(Maratón 7/13)Alek Vólkov 6 meses después —¡Sopla la vela! Los gritos de los invitados no se hicieron esperar y, aún en contra de mi voluntad, le dediqué una última mirada a Dasha antes soplar la vela del pastel que tenía frente a mí. Le pedí al fuego que se llevara todas las malas energías de mi vida y todo aquello que me hacía mal, eso era algo que mamá me había enseñado desde pequeño y que yo ponía en práctica.Ella decía que en vez de pedirle algo positivo al fuego, se debía pedirle era que se llevará todas las cosas negativas de nuestra vida, pues si le pedías algo positivo, igualmente se lo llevaría. Y, aunque no tenía por costumbre celebrar mi cumpleaños a menudo, decidí continuar con la tradición solo por Dasha, pues ella si quería que lo hiciera. No me gustaba celebrar mi cumpleaños, pero aún así ella había insistido en hacer y, luego de convencerme y prometer que no sería algo del otro mundo, aquí me encontraba yo, frente a mis amigos más íntimos y soplando la vela de
(Maratón 8/13)Alek Vólkov —...Y esa es la única solución que le encontramos al problema, Alek —terminó de explicar Vlad y quise matar al primero que se me pasara por el frente en ese jodido instante. Prefería todo antes que esa supuesta solución de mierda. —No lo haré —solté tajante y sin estar dispuesto a dar mi brazo a torcer. —Es necesario, Alek, así como Lukyan fue hasta México para poder hablar con esos tipos, nosotros debemos hacer lo mismo porque somos lo jodidos interesados —explicó tratando de hacerme entender la situación y, aunque sabía que tenía razón, no quería admitirlo. ¡No quería hacerlo, maldición! —¡No, carajo! ¡No viajaré a México y dejaré a mi mujer sola durante quién sabe cuánto tiempo! —grité de vuelta completamente enojado con todo el mundo. No quería irme y dejar a Dasha sola, no cuando no me había perdido ni un solo segundo de su embarazo y cuando más peligro podía correr si me tenía a su lado. Porque sí, las cosas habían comenzado a ponerse color de
(Maratón 9/13) Dasha Petrov Respiré tan hondo como mis pulmones me lo permitieron y me levanté de la cama. La inmensa barriga de apenas seis meses no me dejaba hacer muchas cosas normales, como por ejemplo, el poder levantarme de la cama con rapidez. Alek no estaba en la habitación, por lo que no podía ayudarme como siempre lo hacía, pero aún así me defendí como pude y sonreí victoriosa al lograr mi objetivo y levantarme de la cama sin morir en el intento. Acaricié mi barriga con cariño y comencé a caminar hasta la puerta de la habitación para ir a la cocina, pero el sonido de una llamada entrante en mi teléfono me hizo detener mis pasos y devolverme hasta la mesita de noche donde estaba el mismo. Lo tomé con rapidez y, al notar que se trataba de un número desconocido, atendí la llamada pero con dudas y mucha cautela. Esperé que fuese la otra persona del otro lado de la línea quién hablara primero, y así fue. —¿Hola? ¿Dasha? —¿Sergei? —pregunté confundida al comprender q
(Maratón 10/13) Alek Vólkov Mastique con fuerza y de un solo trago me bebí el café que tenía frente a mí, el mal humor que tenía era incontrolable y ni siquiera Dasha podía ayudarme a relajarme en ese momento. El idiota de Sergei la había hecho llorar con sus comentarios de mal gusto, algo que me juré no dejaría pasar por alto, pues no pensaba permitir que nada ni nadie dañara a mi mujer y menos embarazada. Sabía que las emociones fuertes para ella no eran buenas, por lo que me había preocupado más de lo normal al notar como lloraba desconsoladamente luego de haber colgado aquella llamada. Misma que había escuchado de principio a fin, solo que no quise interrumpir para poder tener todos los detalles para mandarlo al cielo. Y, gracias a Dios, tenía las razones suficientes como para hacerlo en un santiamén. Dasha había intentado aparentar que nada ocurría cuando finalmente había hablado, pero yo no era idiota y eso era algo que ella sabía, por lo que optó por la mejor opción.
(Maratón 11/13)Alek Vólkov Le hice una seña con las manos a mis guardias para que me esperaran cerca de los autos y sin más comencé a caminar hasta donde se encontraba aquel idiota. Había decidido no llamar a nadie más para hacer lo que tenía en mente, pues sabía que el idiota de Vlad solo lograría detenerme con sus discursos baratos solo porque estaba saliendo con la hermana del imbécil que tenía frente a mí. —Vaya, vaya, jamás imaginé que el mismísimo Alek Vólkov vendría a visitarme —dijo con sarcasmo una vez estuve lo suficientemente cerca de él como para partirle la cara de un solo golpe. Y, aunque ganas no me faltaban para hacerlo, me contuve porque debía ser más inteligente que él y no caer en sus provocaciones, por ahora. —Sabes perfectamente el motivo de mi visita, así que déjate de idioteces y no alarguemos más el asunto, Sergei —bramé con furia y sin un ápice de delicadeza, pues no estaba dispuesto a ser amable con ese idiota, no más. —Sabes perfectamente que frente a
(Maratón 12/13)Dasha Petrov Miré a través de la ventana con nerviosismo intentando relajarme y no pensar en nada malo, pero se me hacía completamente imposible si Alek aún no había regresado y yo sabía que él estaba con Sergei. —Necesito que te relajes lo más que puedas, estás muy tensa y eso solo le hace daño al bebe, mi niña —dijo María a mis espaldas, intentando calmar mis nervios. Acaricié mi barriga con delicadeza y negué al escucharla. No podía relajarme ni un solo segundo, no cuando sabía que Alek y Sergei probablemente se estaban matando quién sabe dónde. Lo llamé tanto como pude, pero él no me contestaba la llamada, solo me mandaba al buzón de voz y ni le llegaban los mensajes. Algo que solo logró activar las alarmas en mi sistema. Por lo que cada segundo que pasaba me desesperaba más y más, ya que no sabía dónde localizarlo y no sabía si estaba bien o no. —Y yo lo que necesito es que Alek aparezca por esa puerta cuanto antes, de lo contrario me volveré loca —dije con
(Maratón 13/13)Dasha Petrov Abrí la puerta de la habitación en la que me encontraba y asomé la cabeza para ver si había alguien cerca, pues tenía rato llamando y nadie me respondía. Esa no era la habitación que compartía con Alek, por lo que me extrañé demasiado al comprender que tal vez me había ido a dormir a una habitación equivocada por error. O no.Lo último que recordaba era que me había sumido en una profunda oscuridad después de la leve discusión que tuve con Alek. Me desmayé después de que Alek llegara a la casa, María intentó auxiliarme pero se le hizo imposible y por ello me había traído a la habitación en la que me encontraba ahora. Lo sabía porque el recuerdo de su conversación con alguien más fue lo que llegó a mi mente en ese instante.Le di un rápido vistazo a la habitación y confirme que se trataba de la de visitas, pues anteriormente ya había entrado allí y la verdad es que son igual de cómodas y espaciosas que la principal, dónde dormíamos Alek y yo. Alek. I
Alek Vólkov —Callate, hijo de perra —le exigí con los dientes apretados al escuchar sus palabras. Él me miró con burla y quise seguir partiéndole la cara de un solo golpe. Apreté los puños con fuerza y respiré hondo, intentando no perder la cordura, al menos no por ahora. —¿O qué? ¿Me vas a matar, Vólkov? —me desafío y comencé a perder la paciencia, pero no se lo di a demostrar. —No cualquiera es digno de ser asesinado por mi, Sergei, así que no te hagas tantas ilusiones —repliqué con furia y de mal humor por el jodido dolor que sentía en la cara. ¡Ese imbécil tiene más fuerza de lo que creí! Noté como miraba todo a nuestro alrededor con detalle y sonreía por quien sabe qué. Nos encontrábamos a pocos pasos de distancia, pues luego de una intensa sesión de golpes, finalmente habíamos cedido por el cansancio y le dimos lugar a las palabras. —Eso no era lo que decías hace un momento cuando te conté todas tus verdades, imbécil —replicó con burla y mi furia aumentó al recor