Vladimir era un hombre de origen ruso que se había criado junto a Derek en las calles. A lo largo de los años, habían mantenido una estrecha amistad. Era un hombre extrovertido y astuto, con una gran habilidad para los negocios y una influencia importante en el mundo criminal de la ciudad. Su reputación era la de un mafioso peligroso que se dedicaba a todo tipo de negocios ilegales, incluyendo la venta de drogas, el tráfico de armas y la extorsión. Tenía a su mando a una gran cantidad de hombres dispuestos a hacer cualquier cosa por él. Además de sus actividades ilegales, Vladimir era el propietario de un burdel de lujo ubicado en los bajos fondos de la ciudad. A pesar de ser un sitio poco recomendable, el burdel era famoso por su exclusividad y alta calidad, ofreciendo a los hombres ricos y poderosos un lugar donde podían satisfacer sus deseos más oscuros y perversos.Vladimir al ver a Derek, lo agarró del hombro y lo acercó para darle un fuerte abrazo.—¡Joder, macho! ¿Cuánto tiempo
Ariam salió de la oficina de Vladímir con un aire de determinación en su rostro, tratando de controlar la ira que la consumía. No soportó ver a Derek en ese lugar, especialmente con una mujer desnuda en su regazo. Fingió no conocerlo y lo miró con desprecio mientras salía de la habitación. Derek, por su parte, se colocó rápidamente la camiseta y la siguió, sin importarle que el ruso estuviera observando todo lo que sucedía, se le olvidó fingir.Vladímir se quedó en la oficina, mirando la escena con desconcierto. No entendía por qué de repente Derek se había quedado como una piedra y había salido detrás de una preciosura que había entrado de repente, no eran una de sus chicas, de eso estaba seguro, porque a él le gustaba probar la mercancía antes de ofrecerlas a sus clientes y a esa rubia preciosa, le hubiera dado un buen uso antes; mas su curiosidad se vio satisfecha cuando Nilvia, la prostituta amiga de Ariam, le explicó todo lo que había pasado. La noticia no lo sorprendió demasiado
Ariam tenía su mirada clavada en la botella de tequila que sostenía en su mano, mientras analizaba detenidamente su compleja situación. Aunque su exterior reflejaba una calma pasmosa, en su interior ardía una incandescente ira que luchaba por salir a flote. Ella sabía que Derek estaba a su lado, pero se negaba a mirarlo a los ojos, pues si lo hacía, su mente volvería hacia aquellos instantes previos, y solo esa idea lograba afectar su maltrecho estómago.Absorta en su propia reflexión, Ari había llegado a la conclusión, entre tequila y tequila, que no podía soportar ver a Derek con ninguna otra mujer que no fuera ella misma. Si bien era consciente de que su actitud celosa no tenía un fundamento real, pues no existía absolutamente nada entre ellos, salvo la cohabitación, la inminente boda y algún encuentro fugaz, no lograba evitar sentirse afectada cada vez que alguna mujer —ya sea real o imaginaria— se cruzaba en su camino.Ariam se zambulló en la bebida, sorbo tras sorbo, hasta que l
Entre tropiezos, besos entrecortados y caricias apresuradas, Derek sentó a Ariam sobre la mesa y se alejó un instante para quitarse la camiseta antes de volver a su boca. Sus manos se apoyaron en sus rodillas y comenzaron a abrirse camino bajo la falda. Acarició sus muslos mientras ella jadeaba desbocada, clavando sus uñas en su espalda cuando sus dedos se apoyaron en el húmedo centro de su cuerpo. Él la atrajo aún más hacia él.La boca de él se alejó de sus labios para deslizarse por el cuello de Ariam, por su clavícula y por su escote, hasta llegar a su vientre. Quería continuar el camino hacia abajo, perderse entre sus piernas y saborearla hasta provocar sus gritos. Sabía que eso la volvería loca.Ella soltó un ligero gemido de intriga y él sonrió al devolverle la atención a su cuello. Se escondió tras su liso cabello dorado.— ¿Por qué me haces esto? —preguntó ella buscando su boca.— Me quieres para ti, ¿no? Pues ya me tienes —susurró él suavemente, intrigante.Ariam se quitó la
Derek maldijo con suavidad, en un susurro apenas audible, cuando se percató de que Ariam se había quedado profundamente dormida. La observó por un instante, maravillándose por la belleza que seguía irradiando incluso en sus sueños. Con delicadeza, la levantó en brazos y subió las escaleras con sigilo, depositándola con suavidad en su cama.Una vez asegurado de que Ariam estaba cómoda y segura, Derek comenzó a desvestirse, sintiendo una frustración que crecía en su interior. Desnudo, se encaminó al baño y se sumergió bajo la ducha, sintiendo el agua fría en su piel, lo que le resultaba reconfortante, aunque no lo suficiente como para aplacar la necesidad que tenía de estar con Ariam. Sin embargo, Derek intentó despejar su mente, evocando pensamientos tranquilos y alejando los oscuros deseos que lo habían llevado a ese momento.Él salió del baño y se acercó a su cama, deslizándose bajo las sábanas. Su cuerpo estaba exhausto, pero su mente estaba tan viva como siempre. Extendió su brazo
Al día siguiente, Derek se encontró con Ariam en la cocina, preparándose una sopa para aliviar el horrible malestar que la aquejaba, minutos más tardes Derek entró en la cocina, ella se quedó embobada mirándolo; mientras sus ojos se desviaban por las intrincadas líneas y símbolos marcados en la piel de él, las imágenes de la noche anterior cruzaron por su mente. La forma en que Derek la había abrazado, su respiración cálida en su cuello, su piel suave contra la suya. A pesar de lo mal que se sentía, no podía evitar que su mente calenturienta se fuera por donde no debía.De repente, las patatas que tenía en las manos se deslizaron de sus dedos y cayeron al suelo con un fuerte golpe. Ariam parpadeó, sacudiendo la cabeza para alejar los pensamientos que la aturdían. Se agachó para recoger las patatas, tratando de recuperar la compostura.Derek se acercó a ella, notando su torpeza y le preguntó con preocupación: —¿Estás bien?Ariam asintió, tratando de ignorar la oleada de calor que subí
Derek y Ariam salieron de la casa y se encontraron en la entrada, donde su Camaro negro estaba estacionado. Derek se acercó a ella y le abrió la puerta del auto con un gesto caballeroso. Ella subió al asiento del copiloto mientras no dejaba de admirar el vehículo deportivo, a pesar de haberlo conducido, todavía seguía quedándose fascinada.Derek se sentó en el asiento del conductor, ajustó el retrovisor y encendió el motor. El sonido del rugido del motor hizo que Ariam sintiera una descarga de adrenalina en el cuerpo. Él hundió el pie en el acelerador y el auto salió disparado de la entrada, dejando una estela de polvo detrás.A medida que avanzaban por las calles, el viento soplaba en el cabello de Ariam. La ciudad estaba llena de vida, y los edificios altos y brillantes se alzaban hacia el cielo. Derek condujo hábilmente a través del tráfico, cambiando de carril con facilidad y dejando atrás a otros conductores.Los hombres de Derek los seguían de cerca en otros autos, asegurándose
Ariam se despertó antes de que saliera el sol, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción por la misión que se le había encomendado. Se vistió cuidadosamente con su ropa deportiva de alta calidad, que había comprado específicamente para la ocasión. Se aseguró de que cada prenda fuera cómoda y no limitara sus movimientos, ya que necesitaba estar preparada para cualquier eventualidad.Mientras se vestía, verificó cuidadosamente que había empacado todo lo que necesitaba en su bolso deportivo. Agarró su teléfono y la billetera falsa con identificación falsa, que había preparado para esta operación. También aseguró que sus credenciales de la ONG ficticia estuvieran en orden y en su lugar correspondiente dentro de su bolso.Luego, Derek la llevó en su coche hasta el Central Park, donde la dejó a unas cuadras de su destino.En el camino hacia el Central Park, Derek le explicó detalladamente a Ariam cuál era su papel en el plan y cómo debía acercarse a Gauri para que la situación pareciera