— Non hai bisogno di una simile accoglienza, so che non sei contento della mia presenza.*1— Sei di pessimo umore oggi, figliolo.*2— Sarei di umore migliore se mi lasciassi finire di arrivare.*3— Almeno prima dovresti presentarmi alla bella escort che hai portato a casa questa volta.*4Mis ojos se entrecerraron de cierto hastío que sentí al escuchar la palabra acompañante. ¿Qué le sucede a este hombre? No tengo nada en contra de las mujeres que suelen ser acompañantes o lo que sea, pero, ¿En serio este hombre me llamo acompañante?Desde que dijo hijos míos, sentí que todo su ser era tan falso y ahora habla en otro idioma frente a mí, sólo para referirse a mi con tanta bajeza e insultos. Mateo abrió la boca con expresión molesta, pero antes de que siquiera él hablará, yo en un tono moderado y firme con mi perfecto idioma y acento italiano que me esforcé en aprender le contesté:— Piacere di conoscerla, signor Vitale! Temo di non essere un compagno, mi sono liberato del mio cognome pe
— Mateo ¿Que sucede? Si gustas puedo irme yo a descansar. — Susurré bajito solo para que él oyera.— De ninguna manera Agnes, ambos nos iremos a descansar.— Sí hijo, vayan, mandé a preparar tú antigua habitación.¿Porque se referirá a la antigua habitación? Pues supongo que Mateo ha de vivir aquí, ¿O no?— Ven.La florecita enganchó su brazo al mío y me guió hacia unas escaleras en forma de caracol, la mansión Amato Vitale es muy hermosa, todo expresa lujo en cada pared o centímetro. Todas las paredes son de Mármol, aunque haya mucho lujo a mi alrededor también se siente como un hogar. Supongo que por la calidez de algunas personas. El piso es de algún material muy lujoso también y se ve tan satisfactorio para la vista, super liso y bien pulido. Perfecto para resbalarse en el.En cada extremo de las escaleras se encontraba una de las chicas de servicio, iban vestidas todas de negro con uniformes que al parecer son algún tipo de seda, sus cabellos bien recogidos y sin un solo pelito p
— Señora de Amato, ¿Acaso necesita ayuda también para vestirse? — Mateo hizo un sonido desaprobatorio con su boca, mientras caminaba con esa seguridad y ese maldito porte que siempre llevaba consigo.— No es que necesite ayuda...— Iba a proseguir hablando y él me interrumpió.— Ahhh, bueno, si no me necesitas entonces me iré abajo.— Se desvió con camino hacia la puerta de la habitación, él en verdad iba a irse.— ¡No! Emm no te vayas, en verdad sí… bueno sí te necesito. — Su sonrisa ahora era de oreja a oreja. Yo sentía que me iba a congelar, el agua ya se había secado de mi cuerpo y mi cabello en mi espalda desprendía gotas que me recorrían las nalgas.>> La cosa es que no traje ropa y me refiero a la íntima y a la casual. No tengo nada que colocarme y tampoco hay toallas acá.— Ya, espera un momento.— Él se fue hacía una de las puertas que habían en la habitación y se tardó un momento.>> Encontré una toalla, unos boxers nuevos y sólo está camisa. — Me extendió aquella camisa de bot
— ¿Agnes qué pasa? ¿Te sientes bien?Asentí.El cuerpo de Mateo recién bañado olía extremadamente bien, llevaba puesto un pantalón de dormir y su cabello estaba ligeramente mojado. Estruje mis ojos y aún así se sentían muy nublados a causa de la caliente siesta que acababa de tener.>> Salí del baño y te vi retorciéndote en el mueble susurrando mi nombre. ¿En verdad te sientes bien? Tus mejillas están rojas y tú frente sudando, quizás el cambio de clima te está afectando. ¿Tienes fiebre?— Sí, Emm estoy bien,no no tengo nada, no te preocupes.La vergüenza me inundaba entera, todo fue un sueño, uno de mal gusto.¡Vamos Agnes ni tú te crees que haya sido de mal gusto!— ¿Estás segura?Asentí, di gracias a Dios porque la puerta de la habitación haya sonado. Mateo se dirigió a ella y la abrió.— Señor, he venido a entregar su cena y la de la señorita .Escuche cómo Mateo le pedía que la dejara en la pequeña mini sala dónde yo me encontraba y la chica así lo hizo, dejó todo y se fue.En re
Narra Mateo Amato.Miro mi reloj de muñeca y me percato de la hora que es, son justo las dos de la madrugada. Maldigo por lo bajo, ya llevo un par de horas buscando algún indicio de algo en el despacho de mi querido padre.Solo que no sé exactamente qué buscar, en algo anda y lo voy a descubrir. Supongo que con lo que ya sé y algo más podré al fin sacarlo de nuestras vidas para siempre.Será mejor dejarlo estar, por ahora.Subo las escaleras que sé que me llevarán directo a aquello que reposa en mi cama, no he podido contenerme de besarla ya un par de veces, ya yo sabía que la iba a tener para mí, pero no sabía que tanto. Y es que puedo sentir que ya ella corresponde a lo que siento.Siempre estuve más que dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, por tenerla para mí. Ahora que la tengo no me voy a acobardar, poco a poco haré que ella se enamore de mi. Somos dos almas destinadas a estar juntas, siempre he tenido la certeza que cuando dos personas coinciden la primera vez solo es suer
Narra Mateo Amato.Me fue muy fácil investigar el nombre de Edwar, no había que ser muy inteligente como para no atar cabos sueltos, cuándo hable con Artemis el me había dicho que Agnes no había tenido una vida fácil.Sólo bastó una llamada para saber que era eso que hacía que Agnes tuviese pesadillas tan vividas.Flashback *Llamada*— Buenos días, ¿Se encuentra el señor De Place?— Sí, aunque se encuentra durmiendo aún.Sí ya sé, es de madrugada, pero el bienestar de mi princesa no puede esperar.— Sí, me imagino y qué pena tener que llamar a esta hora de la madrugada pero necesito hablar algo con él, ¿Podría decirle que le llama Mateo Amato?La señora suspiró.— Sí, espere en línea un momento.Esperé alrededor de quince minutos al teléfono cuándo su voz adormilada me contestó.— Emm… ¿Mateo? ¡Dios! ¿Qué hora es? …— No te estaría llamando si no fuese algo importante.— Sí ajá, entonces desahogate.— Es por Agnes, ella, no, ¿Quién es Edward?Su respiración pasó de ser calmada a una a
— ¿Más romántico? ¿Mateo, acaso buscas otras cosas?— ¿Acaso tienes miedo?— No tengo miedo, solo que siento que juegas conmigo.— Es solo una cita Agnes, no necesitas darle muchas vueltas al asunto.— Sí, como digas, pero, dime algo ¿Iré vestida con esta camisa a nuestra cita? No me dejaste empacar nada.— Si no te dejé es porque no necesitabas nada. En el clóset de allá hay todo lo que necesites.Señala hacia las grandes puertas que están situadas a un lado del baño y yo solo asiento.—¿En qué momento lo llenaron? porque anoche no había nada que ponerme, ¿O que planeaste todo para que durmiera así? ¿Debo arreglarme ya?Él asintió.— Vístete casual, no necesitas una gran cosa. Y respondiendo tu primera pregunta, lo ordenaron hoy, está mañana cuando aún dormías. Y no Agnes, aunque mi camisa se te ve muy bien no fue algo planeado.Y con eso dicho se fue de la habitación.Me regañe mentalmente por acusarlo. ¡Pobre florecita!Me dispuse a bañarme y luego de eso a entrar en aquel gigantes
— ¿Porqué elegir un paseo en un helicóptero?— Por la hermosa vista.— ¿Sabías que a mi, primero no me impresiona tu dinero, segundo le temo a las alturas?— ¿No te cansas de hablar? ¿Cual era el tercer punto?— No era una pregunta, lo tercero que iba a decirte es que no sueltes mi mano. Estoy muy asustada y para responder a tu primera pregunta es que no, no me canso de hablar y cuándo estoy nerviosa mucho menos, tú te lo buscaste, tú te lo calas.— Es algo con lo que puedo vivir, ahora calla.— ¡Nop!— Ya, comprendo, sé que quieres que te calle yo mismo.Sin esperar a que una respuesta saliera de mi boca él me besó, otro beso entre él y yo. El sonido que hacía el rotor principal del helicóptero, la suave brisa que se colaba dentro y yo muy asegurada gracias al cinturón de seguridad me hacían tener los pies en la tierra - relativamente - , mis manos estaban frías, pero mi interior caliente y ahora mismo me encontraba siguiendo su beso.Mis manos se encontraban reposando en mis piernas