(Maratón 12/13)Dasha Petrov Miré a través de la ventana con nerviosismo intentando relajarme y no pensar en nada malo, pero se me hacía completamente imposible si Alek aún no había regresado y yo sabía que él estaba con Sergei. —Necesito que te relajes lo más que puedas, estás muy tensa y eso solo le hace daño al bebe, mi niña —dijo María a mis espaldas, intentando calmar mis nervios. Acaricié mi barriga con delicadeza y negué al escucharla. No podía relajarme ni un solo segundo, no cuando sabía que Alek y Sergei probablemente se estaban matando quién sabe dónde. Lo llamé tanto como pude, pero él no me contestaba la llamada, solo me mandaba al buzón de voz y ni le llegaban los mensajes. Algo que solo logró activar las alarmas en mi sistema. Por lo que cada segundo que pasaba me desesperaba más y más, ya que no sabía dónde localizarlo y no sabía si estaba bien o no. —Y yo lo que necesito es que Alek aparezca por esa puerta cuanto antes, de lo contrario me volveré loca —dije con
(Maratón 13/13)Dasha Petrov Abrí la puerta de la habitación en la que me encontraba y asomé la cabeza para ver si había alguien cerca, pues tenía rato llamando y nadie me respondía. Esa no era la habitación que compartía con Alek, por lo que me extrañé demasiado al comprender que tal vez me había ido a dormir a una habitación equivocada por error. O no.Lo último que recordaba era que me había sumido en una profunda oscuridad después de la leve discusión que tuve con Alek. Me desmayé después de que Alek llegara a la casa, María intentó auxiliarme pero se le hizo imposible y por ello me había traído a la habitación en la que me encontraba ahora. Lo sabía porque el recuerdo de su conversación con alguien más fue lo que llegó a mi mente en ese instante.Le di un rápido vistazo a la habitación y confirme que se trataba de la de visitas, pues anteriormente ya había entrado allí y la verdad es que son igual de cómodas y espaciosas que la principal, dónde dormíamos Alek y yo. Alek. I
Alek Vólkov —Callate, hijo de perra —le exigí con los dientes apretados al escuchar sus palabras. Él me miró con burla y quise seguir partiéndole la cara de un solo golpe. Apreté los puños con fuerza y respiré hondo, intentando no perder la cordura, al menos no por ahora. —¿O qué? ¿Me vas a matar, Vólkov? —me desafío y comencé a perder la paciencia, pero no se lo di a demostrar. —No cualquiera es digno de ser asesinado por mi, Sergei, así que no te hagas tantas ilusiones —repliqué con furia y de mal humor por el jodido dolor que sentía en la cara. ¡Ese imbécil tiene más fuerza de lo que creí! Noté como miraba todo a nuestro alrededor con detalle y sonreía por quien sabe qué. Nos encontrábamos a pocos pasos de distancia, pues luego de una intensa sesión de golpes, finalmente habíamos cedido por el cansancio y le dimos lugar a las palabras. —Eso no era lo que decías hace un momento cuando te conté todas tus verdades, imbécil —replicó con burla y mi furia aumentó al recor
(Maratón 1/9) «Contraté suficiente seguridad para que estés bien durante este tiempo que estaré fuera de casa, dejé absolutamente todo a tu disposición, no hace falta que salgas de la mansión hasta que yo vuelva, las cosas están jodidas y no quiero verte en peligro nuevamente. Cualquier cosa que necesites puedes pedírsela a Boruslav, es el nuevo jefe de seguridad que acabo de contratar para que esté al pendiente de tí y cuide todos tus pasos. Sí todo sale bien con los mexicanos, volveré en dos semanas. A.V» Leí todo en voz baja y no sé qué me sorprendió más, si su fría y monótona despedida o el hecho de que me haya prohibido salir de casa en su ausencia. —¿No dejó nada más? —le pregunté a María, quién me miraba desde una distancia considerable, y negó. —No, según Faddei eso fue lo único que te dejó dicho, pues llamaría diariamente para saber cómo está todo por acá —respondió mirándome con pena. Suspiré y me puse de pie. —Entonces se fue por un viaje de negocios y no por
(Maratón 2/9) Dasha Petrov Cuando finalmente salí de mi trance, lo miré con mala cara, me acerqué a él con pasos determinados y golpeé su hombro intentando empujarlo, algo completamente imposible teniendo en cuenta que era mucho más fuerte que yo. No pasó desapercibido para mí su rostro lleno de golpes, moretones y un poco hinchado. Por lo que imaginé eso había sucedido en el encuentro que tuvo con Alek. —¿Qué carajos haces aquí, Sergei? ¿Quién te permitió entrar a la casa? —le pregunté todo en medio de susurros y completamente furiosa. Aún no se me olvidaba que por culpa de él Alek estaba molesto conmigo. —Necesito que guardes silencio y me escuches, por favor —pidió tomando mi rostro entre sus manos y al instante me alejé de su toque. Eso solo lo hacía Alek conmigo y estaba demasiado molesta con Sergei como para permitirle ese tipo de acercamientos. Primero me tenía que aclarar demasiadas cosas. —No, no te voy a escuchar un carajo, Sergei. Ahora mismo me vas a decir qué hace
(Maratón 3/9)Alek Vólkov Dejé caer todo el peso de mi cuerpo en el asiento trasero del auto y coloqué el teléfono a la altura de mi oreja solo para poder escucharla. Había decidido venirme a uno de los autos que se encontraban en el estacionamiento del hotel para poder hablar con ella tranquilamente y sin interrupciones. Mis hombres y Vlad se encontraban en la habitación durmiendo luego de un largo viaje, pero yo decidí aprovechar mi tiempo libre para saber de mí mujer e hijo. No tenía nada de sueño y al confirmar que en Moscú aún era de día, decidí comunicarme. —¿Hola? —la voz de Dasha se escuchó al otro lado de la línea y sin poder evitarlo sonreí. Tenía horas queriendo hablar con ella y finalmente luego de tanto esperar e intentar comunicarme a la mansión sin éxito, lo había logrado. —Hola —me limité a responder porque aunque la extrañaba y anhelaba hablar con ella desde hacía horas atrás, la verdad era que aún me encontraba algo molesto y confundido por todos los sucesos qu
(Maratón 4/9) Dasha Petrov Un mes después. Miré el teléfono con nerviosismo, respiré hondo y luego miré a María, quién me observaba desde la ventana con una sonrisa en el rostro. —¿Estás segura? —su voz sonaba tranquila y relajada, a diferencia de la mía, que reflejaba todo los nervios que sentía en ese momento. —Sí y no —respondí de vuelta y con el corazón latiendo a mil por segundo. Me sonrió antes de acercarse a mí y tomar mis manos para luego mirarme a los ojos. —¿Por qué estás tan nerviosa? —preguntó y reí al escucharla, pues me conocía tanto que ya sabía leer mi lenguaje corporal. —Porque se suponía que esto era algo que debía hacer con Alek, no sola —le señalé el teléfono y ella asintió. —¿Y por qué no lo esperas entonces? Me estaba cansando de esperarlo, ese era el problema. —¿Cómo me vas a hacer esa pregunta, María? Alek no ha vuelto a casa desde hace un mes, todo porque según él los negocios se han complicado más de la cuenta y debe estar al pendiente —un nudo de f
(Maratón 5/9)Dasha Petrov —¿Deseas tomar algo? —le pregunté con amabilidad y ella negó rápidamente. —No, gracias, solo vine a hablar contigo porque no cuento con demasiado tiempo —colocó sus manos encima de la mesa de la cocina con evidente nerviosismo. La miré y asentí aún no muy convencida de sus palabras. Luego de unos segundos, ella finalmente me miró de vuelta y comenzó a hablar.—Vine porque Sergei no está bien —soltó de repente e inmediatamente las alarmas en mi cerebro se encendieron. No había sabido nada de él desde que había entrado a mi habitación sin permiso, intenté llamarlo para poder hablar con él y que me aclarara todo lo que pasó con Alek esa noche que lo fue a visitar, pero su teléfono sonaba apagado. —¿A qué te refieres con que no está bien? —pregunté intentando no alterarme más de lo normal, pues últimamente había tenido emociones demasiado fuertes y la ginecóloga me dijo que eso no era nada bueno para el bebé. Por lo que debía estar lo más relajada posible,