Capítulo dedicado a: Martita de Quijada, Janna Guzmán, Lorena López, Chanel Pastrano y Adriana Juric. Pd: Decidí escribirlo para que pudieran entender la conducta de Alek, pues leí por ahí que no entendían qué carajos había pasado. Pd2: Viene caos, hermanasss JJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJAAJAJJAJAA
(Maratón 1/9) «Contraté suficiente seguridad para que estés bien durante este tiempo que estaré fuera de casa, dejé absolutamente todo a tu disposición, no hace falta que salgas de la mansión hasta que yo vuelva, las cosas están jodidas y no quiero verte en peligro nuevamente. Cualquier cosa que necesites puedes pedírsela a Boruslav, es el nuevo jefe de seguridad que acabo de contratar para que esté al pendiente de tí y cuide todos tus pasos. Sí todo sale bien con los mexicanos, volveré en dos semanas. A.V» Leí todo en voz baja y no sé qué me sorprendió más, si su fría y monótona despedida o el hecho de que me haya prohibido salir de casa en su ausencia. —¿No dejó nada más? —le pregunté a María, quién me miraba desde una distancia considerable, y negó. —No, según Faddei eso fue lo único que te dejó dicho, pues llamaría diariamente para saber cómo está todo por acá —respondió mirándome con pena. Suspiré y me puse de pie. —Entonces se fue por un viaje de negocios y no por
(Maratón 2/9) Dasha Petrov Cuando finalmente salí de mi trance, lo miré con mala cara, me acerqué a él con pasos determinados y golpeé su hombro intentando empujarlo, algo completamente imposible teniendo en cuenta que era mucho más fuerte que yo. No pasó desapercibido para mí su rostro lleno de golpes, moretones y un poco hinchado. Por lo que imaginé eso había sucedido en el encuentro que tuvo con Alek. —¿Qué carajos haces aquí, Sergei? ¿Quién te permitió entrar a la casa? —le pregunté todo en medio de susurros y completamente furiosa. Aún no se me olvidaba que por culpa de él Alek estaba molesto conmigo. —Necesito que guardes silencio y me escuches, por favor —pidió tomando mi rostro entre sus manos y al instante me alejé de su toque. Eso solo lo hacía Alek conmigo y estaba demasiado molesta con Sergei como para permitirle ese tipo de acercamientos. Primero me tenía que aclarar demasiadas cosas. —No, no te voy a escuchar un carajo, Sergei. Ahora mismo me vas a decir qué hace
(Maratón 3/9)Alek Vólkov Dejé caer todo el peso de mi cuerpo en el asiento trasero del auto y coloqué el teléfono a la altura de mi oreja solo para poder escucharla. Había decidido venirme a uno de los autos que se encontraban en el estacionamiento del hotel para poder hablar con ella tranquilamente y sin interrupciones. Mis hombres y Vlad se encontraban en la habitación durmiendo luego de un largo viaje, pero yo decidí aprovechar mi tiempo libre para saber de mí mujer e hijo. No tenía nada de sueño y al confirmar que en Moscú aún era de día, decidí comunicarme. —¿Hola? —la voz de Dasha se escuchó al otro lado de la línea y sin poder evitarlo sonreí. Tenía horas queriendo hablar con ella y finalmente luego de tanto esperar e intentar comunicarme a la mansión sin éxito, lo había logrado. —Hola —me limité a responder porque aunque la extrañaba y anhelaba hablar con ella desde hacía horas atrás, la verdad era que aún me encontraba algo molesto y confundido por todos los sucesos qu
(Maratón 4/9) Dasha Petrov Un mes después. Miré el teléfono con nerviosismo, respiré hondo y luego miré a María, quién me observaba desde la ventana con una sonrisa en el rostro. —¿Estás segura? —su voz sonaba tranquila y relajada, a diferencia de la mía, que reflejaba todo los nervios que sentía en ese momento. —Sí y no —respondí de vuelta y con el corazón latiendo a mil por segundo. Me sonrió antes de acercarse a mí y tomar mis manos para luego mirarme a los ojos. —¿Por qué estás tan nerviosa? —preguntó y reí al escucharla, pues me conocía tanto que ya sabía leer mi lenguaje corporal. —Porque se suponía que esto era algo que debía hacer con Alek, no sola —le señalé el teléfono y ella asintió. —¿Y por qué no lo esperas entonces? Me estaba cansando de esperarlo, ese era el problema. —¿Cómo me vas a hacer esa pregunta, María? Alek no ha vuelto a casa desde hace un mes, todo porque según él los negocios se han complicado más de la cuenta y debe estar al pendiente —un nudo de f
(Maratón 5/9)Dasha Petrov —¿Deseas tomar algo? —le pregunté con amabilidad y ella negó rápidamente. —No, gracias, solo vine a hablar contigo porque no cuento con demasiado tiempo —colocó sus manos encima de la mesa de la cocina con evidente nerviosismo. La miré y asentí aún no muy convencida de sus palabras. Luego de unos segundos, ella finalmente me miró de vuelta y comenzó a hablar.—Vine porque Sergei no está bien —soltó de repente e inmediatamente las alarmas en mi cerebro se encendieron. No había sabido nada de él desde que había entrado a mi habitación sin permiso, intenté llamarlo para poder hablar con él y que me aclarara todo lo que pasó con Alek esa noche que lo fue a visitar, pero su teléfono sonaba apagado. —¿A qué te refieres con que no está bien? —pregunté intentando no alterarme más de lo normal, pues últimamente había tenido emociones demasiado fuertes y la ginecóloga me dijo que eso no era nada bueno para el bebé. Por lo que debía estar lo más relajada posible,
(Maratón 6/9)Dasha Petrov Me senté en la cómoda cama de Sergei esperando que hablara, pues solo me veía y no hacía absolutamente nada, logrando incomodarme más de lo normal. Definitivamente no fue buena idea el haber salido de la mansión sin avisarle a nadie dónde estaría exactamente. Ada se sentó en la silla del escritorio a unos pocos pasos de mí y eso aunque parezca loco, logró relajarme un poco. Miré nuevamente a Sergei esperando que dijera o hiciera algo, pero como no lo hizo y yo tenía demasiadas cosas qué hablar con él, decidí iniciar la conversación. —Bien, ahora que finalmente estamos frente a frente, necesito que me expliques el porqué de tus mentiras, Sergei —le exigí con la rabia creciendo en todo mi ser. Acaricié mi barriga cuando sentí como la bebé comenzó a patear suavemente y lo miré de vuelta luego de unos segundos en silencio. —¿Quieres algo de tomar? —evadió mi pregunta y quise levantarme de ahí para terminar de estrangularlo de una vez por todas. —No, lo qu
(Maratón 7/9)Dasha Petrov Gruesas lágrimas corrían por mis mejillas sin cesar mientras de alguna u otra forma intentaba desatar mis manos de las ataduras que tenía. Miré con pena como Ada lloraba suplicándole a Dios en silencio que nos ayudará a salir de esta situación. No podía creer que Sergei sin mover un solo dedo nos había tendido una trampa y por creer en él habíamos caído. En aquella habitación vacía las únicas que estábamos éramos Ada y yo, atadas a unas sillas y sin poder hacer absolutamente nada. Por lo menos no olía feo ni nada, además de que tenía un bolsillo que alumbraba todo y nos permitía poder ver todo a nuestro alrededor. —Lo siento mucho, Dasha, no sabía lo que mi hermano estaba tramando —levanté la cabeza al escucharla y le sonreí en respuesta intentando darle a entender que estaba bien, que no la culpaba por ello. Aquí el que tenía toda la responsabilidad era Sergei, había sido él el autor material de los hechos y todo por sus celos hacia mí. Algo que no h
(Maratón 8/9)Alek Vólkov —Última oportunidad para que termines de hablar, hijo de perra —le advertí con los dientes apretados y él solo río con cinismo. —La lealtad no se compra y eso es algo que deberías de saber, Vólkov —me mostró sus asquerosos dientes amarillos y las ganas de arrancarselos con mis propias manos no se hicieron esperar, pero debía ser paciente si quería sacarle algo de información. Sí es que iba a ser posible, pues teníamos horas tratando de que pudiera hablar y solo repetía lo mismo: «La lealtad no se compra»Debía reconocer que era un buen tipo, pues cualquiera en su lugar ya hubiera soltado toda la sopa y más aún cuando lo habíamos golpeado de todas las maneras posibles. Gente así era quién valía la pena tener en los negocios, lástima que fuera del bando de mi más grande enemigo; Lukyan. —Sabes que si no hablas tu muerte será dolorosa, imbécil —le advertí nuevamente y perdiendo la poca paciencia que me quedaba. —Lo sé, pero prefiero morir por lealtad a mi