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(Maratón 8/9)Alek Vólkov —Última oportunidad para que termines de hablar, hijo de perra —le advertí con los dientes apretados y él solo río con cinismo. —La lealtad no se compra y eso es algo que deberías de saber, Vólkov —me mostró sus asquerosos dientes amarillos y las ganas de arrancarselos con mis propias manos no se hicieron esperar, pero debía ser paciente si quería sacarle algo de información. Sí es que iba a ser posible, pues teníamos horas tratando de que pudiera hablar y solo repetía lo mismo: «La lealtad no se compra»Debía reconocer que era un buen tipo, pues cualquiera en su lugar ya hubiera soltado toda la sopa y más aún cuando lo habíamos golpeado de todas las maneras posibles. Gente así era quién valía la pena tener en los negocios, lástima que fuera del bando de mi más grande enemigo; Lukyan. —Sabes que si no hablas tu muerte será dolorosa, imbécil —le advertí nuevamente y perdiendo la poca paciencia que me quedaba. —Lo sé, pero prefiero morir por lealtad a mi
(Maratón 9/9)Alek Vólkov Apreté los puños con fuerza e intenté relajarme hasta que pudiéramos llegar a nuestro destino. Se me hacía completamente imposible teniendo en cuenta que mi mujer embarazada se encontraba desaparecida y los incompetentes de mis hombres no sabían nada de ella ni a donde había ido. Sobre todo María, quién era la que había quedado a su cuidado. Confíe en ella para que velará por ellos y fue lo que menos hizo. Íbamos camino a la mansión, pues después del mensaje que recibí por parte de Logan, todo se había vuelto un verdadero caos. Lo llamé exigiéndole una explicación, pero él solo dijo que no podía hablar de eso conmigo por teléfono, que requería de mi presencia en Rusia y que debía venir lo antes posible. Algo que hice tan rápido como pude, me devolví, busqué a Vlad y al contarle todo, inmediatamente abordamos nuestro Jet privado y volamos directamente hasta rusia. —Trata de relajarte, de seguro todo tiene una explicación, Alek —me exigió con voz dura y l
Dasha PetrovAbrí los ojos ligeramente y me senté de golpe al notar que no estaba en la habitación donde nos habían tenido días antes. O quizá horas, la verdad no sabía cuánto tiempo teníamos secuestradas. Miré a mi alrededor y fruncí el ceño al confirmar que me encontraba en otro lugar, este era mucho más bonito ya que era una habitación ligeramente decorada. Parecía una habitación de hotel, pero no podía saberlo a ciencia cierta. Bajé la mirada hasta mi barriga y cuando intenté acariciarla, me frustré al notar como unas esposas me lo impedían casi por completo. Jalé tan fuerte como pude, pero obviamente sin éxito alguno, por lo que no me quedó más remedio que seguir mirando a todos lados. Me asusté al confirmar que efectivamente estaba sola en la habitación y que Ada no estaba por ningún lado, lo que me puso muy nerviosa al imaginar que tal vez Sergei le había hecho algo malo. —Me alegra mucho saber que ya despertaste, amor mío —su voz me sacó de mis pensamientos y me hizo vol
(Maratón final 1/7)Dasha Petrov Me levanté como un resorte de la cama y con lágrimas en los ojos miré a Alek frente a mí preguntándome si era un sueño o no lo que estaba viviendo. —Dime que no estoy soñando, por favor, dime que de verdad viniste por mí, Alek —toqué su rostro y comencé a llorar al confirmar que era real, que finalmente había venido a rescatarme. Se arrodilló frente a mí, tomó mi rostro entre sus manos y me miró fijamente. —Iría al maldito infierno solo por tí, Dasha, así que no sé porqué sigues dudando de mi presencia —pegó su frente a la mía y cerré los ojos sollozando en silencio. Él se separó de mí, miró mi barriga y sonrió antes de posar sus manos encima de las mismas y comenzó a acariciarla con delicadeza. Dejó un suave beso en la misma y quise detener el tiempo ahí mismo cuando noté como gruesas lágrimas caían por sus mejillas sin cesar. —Hola, cariño, aquí está papá —le susurró a la bebé y sentí que estaba soñando, que nada de lo que estaba pasando era re
(Maratón final 2/7)Alek Vólkov Entré a la asquerosa habitación donde se encontraba el imbécil de Sergei y sonreí al verlo sentado en una silla, atado de manos y pies y con moretones recientes en su rostro. Eso solo significaba que mis hombres habían hecho bien su trabajo, sin mencionar lo que tuvieron que haber hecho Logan y Vlad. —¿Estás cómodo, querido? —llegué hasta donde se encontraba y le sonreí con malicia antes de apretar mis manos en su mandíbula para escuchar sus gritos desesperados por el dolor que obviamente debía de estar sintiendo. Lo solté cuando sentí que ya era suficiente y, para mi sorpresa, noté como él comenzó a reír como un jodido desquiciado. —No tan bien como quisiera, pero no te daré el gusto de verme completamente jodido, imbécil —replicó con furia y solté una carcajada al oírlo. Acto que segundos despues imitó Logan, quién entró en compañía de Vlad a la habitación. Pero decidí ignorar su presencia, pues tenía planes mejores que verles las caras. Ellos p
(Maratón final 3/7)—¿Fue así como te enseñaron a tratar a tus invitados, Vólkov? Creo que te hacen falta modales —se burló Lukyan y solté una carcajada al oírlo porque sabía que estaba más nervioso que nada en el mundo y esa era su única forma de aparentar que todo estaba bien. —Las cosas cambian, Lukyan, así que no esperes una bienvenida con globos y música porque sabes qué es lo que sucederá a continuación —solté con una sonrisa en el rostro y él imitó mi acto. «Rie mientras puedas, imbécil»—¿Y ajuro debías traer a tus perros falderos contigo? —señaló a Vlad, Logan y mis demás hombres, quienes entraron a la habitación segundos después que él. Asentí. —Ja, ya quisieras que fueran unos perros falderos, imbécil —bramé con furia. —Bueno, dejémonos de palabrerías y déjame llevarme a Sergei de acá, vine en son de paz y dispuesto a llevármelo, es uno de mis mejores hombres y lo necesito en mi clan.Solté nuevamente una carcajada al oírlo y negué con la cabeza. —Lastima que ya la mue
(Maratón final 4/7)Dasha Petrov Respiré tan hondo como mis pulmones me lo permitieron y ahogué un gemido cuando sentí una nueva contracción. La bebé no debía nacer en esa fecha, aún tenía ocho meses de embarazo y la doctora dijo que no era recomendable que naciera en ese mes porque sus pulmones no estaban del todo desarrollados, pero parecía que Dios tenía otros planes para mí. —Aguanta un poco más, mi niña, ya casi llegamos —susurró María a mi oído y cerré los ojos al sentir como el dolor venía más intenso. —¿Dónde está Alek? —le pregunté en medio del llanto.—No lo sé, antes de salir de la mansión le pedí a Faddei que lo llamara para que supiera, pero estaba tan al pendiente de tí que no me di cuenta si lo llamo o no. Asentí e inhale y exhalé de manera pausada, sabía que no podía hablar porque eso me lo había dicho segundos antes María, pero necesitaba saber de Alek. Tomé la pequeña manta que me había dado María para tapar mis piernas, ya que me encontraba con un vestido y sin
(Maratón final) Alek Vólkov} 5 años después. Me senté en la incómoda silla de juguete y evite a toda costa verle la cara a Dasha, pues sabía que se estaba burlando de mí y no quería darle a entender a mi hija que me sentía incómodo con aquel vestido de princesa. Ellas obviamente se veían hermosísimas, parecían toda unas diosas, pero yo parecía un tuqueque todo pintado, con peluca y un vestido que le quedaba mejor a la loca de la esquina que a mí. Tomé la pequeña taza de té que me ofreció mi hija y sonriendo con falsedad le di un pequeño sorbo antes de dejarla nuevamente encima de la mesa. —¿Gusta un poco de galletas, princesa rubiola? —me preguntó y estuve tentado a decirle que no, pero al verle la cara a Dasha, cambié rápidamente de opinión y asentí. —Quiero muchas galletas, princesa Aleksandra —le dije con falsa voz de mujer y Dasha ahogó una carcajada. La miré mal y juré que me las pagaría, pues yo debería estar en el campo de golf con Logan, Evan y Vlad jugando un rato, no