad. O tal vez no, tal vez fuera el fin de todo, el fin de una historia que nunca llegaría a ser.✨ ✨ ✨ ✨ ✨ ✨Ariam se despertó temprano al día siguiente y se dirigió a la cocina,
—No quiero que te involucres en esto, Ariam. Mis negocios son peligrosos, no quiero que te pongas en riesgo.—Keniche está involucrado, si hago que ese hombre cierre el trato contigo, de alguna forma le estaré haciendo daño a esos cabrones, estoy segura de que puedo hacer que el magnate se una a nosotros. Tengo habilidades persuasivas ¿Ya lo olvidaste? —Dijo ella levantando una ceja en modo sugerente.Las esquirlas grises que eran los ojos de Derek, tuvieron un destello de brillo malicioso, pero aun así no cedió tan fácilmente.—No lo dudo —dijo Lexter el ayudante de Derek que se había mantenido callado mientras su jefe hablaba con la chica— pero este asunto no se trata solo de protección. La compra de armas también está involucrada y solo un miembro de los Hijos del Escorpión debe cerrar el trato.Lexter miraba a Ariam si se tratara un objeto insignificante del mobiliario de la casa, él pensaba que ella era solo una de las putas de Derek, y sus ideas no merecía ser tomadas en cuenta.
Vladimir era un hombre de origen ruso que se había criado junto a Derek en las calles. A lo largo de los años, habían mantenido una estrecha amistad. Era un hombre extrovertido y astuto, con una gran habilidad para los negocios y una influencia importante en el mundo criminal de la ciudad. Su reputación era la de un mafioso peligroso que se dedicaba a todo tipo de negocios ilegales, incluyendo la venta de drogas, el tráfico de armas y la extorsión. Tenía a su mando a una gran cantidad de hombres dispuestos a hacer cualquier cosa por él. Además de sus actividades ilegales, Vladimir era el propietario de un burdel de lujo ubicado en los bajos fondos de la ciudad. A pesar de ser un sitio poco recomendable, el burdel era famoso por su exclusividad y alta calidad, ofreciendo a los hombres ricos y poderosos un lugar donde podían satisfacer sus deseos más oscuros y perversos.Vladimir al ver a Derek, lo agarró del hombro y lo acercó para darle un fuerte abrazo.—¡Joder, macho! ¿Cuánto tiempo
Ariam salió de la oficina de Vladímir con un aire de determinación en su rostro, tratando de controlar la ira que la consumía. No soportó ver a Derek en ese lugar, especialmente con una mujer desnuda en su regazo. Fingió no conocerlo y lo miró con desprecio mientras salía de la habitación. Derek, por su parte, se colocó rápidamente la camiseta y la siguió, sin importarle que el ruso estuviera observando todo lo que sucedía, se le olvidó fingir.Vladímir se quedó en la oficina, mirando la escena con desconcierto. No entendía por qué de repente Derek se había quedado como una piedra y había salido detrás de una preciosura que había entrado de repente, no eran una de sus chicas, de eso estaba seguro, porque a él le gustaba probar la mercancía antes de ofrecerlas a sus clientes y a esa rubia preciosa, le hubiera dado un buen uso antes; mas su curiosidad se vio satisfecha cuando Nilvia, la prostituta amiga de Ariam, le explicó todo lo que había pasado. La noticia no lo sorprendió demasiado
Ariam tenía su mirada clavada en la botella de tequila que sostenía en su mano, mientras analizaba detenidamente su compleja situación. Aunque su exterior reflejaba una calma pasmosa, en su interior ardía una incandescente ira que luchaba por salir a flote. Ella sabía que Derek estaba a su lado, pero se negaba a mirarlo a los ojos, pues si lo hacía, su mente volvería hacia aquellos instantes previos, y solo esa idea lograba afectar su maltrecho estómago.Absorta en su propia reflexión, Ari había llegado a la conclusión, entre tequila y tequila, que no podía soportar ver a Derek con ninguna otra mujer que no fuera ella misma. Si bien era consciente de que su actitud celosa no tenía un fundamento real, pues no existía absolutamente nada entre ellos, salvo la cohabitación, la inminente boda y algún encuentro fugaz, no lograba evitar sentirse afectada cada vez que alguna mujer —ya sea real o imaginaria— se cruzaba en su camino.Ariam se zambulló en la bebida, sorbo tras sorbo, hasta que l
Entre tropiezos, besos entrecortados y caricias apresuradas, Derek sentó a Ariam sobre la mesa y se alejó un instante para quitarse la camiseta antes de volver a su boca. Sus manos se apoyaron en sus rodillas y comenzaron a abrirse camino bajo la falda. Acarició sus muslos mientras ella jadeaba desbocada, clavando sus uñas en su espalda cuando sus dedos se apoyaron en el húmedo centro de su cuerpo. Él la atrajo aún más hacia él.La boca de él se alejó de sus labios para deslizarse por el cuello de Ariam, por su clavícula y por su escote, hasta llegar a su vientre. Quería continuar el camino hacia abajo, perderse entre sus piernas y saborearla hasta provocar sus gritos. Sabía que eso la volvería loca.Ella soltó un ligero gemido de intriga y él sonrió al devolverle la atención a su cuello. Se escondió tras su liso cabello dorado.— ¿Por qué me haces esto? —preguntó ella buscando su boca.— Me quieres para ti, ¿no? Pues ya me tienes —susurró él suavemente, intrigante.Ariam se quitó la
Derek maldijo con suavidad, en un susurro apenas audible, cuando se percató de que Ariam se había quedado profundamente dormida. La observó por un instante, maravillándose por la belleza que seguía irradiando incluso en sus sueños. Con delicadeza, la levantó en brazos y subió las escaleras con sigilo, depositándola con suavidad en su cama.Una vez asegurado de que Ariam estaba cómoda y segura, Derek comenzó a desvestirse, sintiendo una frustración que crecía en su interior. Desnudo, se encaminó al baño y se sumergió bajo la ducha, sintiendo el agua fría en su piel, lo que le resultaba reconfortante, aunque no lo suficiente como para aplacar la necesidad que tenía de estar con Ariam. Sin embargo, Derek intentó despejar su mente, evocando pensamientos tranquilos y alejando los oscuros deseos que lo habían llevado a ese momento.Él salió del baño y se acercó a su cama, deslizándose bajo las sábanas. Su cuerpo estaba exhausto, pero su mente estaba tan viva como siempre. Extendió su brazo
Al día siguiente, Derek se encontró con Ariam en la cocina, preparándose una sopa para aliviar el horrible malestar que la aquejaba, minutos más tardes Derek entró en la cocina, ella se quedó embobada mirándolo; mientras sus ojos se desviaban por las intrincadas líneas y símbolos marcados en la piel de él, las imágenes de la noche anterior cruzaron por su mente. La forma en que Derek la había abrazado, su respiración cálida en su cuello, su piel suave contra la suya. A pesar de lo mal que se sentía, no podía evitar que su mente calenturienta se fuera por donde no debía.De repente, las patatas que tenía en las manos se deslizaron de sus dedos y cayeron al suelo con un fuerte golpe. Ariam parpadeó, sacudiendo la cabeza para alejar los pensamientos que la aturdían. Se agachó para recoger las patatas, tratando de recuperar la compostura.Derek se acercó a ella, notando su torpeza y le preguntó con preocupación: —¿Estás bien?Ariam asintió, tratando de ignorar la oleada de calor que subí