Mi vida dentro de una clínica era muy diferente a mi otra vida fuera de este lugar, por suerte estaba en mis últimos días como cirujano en ese lugar para luego tomar largas vacaciones y regresar a mi país en el continente asiático. Revisaba con cierta calma mis redes mientras salía de la clínica que alguna vez le tuve aprecio pero que después de unos años solo me harto como cualquier cosa que he tenido en mi vida.
— Jefe, lo necesitan — miro al hombre de piel morena, cabello chocolate y vestido de negro en la salida, lo analizo y lo ignoro caminando fuera del establecimiento — Jefe, ya deje de jugar al doctor y regrese a Turquía — vuelve a hablarme sin dejar de seguirme.
Sigo caminando dos cuadras hasta sentarme en una silla de una pequeña cafetería con vista a un parque y varios edificios, sigo mirando mis redes hasta que observo una foto de un paisaje muy conocido en la App de la cámara de colores, miro el parque con la cierta esperanza de encontrar a alguien.
— Jefe, deja de ignorarme, sé que me ve — miro al moreno a mi lado y suspiro dejando el teléfono en la mesa.
— Habla — suspira con alivio poniendo una tablet en la mesa, la enciende tocando la pantalla y me deja ver su contenido.
— Alguien ha estado robando nuestra mercancía de armas mientras que usted ha estado afuera estos 6 meses, tiene que organizar su vida, no puede estar pasando 6 meses aquí y 6 meses allá, jefe, nos están robando más que mercancía de armas… — muestras unas fotos y unos cuantos sospechosos, lo miro sin intereses y vuelvo mi vista al parque topándome con una figura — No lo piense, jefe, no me haga esto, ya no puedo seguir haciendo su trabajo, es muy pesado… — levanto mi mano callándolo enseguida.
— Regresare… — me mira sorprendido — Pero si consigue a esta mujer — levanto mi teléfono mostrando la foto.
— Se parece a… — se calla cuando le doy una mirada — Esta bien, con tal de que vuelva a Turquía… hare lo imposible — miro sus fotos y la comienzo a seguir.
— La musa… — susurro sin dejar de mirar a la mujer que está tomando fotos en el parque junto a otra mujer que no me interesa saber — Empaca mis cosas, regreso mañana, ya sabes cuál es tu misión — me levanto y regreso por donde vine.
(…)
A las afueras de Estambul, Turquía.
03: 33 a.m.
Mis hombres caminaban de un lado a otro moviendo cajas y objetos, cruzado de brazos observo con aburrimiento el sótano del castillo, suspiro y saco mi teléfono pero me lo quitan. Miro a la persona que me lo ha quitado quien me mira negando y guardando mi teléfono en su saco.
— Jefe, seriedad por favor, ya no es un niño — soplo y tomo un cigarro de mi saco y lo enciendo aspirando el humo. Dos hombres se detienen delante de mí sosteniendo de los brazos a un hombre que lo sueltan dejando que caiga de rodilla. Me agacho y tomo la barbilla del hombre, golpeado y sangrando por la nariz, miro al moreno quien se queda quieto sin decir nada por mi mirada.
— Así que… — hago que pienso pero solo calo un poco del cigarro con olor a menta — Tú eres el que me ha estado robando… — le sonrío con falsedad por su expresión de miedo — ¿Por qué tiemblas? Aún no he pensado que hacer contigo, chico nuevo — me levanto y me cruzo de brazos.
— Jefe… — levanto mi mano para que se calle enseguida, tomo el arma del moreno la cual tiene silenciador y le disparo al chico.
— Saquen eso de aquí — camino hacia las escaleras con los pasos apresurados de Mike seguirme — Mi teléfono… — me lo da y lo tomo caminando por los pasillos del gran castillo abandonando.
— No debió matarlo — lo observo — Pese que le iba a sacar información… — vuelvo mi vista al teléfono y entro al chat de la cámara colorida, ingreso el usuario de mi musa, le escribo en turco, en su perfil no muestra de donde es o como es su verdadero nombre aunque puedo descubrir eso en unos segundos prefiero que sea misterios.
— La mujer… — digo guardando mi teléfono.
— La estamos vigilando, no está sola y por lo que me informan hay que ser cuidadosos — el moreno me mira esperando alguna reacción de mi parte.
— La quiero para el viernes y hoy es miércoles, el reloj suena, Mike — me alejo saliendo del castillo sin esperar respuesta alguna, entro a una camioneta blanca y arrancan el vehículo.
(…)
Abro la puerta de la mansión, al entrar aparecen mis dos perros que corren al verme, los salidos y me siento en el sofá de la sala en medio de la oscuridad, una vez cómodo suena mi teléfono lo saco viendo que la musa ha respondido mi mensaje, sonrío y le respondo de regreso.
— ¿Sonriendo en medio de la oscuridad? — pregunta la voz de una mujer quien enciende la luz de la sala, la miro, baja, peliblanca con una piel morena oscura y ojos aceituna, la vejez se asoma por su rostro mientras me mira — ¿Dónde está Mike? Ya que no me quieres responder — miro tras de ella viendo llegar al moreno, la mujer se voltea y lo abraza, el solo mirar la escena hace que me levante del sofá para salir de ahí.
Entro a mi despacho, prendo la lámpara de mi escritorio mientras miro el lugar bien ordenado, tomo una botella de ron y me sirvo sin hielo, me siento en la silla tomando de un trago del vaso, por la puerta entra Mike sin tocar, lo observo quitarse el saco sentándose en el sofá que tengo en el despacho.
— Te encanta la soledad… ¿Por qué después de 10 años te vuelves a fijar en una mujer? — pregunta y miro la ventana.
— Después de 10 años haces una pregunta tan tonta, tengo ganas de divertirme, poseer y destruir con mis propias manos a alguien — lo miro mirarme como si estuviera enfermo — Preguntaste y respondí — niega.
— No esperaba una respuesta tan… tan tú — ruedo mis ojos siguiendo con mi mirada en la ventana que muestra la luna llena, un sonido deja que mire la luna y tome el teléfono — ¿Con quién hablas? — pregunta y lo miro sin emoción — Vale, me voy, es raro hablar bien contigo — se queja yéndose del despacho dejándome solo por fin.
— Pequeña musa, pronto estarás en mis brazos — dejo el teléfono, me levanto, salgo del despacho y subo las escaleras con la botella de ron en mano, miro la última puerta de ese pasillo y entro después de introducir la llave en ella.
(…)
Jueves, 05, octubre, 2023.
04:21 a.m.
Me siento en la cama sudando mirando algún punto de la gran habitación que solo hace sentirme más solo que antes, tomo la botella de agua y la echo en vaso para inmediatamente tomarlo con desesperación intentando desaparecer la sed que me provocó el mal sueño. Salgo de la cama y miro las puertas que dan al balcón comenzando a verlas familiar al sueño, suspiro, me pongo unos zapatos deportivos, salgo a fuera, bajo las escaleras, me dirijo a la cocina y salgo al patio.
Miro la noche aun oscura a pesar de la hora, comienzo a correr por el terreno de árboles que tiene a los alrededores de la mansión, vieja mansión en donde nacieron y murieron cada miembro de los Vilmez, una familia de mafioso de que se mataban entre sí para quedarse con toda la fortuna, lugar que fue incendiado, destruido pero aun asa también fue reconstruido miles de veces.
Por los pasillos rondan los fantasmas de aquellos que no han logrado descansar, aquellos que murieron por mis manos, aquellos que querían la maldita herencia, aquellos que solo querían ser amados.
Mi respiración se corta al recordar las escenas del sueño mezclándose con lo que pasó hace 10 años.
— ¡Aslan! — escucho que alguien me llama al momento en el que me dejo caer al suelo.
Abro mis ojos sentándome en la cama por segunda vez.
— ¡Bruto, bruto, eres un bruto! — me grita la mujer — Cuantas veces te he dicho que no te pongas a correr en plena madrugada, si no puedes dormir, ponte a comer, o tomar leche caliente, sé normal, bruto — resopla enojada, Mike intenta no reírse pero se deja vencer — ¿Y tú de que te ríes? Tú también estabas afuera cuando lo encontraste, Mike — deja de reírse.
— Doña Marta, estoy bien — suspira con exageración y sale de la habitación.
— Eres muy masoquista, debería cambiarte de habitación — miro la habitación y niego — No dejas que nadie cambie esas sábanas desde hace 10 años, no seas tan asqueroso, por Tanrı — me acuesto mirando el techo — Si quieres traer a esa mujer, procura no meterla a esta habitación — se va dejándome solo.
Trago saliva tocando mi frente.
— Ella… será mi nuevo vicio…
Solo había pasado unos pocos días en que había llegado a Alemania y estaba más que fascinada con el país, su cultura al igual que su gente eran increíbles. Mary no podía despejar la mirada de varios alemanes cada vez que salíamos a caminar, mi trabajo como fotógrafa aún seguía en pie, claro que eran pequeños trabajos que me había conseguido por las redes sociales y hablando de eso…Nuevamente el tono de una notificación sonó en mi teléfono, no tenía ni la más mínima curiosidad quien era porque ya sabía la respuesta. Me levanto al ver que mi amiga ya estaba lista para salir a caminar un rato, las dos tomamos nuestras pertenencias y cerramos la puerta antes de irnos.— ¿Todo bien? — Me pregunta Mary al verme fruncir el ceño al ver mi teléfono.&m
Suspiro saliendo del chat viendo que la mujer es muy orgullosa, sonrío y Mike me mira confundido, pongo mis antebrazos en mi escritorio y lo miro.— Mike, haz lo tuyo — asiente y sale del despacho, doy media vuelta en la silla mirando la luna de la noche — No quisiste por las buenas… será a mi manera entonces… — suspiro.Viernes, 06, octubre, 2023.Miro el video que me han pasado donde se veía claramente que el chico al que mate estaba robando la mercancía, aunque lo mate antes de que me dijera toda la información ya tengo todo lo que tenía que saber.— ¿La mafia rusa? — pregunto mirando a la chica frente a mí que tenia sus botas sucias en mi escritorio, mastica su chicle y asiente.— Al parecer el chico fue mandado por la mafia rusa pero no sé si es una amenaza u otra cosa, ya que los rusos trabajan de una m
Suelto un pequeño gruñido al sentir una luz pegarme en mi rostro y al moverme en la cama no puedo evitar estirarme, con mi mano intento buscar la presencia de Mary, pero al no sentirla abro mis ojos viendo que ella no estaba allí. Se me hizo de lo más extraño que no estuviera durmiendo, busco mi teléfono y observó que era las 8:27am… Suelto un pequeño gruñido al ver que mi amiga abrió las cortinas y justo en ese momento ella entra a la habitación con una enorme sonrisa, no puedo evitar verla con mi ceño fruncido.— ¿Qué tienes?… ¿Por qué tan alegre?… — Le pregunto estirando mi cuerpo y levantándome.— ¡Adivina! — Me dice emocionada, yo niego con la cabeza sin saber qué responder. — ¡Adivina, anda!— Henry Cavill se casará
— Una pregunta, Mike — miro la botella con detalle.— Habla…— ¿La tienes? — pregunto curioso, suspira.— La tenemos, jefe — sonrío feliz por un momento.— Haz hecho un buen trabajo, espero que no le hayas hecho algún rasguño — cuelgo bebiendo de la botella, miro el techo de mi despacho mientras el sol sale haciendo que los rayos de luz choquen junto a mi rostro.Cierro los ojos por un momento y puedo verla caminar hacia mí, estamos en mi despacho, puedo sentir su olor y sus caricias hasta su respiración chocar contra mis labios, sin evitarlo la beso sintiendo un dulce sabor a pesar de que odie los dulces, su sabor me encanta. La tomo de las caderas y sin darme cuenta esta en ropa interior frente a mí.— Aslan… — susurra en mi oído — Aslan… — vuelve a llamarme — ¡As
Aún mis ojos se encontraban cerrados, me sentía mareada y sentía que estaba en constante movimiento. Nuevamente las ganas de llorar se apoderaron de mí, cuando por fin abrí mis ojos no podía ver nada, tenía puesta una gran tela en mi cabeza de color negra. Aunque fuera fina solo podía ver siluetas a mi alrededor, intenté mover mis manos, pero estás se encontraban amarradas detrás de mí al igual que mis pies. En mi boca también se encontraba una tela que me impedía grita por ayuda, aunque sabía que de todas maneras no serviría de nada porque nadie me escucharía.— Kalkmış gibi görünüyor, Mike. — ⟨Parece que se ha levantado, Mike.⟩ Escucho como un hombre estaba hablando en otro idioma al que yo ni podía entender, me quedo callada y sin moverme pensando que si sabían que estaba despierta me harían alg
— Sé que sola no está — me mira sin comprender mi frase.— ¿Cómo sabes que mi hija no está sola? — suspiro mirando la ventana — Respóndeme, Aslan — lo miro — Aleja… — asiento confirmando — Esa idiota — patea el asiento de copiloto maldiciendo en otros idiomas.— Ella no está interesada en Alex pero eso no quiere decir que no la dejara sin protección — suspira, la camioneta se detiene en un territorio abandonado con unos cuantos arboles a los alrededores, no era primera vez que Alex estaba aquí. Reviso mi teléfono y salgo del carro, la llamo y me responde al momento — Sé que escapaste de la mansión, pequeña chihuahua, tu padre está en el auto, piensa bien en lo que harás — cuelgo y a los minutos ella se nos acerca, miro como esta vestida y niego.— Fui muy si
Estar allí encerrada sin poder encontrar ninguna salida hacían que mis energías bajarán, durante todo ese tiempo me habían dado una sola comida, pero tenía tanto miedo pedir algo a los hombres que estaban afuera que solo me quedaba entre las sabanas pensando en si mi amiga Mary ya sabía sobre mi secuestro.¿Cómo estará ella?…¿Estará bien?…Nuevamente las lágrimas salen de mis ojos, me sentía una completa inútil sin poder hacer nada. Mis ojos me ardían a más no poder pidiéndome que dejará de llorar y los dejara descansar, pero tenía tanto miedo dentro de mí que solo podía llorar. Observó las puntas de mis dedos en los cuales mis antiguas uñas largas estaban rotas y con sangre seca alrededor, no me había detenido en intentar abrir la puerta por dónde entro Alex. No me impo
Camino a mi despacho y me siento en la silla, miro el lugar pensando en qué hacer para verla sin que termine asustada, la puerta se abre mostrando a Lou, lo miro esperando que diga algo y suspiro.— Joven amo, el señor Acosta será recogido el sábado por la noche — avisa refiriéndose al español, asiento y miro la ventana, ya pronto iba a ser la hora del almuerzo — ¿Comerá aquí o en el comedor? — pregunta leyéndome la mente.— En el comedor… dile a doña Marta que la mujer también comerá en el comedor — asiente yéndose, me levanto y salgo para subir a mi habitación y bañarme por completo, una vez bañado y cambiado de ropa bajo al comedor donde veo a Alex a un lado de la pelirroja cuyo nombre aun no sé, ella me mira entrar poniéndose nerviosa al instante.La ignoro sentándome fren