*—Rosemary:
Después de tanto tiempo, de tantos años en sufrimiento, Rosemary podía decir, a boca llena esta vez, que había pasado la mejor navidad de todas.
Su vista se movió hacia la pulsera de rosas rojas que estaba alrededor de su muñeca, la cual le traía buenos recuerdos.
Luego de que casi perdía a Nathan por estar de testadura y de miedosa, y fue a buscarlo a Springvalley, llorando porque lo había perdido y sorprendiéndose porque Nathan aún seguía allí, las cosas entre ellos habían mejorado.
Habian regresado al pueblo y habían pasado el día de navidad juntos, en todo el sentido de la palabra. Ni bien cruzaron el umbral de la puerta de entrada de la casa de Rosemary, este la tomó entre sus brazos y la llevo al segundo piso para hacerla sentir viva nuevamente. No fue hasta la noche que salieron de la habitación para ir a cenar con Jessie y los demás, para festejar por su regreso y por los días venideros.
Rosemary se había
*—Rosemary: Un año más tarde… Había pasado un mes desde que vino a la ciudad de los Ángeles a vivir ya fijamente con Nathan, pero un año desde que aceptó lo inevitable y eso había sido volver a ser feliz junto al hombre que siempre había amado. La navidad pasada, Nathan y Rosemary volvieron a encontrarse luego de diez años separados y con este encuentro, volviendo a nacer de las cenizas de su viejo amor. Este tenía ciertas cosas del pasado, pero a la misma vez era uno nuevo, con nuevas promesas y un gran futuro por venir. Habían pasado unos maravillosos días, pero al finalizar las fiestas, Nathan tuvo que regresar a su vida lejos de Seasons, con la diferencia de que la promesa hecha esta vez, era real. Y muy real. Como había predicho, Nathan volvió una semana después de irse y volvió la semana después de esa. Este volvió una vez más a final de enero y para San Valentín por igual. Rosemary sabía que el
*—Rosemary: Bajaron del todoterreno y con las manos entrelazadas, caminaron hacia dentro de la casa. Ni bien llegaron a la entrada, el mayordomo de la edificación, les abrió la puerta. Rosemary saludó animadamente al hombre que había visto la última vez que estuvo allí y este les dio la bienvenida. Elías, el mayordomo, los guió hasta un enorme salón, en el cual estaban ya sentados los miembros de la familia Rivers. Varios pares de ojos de distintos colores se fijaron en ellos ni bien entraron. Rosemary se sintió cohibida. Esta atención era demasiada y no sabía porque se sentía así, ya había pasado por esto aquella vez que Nathan la trajo cuando Rosemary visitó por primera vez Los Ángeles. ¿Qué había cambiado? La madre de Nathan, Jane, saltó de felicidad del sofá donde había estado sentada junto a su esposo Frederick, para ir hacia ellos. Literalmente arrancó a Rosemary de los brazos de Nathan y la llenó de besos. Rosemary debía de admitir que
*—Rosemary: La boca de Rosemary volvió a caer mientras veía a su amado frente a ella pidiéndole matrimonio. Oh. Dios. Mio. Se llevó rápidamente las manos a la boca, cubriéndosela y sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas. Sintió su corazón comenzar latir rápidamente y como su cuerpo empezaba a sudar. Nathan le estaba pidiendo matrimonio y esto era un sueño que deseo que se pudiera cumplir, pero que se había perdido dada las circunstancias y la rapidez de su relación. Aunque antes había dicho que era todo muy rápido, viéndolo sobre una de sus rodillas frente a ella, extendiendo un hermoso y perfecto anillo y sonriendo tan hermosamente le hacía olvidarse de las palabras dichas hace un breve momento. Esto era muy diferente a lo que había pensado. —¿M-me estas pidiendo matrimonio? —le preguntó Rosemary aun sin creérselo. —No lo había hecho formal hasta este entonces porque quería darte tiempo, pero… —su vista se volvió hac
*—Rosemary: Eran cerca de las doce de la madrugada cuando regresaban a su apartamento. Nathan había llamado a un chofer para que los llevara, pues al final terminó bebiendo alcohol y no había querido conducir, aunque la cantidad ingerida haya sido mínima, por lo cual, de camino a casa, estuvieron sentados en el asiento trasero acurrucados y tomados de la mano. Rosemary no dejaba de pensar en la última pregunta de la señora Rivers y en lo que esto significaba para ellos. Había cierta información, cierta relevación que tenía que sacar a colación esa noche. Lo había retrasado por mucho tiempo, pero sentía que este debía de ser el día en que por fin lo sacara de su ser. Nathan se merecía saberlo más que cualquiera, pues era su pareja y la persona con la cual pasaría el resto de su vida si Dios se lo permitía. Se propuso hablar de ello cuando estuvieran en casa, pero ni bien la puerta de la entrada de cerró a sus espaldas, Nathan la tomó e
*—Rose:Cinco días.Faltaban cinco días para navidad y aun no podía acostumbrarse a la melancolía que la embargaba cuando estas fechas se acercaban.Soltó un suspiro y se acomodó en un sillón en su consultorio.Era lo mismo cada año, a veces iba a fiestas que hacían sus amigos o compañeros de trabajo, pero no era lo mismo que estar en una fiesta familiar, sintiendo su cercanía. Dada estas circunstancias y como huraña que era, a veces terminaba yéndose un poco antes de las fiestas, es que no podía ver a sus allegados con sus parejas y familiares sin sentirse afligida, verlos era como si le estuvieran clavando una estaca en el corazón.Miró por la ventana de cristal, viendo que estaba oscuro. Cuando observó la hora en el reloj de pulsera en su muñeca, se sorprendió de ver que eran cerc
*—Rosemary:Tocar esa parte de su pasado en donde el amor de su vida la dejaba por un mejor porvenir siempre le traía mucha tristeza. —Jessie estás tan equivocada —le dijo Rosemary luego de perderse en sus pensamientos—. Aquella promesa murió cuando Nathan se casó e hizo su vida. Además, es de tontos pensar en una promesa tan tonta como aquella, éramos jóvenes y los jóvenes siempre hacen cosas tontas —Rosemary se encogió de hombros restándole importancia, como a todo en su vida.—Si, pero, aunque se haya casado, sé que has pensado en Nathan volviendo a tu vida y… —comenzó a decir Jessie.—¡Basta! —exclamó Rosemary interrumpiéndola—. Deja de soñar tanto, ¿sí? —le espetó con dureza, pero alguien debía de ser el adulto all&iac
*—Nathan:Nunca pensó que estaría regresando a aquel lugar en su vida.Se bajó de su todoterreno del último modelo y caminó hacia aquella casa que tantos recuerdos le traía. No tenía nada que buscar en dicho lugar. Sus familiares ya no vivían allí pues se habían mudado todos juntos a una ciudad más próspera hace varios años.Sonrió. Bueno, no es que quisiese decir que aquel lugar no era próspero, pero no se podía comparar a la gran ciudad donde había hecho su hogar por casi 10 años con aquel pueblo donde estaba ahora mismo.Abrió la puerta de la casa y entró. Aunque la casa había sido habitada por una familia diferente, aún conservaba el olor de antes, a canela y manzana, como los pasteles que hacía su madre. Quizás solo era su mente evocando el olor.Una trist
*—Nathan:Volver a ver a su ex novia, quien fue el amor de su vida por mucho tiempo, hizo que su corazón latiera frenéticamente. Estaba perdiendo el control por los recuerdos que florecían en su mente mientras la miraba, recordando esos bellos momentos que vivieron juntos.—Es interesante como tu pelo sigue viéndose tan hermoso a pesar de los años, Rosemary —soltó de repente mientras recordaba lo mucho que le gustó en su momento acariciarle el pelo y vio como la mencionada, al escucharlo, se tensaba.Nathan arqueó las cejas.Eso sí que fue una reacción.Lentamente, el rostro de Rosemary Hamilton se giró hacia él y al fin Nathan pudo ver la hermosa cara de esta. La madurez le había sentado bien a aquella mujer. Algo que le encantó es que seguía teniendo esos grandes ojos verdes y sus generosos labios que en esos