*—Rosemary:
Se despertó con una jaqueca horrible y con ganas de quedarse en la cama, pero tenía que trabajar y lo peor era que su turno hoy empezaba muy temprano.
Bufó molesta. Si no hubiese estado pensando en lo que pasó anoche entonces quizás hubiera dormido un poco, pero su mente se había negado a cooperar.
¿Por qué tuvo que salir a esa hora del hospital cuando siempre se quedaba hasta tarde? Si se hubiera quedado más tiempo, no se hubiera encontrado con Nathan Rivers.
Gracias a su encuentro de ayer, Rosemary no pudo conciliar el sueño, pues había estado rememorando cosas del pasado, haciéndose preguntas aún sin respuestas y todas giraban a dicho hombre.
Rose rodó en la cama, abrazando una de sus almohadas en el proceso.
¿Qué hacía Nathan en el pueblo? ¿Por qué había regresado?
*—Nathan: Venir al pueblo, en vez de hacer que olvidara sus problemas y que buscará la relajación que necesitaba, lo que estaba provocando era que recordara el pasado que había dejado atrás y se sintiera peor por dejarlo todo al final.Nathan soltó un pesado suspiró y trató de dejar de mirar por la ventana del pequeño estudio improvisado que había instalado en su casa.El encuentro de anoche con Rosemary, su ex novia, lo tenía muy pensativo, tanto así que no podía concentrarse en el informe que su asistente le había enviado para que revisara. Se supone que estaba de vacaciones navideñas y tomándose un tiempo para él, pero su asistente había insistido en que necesitaba su ayuda y que el subdirector de la compañía no era lo suficiente competente para evaluar el mismo. Con un comentario así su asistente
*—Rosemary:No fue una buena idea salir con la compradora compulsiva que era Jessie.Rosemary se quejó por enésima vez del dolor en sus pies. Habían andado medio pueblo y de tienda en tienda buscando los artículos de la larga lista de compra que tenía su amiga. Y para complicar las cosas, Jessie llamó a viejos amigos para acompañarlas en, como Jessie había apodado aquella salida: “Misión Para Devolverle el Espíritu Navideño a Rosemary”.Tanta gente feliz alrededor de ella le daban ganas de tirarse de un puente, pero maldijo porque no había ninguno cerca. Era estúpido. Y más estúpida era ella por dejarse llevar. Bien podría estar trabajando a esa hora, haciendo lo que disfrutaba hacer, pero no, se había dejado guiar por las palabras de Jessie y ahora estaba sufriendo con creces esta estúpida sali
*—Rosemary:El corazón de Rosemary dio un vuelco y apartó la mirada. De todos los lugares que podía volver a encontrárselo tenía que ser allí y con Jessie a su lado para complicar las cosas. El grito que Jessie tiro no la sorprendió y con este, seguramente llamó la atención de todos, incluyendo la de esa persona.—¡No puedo creerlo! —exclamó Jessie aun en su lugar. Había esperado que se pusiera de pie y que corriera hacia el hombre, pero seguía aun sentaba al lado de Rosemary.—Yo tampoco —continuó Sara riéndose—. Cuando lo vi entrar, pensé que era un modelo viajante que había venido al pueblo para alguna sesión de fotos, pero cuando lo vi de cerca, algo como que conecto y obviamente pregunté —Sara miró hacia el lugar donde estaba Nathan—. La verdad es que no me
*—Nathan:Tenía un mal sabor de boca.La escena de hace un rato lo había dejado sin palabras. Rosemary, la chica dulce que había sido su novia, había actuado como toda una persona diferente.Era cierto que no podían evitar el pasar de los años y los cambios que estos traían en las personas, pero debía de admitir que Rosemary sí que había cambiado. Viéndola a la luz del día, podía decirlo con más certeza ahora: la Rosemary de antes ya no existía.¿Qué le pasaba?¿Por qué estaba siendo así?Miró hacia el grupo. Quizás debería preguntar, pues tenía curiosidad sobre qué era lo que había pasado. Comenzaba a pensar que era por su presencia allí en el pueblo, además de que creía haber escuchado su nombre en medio de la convers
*—Nathan:Su cabeza se ladeó al escuchar a Jessie mencionar aquel recuerdo que le había dejado a Rosemary.Su mente se llenó de recuerdos y si, recordó la dicha pulsera.Había sido para esta época. Había tenido una cita con Rosemary y recordaba que Sean, su hermano mayor, le había acompañado junto con Jessie, quien en ese entonces había sido novia de su hermano.Todo había sido una semana antes de partir hacia la ciudad para un mejor porvenir. Nathan, quien había estado retrasando el momento de la verdad, decidió esa noche sacar al aire la noticia de su partida. Recordaba haberle obsequiado la pulsera de la que hablaba Jessie mientras le prometía que volvería al pueblo. Le había pedido que no se la quitará para que así pudiera volver, solo que Nathan no había regresado hasta diez años despu&eacu
*—Rosemary:Saltó de la cama al escuchar el insistente sonido del timbre de su casa.Rosemary maldijo y miró hacia la mesita de noche. Eran las siete de la noche y todo estaba oscuro.¿Quién venía a molestarla a estas horas?El timbre volvió a escucharse y Rosemary le puso un nombre. Era Jessie. Debía de ser Jessie. Como habían terminado en malos términos aquella tarde, era obvio que venía para que hablaran sobre lo sucedido y tratar de convencerla como siempre.Se bajó de la cama y fue al cuarto de baño a lavarse la cara y los dientes. Cuando terminó, el timbre seguía sonando. Espera. Jessie tenía llave. Ella podía entrar como perro por su casa. Era otra persona.Rosemary decidió salir de las dudas y bajó al primer piso. Cuando se acercó a la puerta vio que tenía los cerrojos, por
*—Rosemary:—No hay un nosotros —murmuró Rosemary cuando Nathan hablo sobre ellos como si fueran todavía un ítem.—Hubo uno y escuchando los comentarios, saber que aun nuestra historia está abierta, me hace sentir triste y quiero ayudarte a avanzar, Rosemary —Nathan sonó muy serio, pero, aun así, Rosemary soltó otra carcajada. Esto era tan divertido.Ahora entendía. Gracias a los chismosos de sus amigos, Nathan había escuchado cosas y había saltado en conclusiones. Debió de ser Jessie a quien se le fue la lengua. Seguro le vino con la idea de que estar allí era un llamado del destino luego de que estuvieran hablando de él el día anterior. Si, debía de ser eso.—Solo le gustan chismorrear, Nate.—Nate —murmuró Nathan y sonrió—. Me gusta que me llames así &
*—Rosemary:—¿A qué viniste? —volvió a preguntar Rosemary por enésima vez.No comprendía la razón de su regreso. Nathan decía que necesitaba un respiro, pero, ¿por qué necesitaba un sosiego? Un hombre como él podía tomarse un respiro en algún lugar caro y turístico del mundo, no en un pueblucho aburrido que tenía como único entretenimiento llevarse la vida el uno con el otro. La verdad es que la razón de su regreso la tenía muy curiosa y de igual forma, dudosa.—Siendo sincero —comenzó diciendo Nathan—. Vine a descansar de la vida ajetreada de la ciudad —informó él mismo.Rosemary asintió. No podía imaginarse cómo serían las grandes ciudades, pero debía de ser un caos total.—Estoy divorciado, Rosemary &mda