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Capítulo 3: ¿¡Cómo pudiste hacerme esto?!

Rodrigo y Verónica llegan a la cena, al verlos Marie, se acerca inmediatamente a ellos, y les pregunta.

_¿Porque tan tarde?.

_Tenía mucho trabajo mamá_ Le contesta Rodrigo.

La mujer mira a Verónica y hace un gesto inconforme.

Luego siguen a la sala, cuando Verónica saluda a la familia, los ojos de Alejandro se posan inmediatamente en ella.

Él se queda mirándola fijamente, se toma la copa de vino que tenía en su mano, y luego se dirige a ella.

_¿Verónica? Tan bella como siempre_ Le dice él_ Besando su mano.

_Alejandro, ¿Cómo estás?_ Le pregunta ella un poco nerviosa, ese era el efecto que siempre provocaba Alejandro en ella.

Verónica no podía explicárselo, pero desde que conoció a Alejandro, él la hace sentir inquieta

_Muy bien, ¿Estás bien? Te noto un poco extraña_ Le pregunta Alejandro a Verónica.

_Si, estoy bien_Le responde ella sin mirarlo directamente.

_Hermanito, ¿Cómo van tus negocios?_ Le pregunta Rodrigo a Alejandro.

_No me puedo quejar_ Le responde Alejandro_ Luego mira a Verónica y se aparta de ellos.

Verónica mira irse a Alejandro, y luego le sonríe a Rodrigo.

Minutos después, todos están en la mesa cenando, durante la comida, Alejandro no dejaba de mirar a Verónica disimuladamente, aunque nadie se daba cuenta, por dentro se estaba quemando de deseo.

De repente, el celular de Verónica suena, a ella le había llegado un mensaje.

_¿Quién te está enviando mensajes Verónica?_ Le pregunta Rodrigo en voz baja.

_No lo sé_ Le responde ella.

Verónica ignora el mensaje, pero otro llega casi al instante, ella no le queda de otra que revisar su celular, al hacerlo, su corazón empezó a destrozarse poco a poco, con cada palabra que leía.

El color de su rostro se fue, y un frío recorría todo su cuerpo.

_¿Verónica esta bien? Te pusiste pálida_ Le pregunta Marie.

_Si, si estoy bien, por favor me disculpan_ Le responde Verónica levantándose rápidamente de la mesa.

Alejandro deja de comer y la mira intrigado, él la sigue con la mirada, y luego a su hermano quien también se levanta de la silla.

_¿Qué te pasa?_ Le pregunta Rodrigo a Verónica desconcertado.

_¡Esto me pasa!_ Le responde ella alzando la voz y mostrándole el mensaje.

_No se que es eso_ Le contesta él.

_¿Ah no? ¡¿Desde cuando me estas engañando?!_Le pregunta Verónica alterada.

Él mira hacia atrás, y luego tomándola por el brazo la lleva a la biblioteca.

_¡No hagas una escena Verónica! Eso no tiene importancia_ Le contesta él.

_¡¿No tiene importancia?! ¿¡Me estas engañando y no tiene importancia?!_ Le Pregunta Verónica destrozada y con los ojos llenos de lágrimas.

Rodrigo se pasa la mano por su pelo desesperado, y luego la coje fuertemente por ambos brazos y la lleva encima del escritorio, allí le dice con voz fuerte y autoritaria.

_No alzes la voz, esto es entre tu y yo, así que deja de hacer berrinches.

_¡No son berrinches! Me estas siendo infiel y ahora mismo todos se van a enterar, también quiero el divorció Rodrigo, nunca te voy a perdonar esto, ¡Nunca!_ Le dice Verónica con dolor a Rodrigo.

Pero en ese momento, el Rodrigo que Verónica conocía desapareció por completo, tal vez el que ella conocía nunca había existido, tal vez era este Rodrigo su verdadera personalidad.

Él, le toma la cara con fuerza, y hundiendo sus mejillas con sus dedos, le dice.

_¡Tú no vas a decir nada! Tampoco te vas a divorciar de mi, ¿A dónde vas a ir? No eres nada sin mi, no eres más que una pobre huérfana que no tiene a nadie, ¡Sin mi no eres nada Verónica! Así que mejor cálmate, y sigue como si nada, ¡Mírate! No puedes hacer nada contra mi, eres mi esposa y así será hasta el día qué yo quiera.

Verónica lo mira aterrada, nunca pensó que Rodrigo fuera capaz de tratarla así.

_Ahora vamos a salir y dirás que fue algo sin importancia, no se te ocurra abrir la boca Verónica, porque te juro que vas a arrepentirte_ Le dice Rodrigo con frialdad.

Él le da la mano para salir de la biblioteca, pero ella se niega a aceptarla.

Vuelven a la mesa, y Rodrigo finge que nada a pasado.

Pero Alejandro sabe que no es así, él no se deja engañar.

Después de cenar, Verónica no soportando más lo que sentía, se va al baño para desahogarse, allí lee nuevamente los mensajes de Samara, esos que le hablaban de la traición de su marido.

Ella se sienta en el piso y empieza a llorar, no sabía que le dolía más, la traición, o las palabras hirientes de su esposo.

De repente, la puerta del baño se abre.

_¿Verónica?_ Dice Alejandro _Cerrando la puerta.

_¿Alejandro que haces aquí?_ Le pregunta ella, secando rápidamente sus lágrimas.

_No trates de disimular, algo pasa y quiero saber que es_ Le dice él_Sentándose junto a ella.

_ Nada, no pasa nada, yo...Solo

Pero Verónica no soporta más y rompe en llanto.

_Oye, ¿Qué pasa? _ Le pregunta Alejandro_ Mientras pone las manos en las mejillas de Verónica.

_Nada, mejor salgamos_ Le dice ella.

Pero Alejandro acaricia su rostro y secando sus lágrimas con sus dedos, le dice.

_No importa que te haya pasado, puedes contar conmigo, puedes confiar en mi Verónica.

Ella lo mira directamente a los ojos por primera vez, en ese momento no sintió nervios, sintió algo más, algo muy diferente.

Alejandro se acerca tanto a los labios de Verónica, que ella puede sentir el aliento de él sobre ellos.

Alejandro estaba tan excitado, que parecía que iba a romper sus pantalones.

Pero justo cuando él estaba a punto de besarla, Verónica reacciona y se levanta rápidamente del piso.

_Gracias Alejandro, pero mejor me voy_ Le dice ella agitada, con su corazón a mil.

Verónica sale del baño, y Alejandro queda sentado en el piso con su sangre hirviendo, él no podía salir de allí como estaba, era muy difícil disimular su excitacion.

Mientras tanto, Verónica no entendía que había pasado en el baño, ella se sentía totalmente confundida.

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