A Nikolas le estaban haciendo unos estudios mientras ella se encontraba afuera esperando a que saliera de la habitación. Estaba sentada viendo el lugar que decía "rayos X". Estaba muy metida en su mundo cuando Spencer se sentó a su lado en silencio. Selene notó su presencia, pero siguió guardando silencio.—Estaba esperando a que estuvieras bien —su voz, llamó su atención—. El jefe no lo sabe, pero hay una carta para ti.—¿Una carta? —frunció el ceño.—Es de Daphne —se tensó, con solo escuchar ese nombre—. No sabía si debía entregártela, pero creo que tú también debes darle un final —le entregó el papel—. Soltar el pasado para que no vuelva a molestarte.Lo vió irse y decidió leerla en ese momento. Suspiró y asintió. La leería solo para poder olvidar quien fue Daphne. Se quedaría con el bonito recuerdo de cuando realmente la quiso. Su niñez nunca fue mala y lo recordaría con cariño.Si estás leyendo esto es porque probablemente dejé este mundo. En estos momentos te estoy escribiendo e
Punta Cana- República Dominicana.Selene se había ido de Grecia hace dos meses. Ella y Nikolas debían sanar sus heridas antes de volver a encontrarse. Por primera vez en años, los dos se estaban hablando por el celular. Videollamada, mensajes y algunas llamadas en las noches. Estaban lejos, pero no ausentes. Mantenían su relación a distancia hasta que Nikolas pudiera estar presentable a ella.Selene estaba viviendo en un Airbnb. La casa estaba cerca de la playa y tenía piscina. Era amplia y cómoda para la griega. Había vuelto a convivir con sus padres después de casi 20 años. Fueron felices los 3 y los mejores días de su vida. Nikolas había hablado con el padre de Selene y aunque ya no existía una deuda entre ellos, seguía siendo el padre de su mujer y el mafioso era su capo.—Cariño, ya le pagué a la señora que limpia y al jardinero. Tu padre está terminando de darles la comida que hiciste para despedirlos por esta semana —la griega asintió—. ¿Cuándo irás a buscar el vestido de novia
En lo que la puerta de la habitación fue cerrada, Nikolas se lanzó sobre Selene y la presionó sobre la pared. El deseo los consumía y las ganas de estar juntos eran cada vez más fuertes. Lo único que se escuchaba eran las respiraciones aceleradas de los dos y el sonido de los besos en algunos momentos. Se estaban comiendo, si eso era posible. La piel de gallina se les ponía después de cada caricia. —Mierda, te extrañé... —la llevó a la cama sin dejarla de besar. —Me molesta tu ropa —le quitó la camisa de vestir azul.—Y a mí la tuya —le quitó la pijama, quedando expuesta completamente—. Mi obsesión...Selene le terminó de quitar la ropa, notó las nuevas cicatrices que estaban en la piel del mafioso y, también que tenía un nuevo tatuaje de rosas grises. El griego fue dejando un camino de besos por todo el cuerpo de su mujer. Era dulce y sabía a gloria. Llegó a sus pechos para darle la atención requerida. Mordió, lamió y la sensación de satisfacción la estaba mareando. —Nik... —no lo
El tiempo volaba para la pareja, un mes después, estaban de regreso en Grecia. Todos estaban contentos con su llegada, era como si siempre la hubiesen estado esperado. La recibieron como se debía, como la señora de la casa. Todos en la mansión hicieron una reverencia, entendiendo que sus jefes habían vuelto. Selene sintió latir con fuerza su corazón ante tan bonita llegada. Siempre lo vió con Nikolas y Daphne, pero jamás pensó que ella estaría en ese lugar.—Bienvenidos a casa, jefes —dijeron los soldados, al unísono.Nikolas asintió y caminó de la mano con Selene hacia su oficina, tocó la puerta y entró para ver a su padre sentado en la silla que le pertenecía.—Bienvenidos a casa, muchachos —se levantó y le dió un apretón de manos a los dos—. Todo está en orden, la organización ya vuelve a ser tuya.—Gracias, Aquiles. Espero seguir colaborando contigo en el futuro —dijo el griego.—¿Eh? No. Ya tu madre está molesta porque volví a trabajar. Estoy retirado, hijo. La próxima vez, busca
Mýkonos - Grecia.Día de la boda.Por su mente jamás llegó a imaginar que esto le sucedería. El día más esperado por la pareja, su momento especial y único, había tocado su puerta. La boda de Nikolas y Selene se instaló para quedarse. La pareja se estaba casando el 27 de febrero. No era una fecha común y ninguno de sus allegados cumplía años.La boda era realizada en la mejor iglesia de la ciudad. Tenía decoraciones con flores blancas y moradas. No consiguieron grises, así que lo dejaron en blanco para la iglesia. A la mafia griega la definían con el color gris. Era el favorito de Nikolas, porque así eran los ojos de Selene. El suelo de la iglesia, que era en donde caminaría la novia, estaba lleno de copos de nieve ficticios y ese si pudieron ponerlo en gris.El esmoquin con estilo de pingüino que llevaba Nikolas, era negro con camisa blanca, chaleco, corbata y pañuelo gris. Toda la vestimenta del griego era de alta costura y hecho por Jean-Paul Gaultier. Entre los mafiosos, debía not
Un año después...Primer aniversario de bodas.La vida podía tener altos y bajos. Como toda relación de pareja, había días en donde Nikolas y Selene se odiaban a muerte, también tenían días más tranquilos y otros llenos de pasión. El amor nunca dejó de tocar su puerta. Su primer año de casados fue una locura, pero cada segundo valió la pena. Se habían mudado a una de las zonas más privilegiadas de Grecia. Nikolas pasaba el día en la mansión principal y en la noche volvía a casa con su mujer. Selene dejó atrás sus huidas y abrió su propio restaurante de casi cinco estrellas. La griega se hizo un pequeño hueco en el mundo culinario y fue reconocida como una de las mejores chefs del país. Nikolas viajaba mucho con el Sacerdocio debido a los problemas que estaban teniendo con Sasha. El ruso no quería entender la situación en la que se encontraba al separarse de la mafia. Eran detalles que pronto se iban a solucionar. —Hola, bombón —el griego besó la mejilla de Selene, al verla con Pete
La vida no ha sido la más sencilla para Nikolas. Después de la muerte de su mujer y en ese mismo instante enterarse de que sería padre, no hizo más que derrumbarse y morir mil veces por ese recuerdo. Nikolas tenía un antes de Daphne y un después de ella. Solo que con el paso de los años, la amargura y la maldad fueron creciendo en su interior. La única que lograba calmar todo su sufrimiento era la persona que vivía huyendo de él y quien más lo odiaba.La última vez que se vieron las palabras de Selene se clavaron en sus entrañas.—No me vuelvas a tocar por el resto de tu vida...—No entiendo qué fue lo que yo te hice, Selene. Cambiaste tanto en tan poco tiempo... no te reconozco. ¿No éramos amigos? —la miraba, tratando de comprender los cambios hacia él. —Usa tu cabeza, Nikolas. No todas las personas a tu lado son honestas contigo... mientras tu quieres pintar el mundo de colores para mí, hay otras personas que lo único que hacen es... olvídalo. ni siquiera vale la pena.—Quiero ent
Atenas-Grecia.Ocho años atrás...Nikolas era un hombre cruel, terco y llevarle la contraria te traía los peores problemas en tu vida. El griego se casó por órdenes de su padre. Una alianza para un clan que estaba por derrumbarse, pero tenía mucho prestigio. Aunque Nikolas nunca necesito eso, solo que en su momento, su padre lo obligó. El resto, el mafioso se lo había ganado a pulso y los unió a su organización. Con los años aprendió a amar a Daphne y jamás se arrepintió de eso.Daphne Karagiannis, una hermosa rubia que con mucho esfuerzo se robó el corazón del griego. Algo que para todos podría ser imposible, ella lo logró con sudor y lágrimas. Ella era una mujer noble con ciertas personas, pero muy cruel cuando se trataba de imponerse. Nikolas no tenía problemas, al final de cuentas, ambos habían nacido en la mafia.—Selene, deberías dejar de teñir tu cabello. Ser rubia no es malo —le decía Nikolas, mientras la veía en el baño arreglándose—. ¿A dónde y con quien vas a salir?—Daphne