*—Rosemary:
Sus planes de volver al trabajo fueron un fracaso.
Después de pasar la noche llorando, despertó con una terrible jaqueca y su cuerpo le pesaba. Era posible que hubiera pescado un resfriado, pues se sentía como tal, pero se daba la casualidad que fuera por la mala noche que tuvo. Apostaba por ambos.
Rosemary abrió las cortinas de la habitación principal para ver cómo había amanecido el día. Un poco claro para ser invierno, pero allí en Seasons, en dicha época había días que amanecía con el cielo todo gris y otros días como si no estuvieran en la estación más fría. Cualquiera podría pescar un resfriado por el cambio.
Una risita salió de ella.
¿Por qué pensaba en el clima? Había otras cosas interesantes en que pensar, como ella siendo una idiota.
Dej&o
*—Rosemary:Tener a Jessie presionándola sobre su toma de decisiones estaba haciendo que volviera a evaluar las mismas.No dejaba de preguntarse si era correcto el alejar a Nathan, pues lo amaba y deseaba estar a su lado, pero sus miedos le impedían decidirse por el temor de perderlo, así como perdió a sus padres y la posibilidad de concebir.—Me siento tan confundida —susurró en voz baja sintiendo como el dolor de cabeza de antes volvía a hacer de las suyas. Debía de ser porque sus Rosé estaban peleándose por ver quien tenía la razón en aquel momento.—Así de turbio es el amor, Rosé —susurró Jessie alzando una mano para colocarla en su mejilla—. Este siempre es así, tan loco y repentino, no se va cuando queremos, no avisa y no te da señales —Jessie se encogió de hombros—. S
*—Nathan: ¿Estaba soñando?Nathan se pasó una mano por el rostro y talló sus ojos para aclarárselos. Quizás estaba viendo borroso y viendo cosas donde no las había, pero cuando dejó caer la mano y la fijo sobre la mujer sobre el suelo, llorando desconsoladamente, se dio cuenta de que no era un sueño o una ilusión, era Rosemary.¿Qué estaba haciendo allí?Movió la cabeza y se dio cuenta de que no estaba sola. Dos personas más estaban con ella. Nathan reconoció a Jason y a Jessie, esta última se ponía de cuclillas al lado de su amiga para consolarla.Espera.¿Qué hacían todos allí?Lentamente, Nathan se acercó a ellos y escuchar los llantos de Rosemary, le rompió el corazón. ¿Por qué estaba llorando? ¿Acaso…? &iqu
*—Nathan: Escuchar a Rosemary decir con mucha decisión en su tono de voz que venia a recuperarlo, lo emocionó de sobremanera. No había esperado escuchar a su amada decir dichas palabras, era muy emocionante y quiso saltar por esta, pero se contuvo. No quería saltar hasta que escuchara las palabras correctamente, así que esperó por Rosemary. —Se que es loco, yo todavía no lo creo, pero desde que regresaste, has hecho que me replantee ciertas cosas en mi vida. Después de tanto tiempo, me hice tantas preguntas sobre mi futuro, preguntándome a mí misma si estaba bien la manera en la que vivía y si estaba siendo feliz con mis acciones —comenzó está diciendo y desvió la mirada lejos de la suya. Se veía muy tímida y eso la hacía linda. Antes Rosemary se había visto decidida, pero nunca tímida—. Sabes que odio la navidad, para mi esta época, desde hace diez años, siempre ha sido la peor. He perdido tantas cosas y ver a todos siendo felices a mi lado,
*—Rosemary: Después de tanto tiempo, de tantos años en sufrimiento, Rosemary podía decir, a boca llena esta vez, que había pasado la mejor navidad de todas. Su vista se movió hacia la pulsera de rosas rojas que estaba alrededor de su muñeca, la cual le traía buenos recuerdos. Luego de que casi perdía a Nathan por estar de testadura y de miedosa, y fue a buscarlo a Springvalley, llorando porque lo había perdido y sorprendiéndose porque Nathan aún seguía allí, las cosas entre ellos habían mejorado. Habian regresado al pueblo y habían pasado el día de navidad juntos, en todo el sentido de la palabra. Ni bien cruzaron el umbral de la puerta de entrada de la casa de Rosemary, este la tomó entre sus brazos y la llevo al segundo piso para hacerla sentir viva nuevamente. No fue hasta la noche que salieron de la habitación para ir a cenar con Jessie y los demás, para festejar por su regreso y por los días venideros. Rosemary se había
*—Rosemary: Un año más tarde… Había pasado un mes desde que vino a la ciudad de los Ángeles a vivir ya fijamente con Nathan, pero un año desde que aceptó lo inevitable y eso había sido volver a ser feliz junto al hombre que siempre había amado. La navidad pasada, Nathan y Rosemary volvieron a encontrarse luego de diez años separados y con este encuentro, volviendo a nacer de las cenizas de su viejo amor. Este tenía ciertas cosas del pasado, pero a la misma vez era uno nuevo, con nuevas promesas y un gran futuro por venir. Habían pasado unos maravillosos días, pero al finalizar las fiestas, Nathan tuvo que regresar a su vida lejos de Seasons, con la diferencia de que la promesa hecha esta vez, era real. Y muy real. Como había predicho, Nathan volvió una semana después de irse y volvió la semana después de esa. Este volvió una vez más a final de enero y para San Valentín por igual. Rosemary sabía que el
*—Rosemary: Bajaron del todoterreno y con las manos entrelazadas, caminaron hacia dentro de la casa. Ni bien llegaron a la entrada, el mayordomo de la edificación, les abrió la puerta. Rosemary saludó animadamente al hombre que había visto la última vez que estuvo allí y este les dio la bienvenida. Elías, el mayordomo, los guió hasta un enorme salón, en el cual estaban ya sentados los miembros de la familia Rivers. Varios pares de ojos de distintos colores se fijaron en ellos ni bien entraron. Rosemary se sintió cohibida. Esta atención era demasiada y no sabía porque se sentía así, ya había pasado por esto aquella vez que Nathan la trajo cuando Rosemary visitó por primera vez Los Ángeles. ¿Qué había cambiado? La madre de Nathan, Jane, saltó de felicidad del sofá donde había estado sentada junto a su esposo Frederick, para ir hacia ellos. Literalmente arrancó a Rosemary de los brazos de Nathan y la llenó de besos. Rosemary debía de admitir que
*—Rosemary: La boca de Rosemary volvió a caer mientras veía a su amado frente a ella pidiéndole matrimonio. Oh. Dios. Mio. Se llevó rápidamente las manos a la boca, cubriéndosela y sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas. Sintió su corazón comenzar latir rápidamente y como su cuerpo empezaba a sudar. Nathan le estaba pidiendo matrimonio y esto era un sueño que deseo que se pudiera cumplir, pero que se había perdido dada las circunstancias y la rapidez de su relación. Aunque antes había dicho que era todo muy rápido, viéndolo sobre una de sus rodillas frente a ella, extendiendo un hermoso y perfecto anillo y sonriendo tan hermosamente le hacía olvidarse de las palabras dichas hace un breve momento. Esto era muy diferente a lo que había pensado. —¿M-me estas pidiendo matrimonio? —le preguntó Rosemary aun sin creérselo. —No lo había hecho formal hasta este entonces porque quería darte tiempo, pero… —su vista se volvió hac
*—Rosemary: Eran cerca de las doce de la madrugada cuando regresaban a su apartamento. Nathan había llamado a un chofer para que los llevara, pues al final terminó bebiendo alcohol y no había querido conducir, aunque la cantidad ingerida haya sido mínima, por lo cual, de camino a casa, estuvieron sentados en el asiento trasero acurrucados y tomados de la mano. Rosemary no dejaba de pensar en la última pregunta de la señora Rivers y en lo que esto significaba para ellos. Había cierta información, cierta relevación que tenía que sacar a colación esa noche. Lo había retrasado por mucho tiempo, pero sentía que este debía de ser el día en que por fin lo sacara de su ser. Nathan se merecía saberlo más que cualquiera, pues era su pareja y la persona con la cual pasaría el resto de su vida si Dios se lo permitía. Se propuso hablar de ello cuando estuvieran en casa, pero ni bien la puerta de la entrada de cerró a sus espaldas, Nathan la tomó e