(Maratón 9/13) Dasha Petrov Respiré tan hondo como mis pulmones me lo permitieron y me levanté de la cama. La inmensa barriga de apenas seis meses no me dejaba hacer muchas cosas normales, como por ejemplo, el poder levantarme de la cama con rapidez. Alek no estaba en la habitación, por lo que no podía ayudarme como siempre lo hacía, pero aún así me defendí como pude y sonreí victoriosa al lograr mi objetivo y levantarme de la cama sin morir en el intento. Acaricié mi barriga con cariño y comencé a caminar hasta la puerta de la habitación para ir a la cocina, pero el sonido de una llamada entrante en mi teléfono me hizo detener mis pasos y devolverme hasta la mesita de noche donde estaba el mismo. Lo tomé con rapidez y, al notar que se trataba de un número desconocido, atendí la llamada pero con dudas y mucha cautela. Esperé que fuese la otra persona del otro lado de la línea quién hablara primero, y así fue. —¿Hola? ¿Dasha? —¿Sergei? —pregunté confundida al comprender q
(Maratón 10/13) Alek Vólkov Mastique con fuerza y de un solo trago me bebí el café que tenía frente a mí, el mal humor que tenía era incontrolable y ni siquiera Dasha podía ayudarme a relajarme en ese momento. El idiota de Sergei la había hecho llorar con sus comentarios de mal gusto, algo que me juré no dejaría pasar por alto, pues no pensaba permitir que nada ni nadie dañara a mi mujer y menos embarazada. Sabía que las emociones fuertes para ella no eran buenas, por lo que me había preocupado más de lo normal al notar como lloraba desconsoladamente luego de haber colgado aquella llamada. Misma que había escuchado de principio a fin, solo que no quise interrumpir para poder tener todos los detalles para mandarlo al cielo. Y, gracias a Dios, tenía las razones suficientes como para hacerlo en un santiamén. Dasha había intentado aparentar que nada ocurría cuando finalmente había hablado, pero yo no era idiota y eso era algo que ella sabía, por lo que optó por la mejor opción.
(Maratón 11/13)Alek Vólkov Le hice una seña con las manos a mis guardias para que me esperaran cerca de los autos y sin más comencé a caminar hasta donde se encontraba aquel idiota. Había decidido no llamar a nadie más para hacer lo que tenía en mente, pues sabía que el idiota de Vlad solo lograría detenerme con sus discursos baratos solo porque estaba saliendo con la hermana del imbécil que tenía frente a mí. —Vaya, vaya, jamás imaginé que el mismísimo Alek Vólkov vendría a visitarme —dijo con sarcasmo una vez estuve lo suficientemente cerca de él como para partirle la cara de un solo golpe. Y, aunque ganas no me faltaban para hacerlo, me contuve porque debía ser más inteligente que él y no caer en sus provocaciones, por ahora. —Sabes perfectamente el motivo de mi visita, así que déjate de idioteces y no alarguemos más el asunto, Sergei —bramé con furia y sin un ápice de delicadeza, pues no estaba dispuesto a ser amable con ese idiota, no más. —Sabes perfectamente que frente a
(Maratón 12/13)Dasha Petrov Miré a través de la ventana con nerviosismo intentando relajarme y no pensar en nada malo, pero se me hacía completamente imposible si Alek aún no había regresado y yo sabía que él estaba con Sergei. —Necesito que te relajes lo más que puedas, estás muy tensa y eso solo le hace daño al bebe, mi niña —dijo María a mis espaldas, intentando calmar mis nervios. Acaricié mi barriga con delicadeza y negué al escucharla. No podía relajarme ni un solo segundo, no cuando sabía que Alek y Sergei probablemente se estaban matando quién sabe dónde. Lo llamé tanto como pude, pero él no me contestaba la llamada, solo me mandaba al buzón de voz y ni le llegaban los mensajes. Algo que solo logró activar las alarmas en mi sistema. Por lo que cada segundo que pasaba me desesperaba más y más, ya que no sabía dónde localizarlo y no sabía si estaba bien o no. —Y yo lo que necesito es que Alek aparezca por esa puerta cuanto antes, de lo contrario me volveré loca —dije con
(Maratón 13/13)Dasha Petrov Abrí la puerta de la habitación en la que me encontraba y asomé la cabeza para ver si había alguien cerca, pues tenía rato llamando y nadie me respondía. Esa no era la habitación que compartía con Alek, por lo que me extrañé demasiado al comprender que tal vez me había ido a dormir a una habitación equivocada por error. O no.Lo último que recordaba era que me había sumido en una profunda oscuridad después de la leve discusión que tuve con Alek. Me desmayé después de que Alek llegara a la casa, María intentó auxiliarme pero se le hizo imposible y por ello me había traído a la habitación en la que me encontraba ahora. Lo sabía porque el recuerdo de su conversación con alguien más fue lo que llegó a mi mente en ese instante.Le di un rápido vistazo a la habitación y confirme que se trataba de la de visitas, pues anteriormente ya había entrado allí y la verdad es que son igual de cómodas y espaciosas que la principal, dónde dormíamos Alek y yo. Alek. I
Alek Vólkov —Callate, hijo de perra —le exigí con los dientes apretados al escuchar sus palabras. Él me miró con burla y quise seguir partiéndole la cara de un solo golpe. Apreté los puños con fuerza y respiré hondo, intentando no perder la cordura, al menos no por ahora. —¿O qué? ¿Me vas a matar, Vólkov? —me desafío y comencé a perder la paciencia, pero no se lo di a demostrar. —No cualquiera es digno de ser asesinado por mi, Sergei, así que no te hagas tantas ilusiones —repliqué con furia y de mal humor por el jodido dolor que sentía en la cara. ¡Ese imbécil tiene más fuerza de lo que creí! Noté como miraba todo a nuestro alrededor con detalle y sonreía por quien sabe qué. Nos encontrábamos a pocos pasos de distancia, pues luego de una intensa sesión de golpes, finalmente habíamos cedido por el cansancio y le dimos lugar a las palabras. —Eso no era lo que decías hace un momento cuando te conté todas tus verdades, imbécil —replicó con burla y mi furia aumentó al recor
(Maratón 1/9) «Contraté suficiente seguridad para que estés bien durante este tiempo que estaré fuera de casa, dejé absolutamente todo a tu disposición, no hace falta que salgas de la mansión hasta que yo vuelva, las cosas están jodidas y no quiero verte en peligro nuevamente. Cualquier cosa que necesites puedes pedírsela a Boruslav, es el nuevo jefe de seguridad que acabo de contratar para que esté al pendiente de tí y cuide todos tus pasos. Sí todo sale bien con los mexicanos, volveré en dos semanas. A.V» Leí todo en voz baja y no sé qué me sorprendió más, si su fría y monótona despedida o el hecho de que me haya prohibido salir de casa en su ausencia. —¿No dejó nada más? —le pregunté a María, quién me miraba desde una distancia considerable, y negó. —No, según Faddei eso fue lo único que te dejó dicho, pues llamaría diariamente para saber cómo está todo por acá —respondió mirándome con pena. Suspiré y me puse de pie. —Entonces se fue por un viaje de negocios y no por
(Maratón 2/9) Dasha Petrov Cuando finalmente salí de mi trance, lo miré con mala cara, me acerqué a él con pasos determinados y golpeé su hombro intentando empujarlo, algo completamente imposible teniendo en cuenta que era mucho más fuerte que yo. No pasó desapercibido para mí su rostro lleno de golpes, moretones y un poco hinchado. Por lo que imaginé eso había sucedido en el encuentro que tuvo con Alek. —¿Qué carajos haces aquí, Sergei? ¿Quién te permitió entrar a la casa? —le pregunté todo en medio de susurros y completamente furiosa. Aún no se me olvidaba que por culpa de él Alek estaba molesto conmigo. —Necesito que guardes silencio y me escuches, por favor —pidió tomando mi rostro entre sus manos y al instante me alejé de su toque. Eso solo lo hacía Alek conmigo y estaba demasiado molesta con Sergei como para permitirle ese tipo de acercamientos. Primero me tenía que aclarar demasiadas cosas. —No, no te voy a escuchar un carajo, Sergei. Ahora mismo me vas a decir qué hace