VI Belderok

                                                                    VI

                                                            BELDEROK

Allá a lo lejos, las antorchas parecían atraerle con una gran intensidad, el aire caliente comenzó a ser más denso conforme acortaba distancias hacia la Ciudad de Edorel. Incluso le llegó un aroma a mierda conforme las murallas devoraban la oscuridad para alzarse como feroces e inertes sombras inquebrantables. Un delgado y llamativo olor a mierda que le provocó náuseas.

Los caminos abajo eran casi devorados en su mayoría por la brusquedad de la neblina. Re

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