"Creí que eras el hombre con el que soñé algún día pero me di cuenta de lo equivocada que estaba en el momento en el me dejaste ir por aquella puerta. Sentía que terminaríamos teniendo una historia de amor con final feliz pero esas cosas solo pasan en las películas y en los cuentos de hadas. Habia jurado encontrar el amor, que no tenia que seguir buscando mas, que no tenia que seguir sufriendo pero aun no era mi tiempo. Fuiste la persona correcta en el tiempo equivocado."
Sus dedos acariciaban con lentitud la espalda descubierta de su musa, a la que tanto adoraba y haría lo que sea por ella. La pequeña figura que le daba la espalda soltaba pequeños suspiros mordiendo sus labios, con esos simples y delicados toques la excitaba. El hombre no pudo evitar sonreír y llevo sus labios hacia su cuello besándola. Sus manos no tardaron en comenzar a tocar por encima del vestido el cuerpo robusto de la mujer que más amaba, una de sus manos bajo el cierre del vestido dejándolo caer y dejando al descubierto el pálido cuerpo frente a él.
La mujer se voltea con lentitud mientras que sus pequeñas manos van desabotonando la camisa del fornido hombre que estaba al frente suyo, mientras la quitaba dejaba besos húmedos en su pecho. La erección en sus pantalones se hacía cada vez más grande al sentir las manos de su musa en su cuerpo, necesitaba más de ella. Quería sentir sus labios con los suyos mientras gemía su nombre, con desesperación levanta el rostro de la mujer uniendo sus labios con los de ella de una manera salvaje que demostraba cuanto la necesitaba. Agarra con fuerza sus glúteos y la carga llevándola hasta su cama.
Los gemidos de la mujer se escuchaban en toda la habitación, sentía tanto placer que no podía retener sus fuertes gemidos. Sus uñas se clavaban en la espalda del hombre que la embestía con fuerza, sus respiraciones están agitadas y sus cuerpos estaban rodeados de una delgada capa de sudor. Le fascinaba como de los delgados labios de su hermosa musa salía su nombre pidiendo más, dejaba chupetones en todo su cuerpo marcado territorio como un animal. Ella desesperada por sentir mucho más de él, atrapa su cintura con sus piernas uniendo, mucho más sus intimidades soltando gemidos sonoros por parte de ambos.
(…)
La oscuridad y el silencio reinaban en la mansión donde se encontraba una mujer caminando por los tantos pasillos, estaba cansada emocional y físicamente. Todo lo que le habían revelado y descubierto era demasiado para ella, pero quería demostrar que podía ser fuerte.
Luego de tomar un vaso de agua salió de la cocina y comenzó a subir las escaleras para regresar a su habitación e intentar descansar después haber tenido un día tan raro. Cuando pasaba por el pasillo hacia su habitación observo como una de las luces estaba encendida con la puerta abierta, lo que menos quería era hablar con él, pero al menos necesitaba verlo.
Con cada paso que daba escuchaba sonidos extraños, cuando estuvo lo suficiente cerca sintió una fuerte opresión en su pecho. Su corazón latía con rapidez como si hubiera corrido un maratón y sus manos temblaban por miedo, una parte de su mente le decía que era él junto con otra mujer. Cerró sus ojos aun escuchando aquellos gemidos que se hacían cada vez más fuerte y entró hacia aquella habitación que era una oficina.
Las lágrimas en sus ojos querían salir, el hombre al cual ella quería estaba con otra mujer. Aquella mujer desconocida se encontraba poca abajo gimiendo con fuerza recibiendo embestidas bruscas, la mujer de cabello negro por un momento abrió sus ojos y miro son asombro a la otra que estaba al frente de ellos. Los dos se detuvieron y aquel hombre se colocó su pantalón mirando sin ningún sentimiento a su musa.
La de cabellera rizada se sentía humillada, asqueada, traicionada, se sentía como la m****a. Sus ojos se encontraban tan borrosos por las lágrimas que ni podía verlos bien, su risa falsa se escucha en aquella oficia dejando salir solo algunas lágrimas.
— De todas las cosas que esperaba de ti… está no me sorprende, solo eres un maldito animal buscando una nueva presa.
— Lárgate, ya no te quiero aquí. Ni en mi mansión y ni en este país.
Sin decir una palabra más ella se fue aún con aquella sonrisa falsa y dejando salir sus lágrimas.
(…)
El miedo la estaba comiendo viva mientras veía con temor como intentaban derribar la puerta de su apartamento, sus lágrimas salían con rapidez al igual que la fuerte lluvia que se encontraba a fuera. Los fuertes golpes en la puerta hacían eco en su mente mientras su cuerpo temblaba, su respiración estaba acelerada junto con su corazón. Y antes que abrieran la puerta corrió con rapidez a tomar su teléfono y correr hacia una habitación a encerrarse, justo cuando entro al baño escuchó como la puerta principal era abierta bruscamente. Sentía el miedo correr por su cuerpo y con sus manos temblando marcó a la única persona que podía ayudarla.
— Por favor, por favor... — sus susurros salían desesperadamente mientras esperaba impaciente a que respondieran la llamada, pero su amiga nunca le respondió. Escuchó como algunas cosas caían ruidosamente en la sala y las pisadas de los desconocidos se acercaban hacia donde estaba ella. No podía hacer nada, solo debía de esperar a que robaran lo que fuera y irse.
Pero lo único que aquellos desconocidos querían robar era a ella.
Uno de los sujetos intentó abrir la puerta donde estaba la mujer, pero no pudo. La puerta estaba con cerrojo, el sujeto frunció su ceño y en un desconocido idioma que ella no sabía les avisó a sus compañeros. Los sujetos comenzaron a golpear la puerta para abrirla y la mujer lo único que podía hacer era esconderse como una niña esperando por su final, nadie podía ayudarla.
Cuando la puerta fue abierta uno de los sujetos la tomo con fuerza de su brazo levantándola, otro con un pañuelo con cloroformo se lo coloco en su rostro. Aunque intentará forcejear no lograría nada, la cargaron y la llevaron hacia una camioneta negra.
El león había atrapado a su presa más deseada.
(…)
El atardecer mostraba sus hermosos colores, pero aquella mujer de cabello rizado no le importaba. Debajo de sus ojos rojos se encontraban unas leves ojeras, al frente de ella está su apartamento. Se había quedado parada allí durante algunos minutos y cuando decisión que era momento de entrar observo como su morena amiga salía y se le caía su cartera en cuanto la vio. Escucho como gritaba su nombre y corrió hacia ella para abrazarla, aquellas amigas dejaron salir sus lágrimas y entraron al apartamento.
Su amiga le había contado todo lo que había pasado en su ausencia sobre su caso y que vendría un sargento que estaba a cargo de su caso. Cuando llegó ni quiso verlo, se quedó en su habitación y lo vio pasar junto con su amiga.
— Señorita, disculpe las molestias, pero necesito hacerle algunas preguntas.
— De todas maneras las harás. — aquella chica se encontraba tan apagada y su amiga estaba preocupada por ella.
— ¿Podría decirme que paso exactamente después que la secuestraron? — en la mente de la joven comenzaron a venir todos los recuerdos que tuvo con él y no pudo evitar fruncir su frente, el sargento que estaba al frente de ella tenía una libreta lista para anotar.
— Cuando me sacaron del apartamento me inyectaron algo en mi cuello, lo más posible es que fuera una droga porque no recuerdo que paso luego. Cuando me desperté estaba en… — tomo una leve pausa para continuar y mirar al sargento. — Me llevaron hasta Turquía.
— ¿Recuerdas algo sobre quiénes la mantuvieron presa? ¿Algún nombre que nos pueda ayudar? — la morena se sentó en la cama para acariciar la mano de su amiga.
— Recuerdo algo… quién me secuestro se hace llamar "El león de Turquía".
(…)
Aquel hombre atacado a una silla y encerrado en un viejo mal oliente almacén sabía que estaba completamente jodido, lo habían acorralado. Sentía como la sangre baja por su nariz, el sabor metálico infundada su paladar. Al frente de él se encontraba el criminal que tanto buscaba, sabía perfectamente la razón por la cual lo estaba torturando.
La razón era aquella mujer que había robado el corazón de dos hombres.
— No me digas que estás molesto conmigo por haber estado con ella, ¿O me equivoco? — la rabia que sentía el mafioso crecía con intensidad, la imagen de su querida musa y de aquel sargento que tenía al frente teniendo sexo no salía de su cabeza. Aquel turco sabía que había sido su propia culpa, pero quería creer que todo era un simple sueño.
— Crees que estás enamorado de ella, pero lo único que sientes por ella es una obsesión enfermiza y tú como el animal que eres lo confundes con amor. — el mafioso apretó sus puños con fuerza cerrando sus ojos escuchando cada palabra que salía de la boca del otro. — Deberías haberla visto gemir mi nombre... Fue de lo más hermoso. — no aguanto más y el golpe cayó en su rostro.
Un golpe, dos golpes, tres golpes, y lo seguía golpeando en rostro y abdomen. Nadie podía tocar a su musa, no le importaba si sentía obsesión o amor. Él solo la quería para él y mataría a todo aquel que la tocará y le hiciera daño.
Haría lo que fuera por aquella hermosa mujer y con una sonrisa cínica en su rostro saco una pistola y la apunto a la cabeza del sargento.
— Nunca más volverás a tocar a mi musa. — el sargento sabía que estaba apunto de morir, y con una sonrisa lo miro esperando su muerte.
(…)
Las dos mujeres se vieron con una sonrisa un poco triste, se dieron un fuerte abrazo en el medio de aquel enorme aeropuerto. Su último día en aquel país había llegado, se tenía que manchar dejando atrás todos los recuerdos que tuvo allí.
Tenía que olvidar a sus amores…
Avanzó hacia dentro del aeropuerto con sus maletas cuando escucho como alguien gritaba su nombre detrás de ella, cuando volteó recibió el abrazo del único hombre que cumplió con sus promesas. Ella correspondió el abrazo cuando se separó pudo notar tristeza en sus ojos.
— Quédate conmigo, por favor... — su voz le suplica, aquel hombre no podía ver irse aquella mujer que le robó su corazón. La de cabello rizado movió su cabeza de un lado negando.
— No puedo... — sus manos se entrelazaron sintiendo calidez en ellas, los altavoces del aeropuerto avisaron sobre su vuelo y soltaron sus manos. Y justo cuando se iba a manchar sin decir una palabra la tomo de sus mejillas y la besó con como si fuera la última vez que la vería... Porque en realidad era así. Él unió sus frentes cerrando sus ojos.
— Te prometo que te esperaré o te buscaré yo mismo si hace falta… — aquella mujer soltó una leve risa sintiendo un nudo en su garganta, cuando se separó ella volvió a tomar su camino. Cuando volteó a mirarlo por última vez sintiendo una fuerte opresión en su pecho.
Estaba allí, aquel hombre que la secuestro estaba viendo como su musa se iba a los brazos de otro. Se iría y ninguno de los dos la vería de nuevo. Aquella joven solo sonrió y se despidió con su mano para luego caminar hacia la sala de su avión, sin darse cuenta algunas lágrimas salían de sus ojos.
Aun no lo podía creer, solo dejaba que mis lágrimas salieran de la alegría que sentía en todo mi cuerpo. Me sentía tan orgullosa de todo lo que había logrado, todo el esfuerzo que hice para llegar hasta donde estoy valió la pena. Entre mis manos se encontraba una carta con un certificado y un boleto de viaje como premio, había ganado el concurso de fotografía y aun no lo podía creer. Mis padres me miraron con orgullo y me abrazaron con amor, tenía que viajar a Alemania en pocos días y ya me hacía una idea de quien me podía acompañar.Una de mis mejores amigas había ahorrado suficiente dinero para irse de viaje así que sería la excusa perfecta para hacer un viaje juntas como hace años lo habíamos planeado, tomo con cuidado la carta donde me felicitaban y me decían que tenía hospedaje y
Mi vida dentro de una clínica era muy diferente a mi otra vida fuera de este lugar, por suerte estaba en mis últimos días como cirujano en ese lugar para luego tomar largas vacaciones y regresar a mi país en el continente asiático. Revisaba con cierta calma mis redes mientras salía de la clínica que alguna vez le tuve aprecio pero que después de unos años solo me harto como cualquier cosa que he tenido en mi vida.— Jefe, lo necesitan — miro al hombre de piel morena, cabello chocolate y vestido de negro en la salida, lo analizo y lo ignoro caminando fuera del establecimiento — Jefe, ya deje de jugar al doctor y regrese a Turquía — vuelve a hablarme sin dejar de seguirme.Sigo caminando dos cuadras hasta sentarme en una silla de una pequeña cafetería con vista a un parque y varios edificios, sigo mirando mis redes hasta que observo una foto de un paisaje muy conoc
Solo había pasado unos pocos días en que había llegado a Alemania y estaba más que fascinada con el país, su cultura al igual que su gente eran increíbles. Mary no podía despejar la mirada de varios alemanes cada vez que salíamos a caminar, mi trabajo como fotógrafa aún seguía en pie, claro que eran pequeños trabajos que me había conseguido por las redes sociales y hablando de eso…Nuevamente el tono de una notificación sonó en mi teléfono, no tenía ni la más mínima curiosidad quien era porque ya sabía la respuesta. Me levanto al ver que mi amiga ya estaba lista para salir a caminar un rato, las dos tomamos nuestras pertenencias y cerramos la puerta antes de irnos.— ¿Todo bien? — Me pregunta Mary al verme fruncir el ceño al ver mi teléfono.&m
Suspiro saliendo del chat viendo que la mujer es muy orgullosa, sonrío y Mike me mira confundido, pongo mis antebrazos en mi escritorio y lo miro.— Mike, haz lo tuyo — asiente y sale del despacho, doy media vuelta en la silla mirando la luna de la noche — No quisiste por las buenas… será a mi manera entonces… — suspiro.Viernes, 06, octubre, 2023.Miro el video que me han pasado donde se veía claramente que el chico al que mate estaba robando la mercancía, aunque lo mate antes de que me dijera toda la información ya tengo todo lo que tenía que saber.— ¿La mafia rusa? — pregunto mirando a la chica frente a mí que tenia sus botas sucias en mi escritorio, mastica su chicle y asiente.— Al parecer el chico fue mandado por la mafia rusa pero no sé si es una amenaza u otra cosa, ya que los rusos trabajan de una m
Suelto un pequeño gruñido al sentir una luz pegarme en mi rostro y al moverme en la cama no puedo evitar estirarme, con mi mano intento buscar la presencia de Mary, pero al no sentirla abro mis ojos viendo que ella no estaba allí. Se me hizo de lo más extraño que no estuviera durmiendo, busco mi teléfono y observó que era las 8:27am… Suelto un pequeño gruñido al ver que mi amiga abrió las cortinas y justo en ese momento ella entra a la habitación con una enorme sonrisa, no puedo evitar verla con mi ceño fruncido.— ¿Qué tienes?… ¿Por qué tan alegre?… — Le pregunto estirando mi cuerpo y levantándome.— ¡Adivina! — Me dice emocionada, yo niego con la cabeza sin saber qué responder. — ¡Adivina, anda!— Henry Cavill se casará
— Una pregunta, Mike — miro la botella con detalle.— Habla…— ¿La tienes? — pregunto curioso, suspira.— La tenemos, jefe — sonrío feliz por un momento.— Haz hecho un buen trabajo, espero que no le hayas hecho algún rasguño — cuelgo bebiendo de la botella, miro el techo de mi despacho mientras el sol sale haciendo que los rayos de luz choquen junto a mi rostro.Cierro los ojos por un momento y puedo verla caminar hacia mí, estamos en mi despacho, puedo sentir su olor y sus caricias hasta su respiración chocar contra mis labios, sin evitarlo la beso sintiendo un dulce sabor a pesar de que odie los dulces, su sabor me encanta. La tomo de las caderas y sin darme cuenta esta en ropa interior frente a mí.— Aslan… — susurra en mi oído — Aslan… — vuelve a llamarme — ¡As
Aún mis ojos se encontraban cerrados, me sentía mareada y sentía que estaba en constante movimiento. Nuevamente las ganas de llorar se apoderaron de mí, cuando por fin abrí mis ojos no podía ver nada, tenía puesta una gran tela en mi cabeza de color negra. Aunque fuera fina solo podía ver siluetas a mi alrededor, intenté mover mis manos, pero estás se encontraban amarradas detrás de mí al igual que mis pies. En mi boca también se encontraba una tela que me impedía grita por ayuda, aunque sabía que de todas maneras no serviría de nada porque nadie me escucharía.— Kalkmış gibi görünüyor, Mike. — ⟨Parece que se ha levantado, Mike.⟩ Escucho como un hombre estaba hablando en otro idioma al que yo ni podía entender, me quedo callada y sin moverme pensando que si sabían que estaba despierta me harían alg
— Sé que sola no está — me mira sin comprender mi frase.— ¿Cómo sabes que mi hija no está sola? — suspiro mirando la ventana — Respóndeme, Aslan — lo miro — Aleja… — asiento confirmando — Esa idiota — patea el asiento de copiloto maldiciendo en otros idiomas.— Ella no está interesada en Alex pero eso no quiere decir que no la dejara sin protección — suspira, la camioneta se detiene en un territorio abandonado con unos cuantos arboles a los alrededores, no era primera vez que Alex estaba aquí. Reviso mi teléfono y salgo del carro, la llamo y me responde al momento — Sé que escapaste de la mansión, pequeña chihuahua, tu padre está en el auto, piensa bien en lo que harás — cuelgo y a los minutos ella se nos acerca, miro como esta vestida y niego.— Fui muy si