Capítulo XVIII

                                  XVIII

Manuel despertó faltando quince minutos para las doce del mediodía. El sufrimiento se fue retirando demasiado lento, y para entonces solo sentía una leve punzada de dolor en la nariz y un poco de ardor en las mejillas, frente y labios a causa de los raspones. A pesar de la presente molestia, ese domingo que despertó algo lo invitó a mirar por la ventana. Desconoció el porqué, pero al lanzar una mirada afuera y ver a María Fernanda jugando en la calle, supo que era algo que llamaban destino, aunque en realidad no sabía qué significaba con exactitud.

La miró con sus ojos brillosos y con una sonrisa bien pronunciada. Apostó a que si su hermano lo hubiera visto en ese momento, se estaría ahogando de risa. Pero no le importó ya que ahí no estaba Francisco, aunque así como podría estar riéndose de él, tambié

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo