*—Rosemary:
Saltó de la cama al escuchar el insistente sonido del timbre de su casa.
Rosemary maldijo y miró hacia la mesita de noche. Eran las siete de la noche y todo estaba oscuro.
¿Quién venía a molestarla a estas horas?
El timbre volvió a escucharse y Rosemary le puso un nombre. Era Jessie. Debía de ser Jessie. Como habían terminado en malos términos aquella tarde, era obvio que venía para que hablaran sobre lo sucedido y tratar de convencerla como siempre.
Se bajó de la cama y fue al cuarto de baño a lavarse la cara y los dientes. Cuando terminó, el timbre seguía sonando. Espera. Jessie tenía llave. Ella podía entrar como perro por su casa. Era otra persona.
Rosemary decidió salir de las dudas y bajó al primer piso. Cuando se acercó a la puerta vio que tenía los cerrojos, por
*—Rosemary:—No hay un nosotros —murmuró Rosemary cuando Nathan hablo sobre ellos como si fueran todavía un ítem.—Hubo uno y escuchando los comentarios, saber que aun nuestra historia está abierta, me hace sentir triste y quiero ayudarte a avanzar, Rosemary —Nathan sonó muy serio, pero, aun así, Rosemary soltó otra carcajada. Esto era tan divertido.Ahora entendía. Gracias a los chismosos de sus amigos, Nathan había escuchado cosas y había saltado en conclusiones. Debió de ser Jessie a quien se le fue la lengua. Seguro le vino con la idea de que estar allí era un llamado del destino luego de que estuvieran hablando de él el día anterior. Si, debía de ser eso.—Solo le gustan chismorrear, Nate.—Nate —murmuró Nathan y sonrió—. Me gusta que me llames así &
*—Rosemary:—¿A qué viniste? —volvió a preguntar Rosemary por enésima vez.No comprendía la razón de su regreso. Nathan decía que necesitaba un respiro, pero, ¿por qué necesitaba un sosiego? Un hombre como él podía tomarse un respiro en algún lugar caro y turístico del mundo, no en un pueblucho aburrido que tenía como único entretenimiento llevarse la vida el uno con el otro. La verdad es que la razón de su regreso la tenía muy curiosa y de igual forma, dudosa.—Siendo sincero —comenzó diciendo Nathan—. Vine a descansar de la vida ajetreada de la ciudad —informó él mismo.Rosemary asintió. No podía imaginarse cómo serían las grandes ciudades, pero debía de ser un caos total.—Estoy divorciado, Rosemary &mda
*—Nathan:No estaba bien hacer esto, pero desde que cruzó el umbral de la casa de Rosemary, viejos recuerdos lo envolvieron e hicieron que se sintiera como en el pasado, amado.Su relación con su ex esposa solo fue mágica al principio y con el tiempo, se tornó una unión por conveniencia. No quiso en ese momento separarse de ella porque no quería verse en boca de nadie y tampoco había querido admitir que su matrimonio había fallado. Sin embargo, observando cómo estaba actuando con Rosemary, podía entender una cosa. Con Stephanie, nunca hubo esa química que tenía con Rosé, por lo cual, desde el inicio, su vida con su ex esposa estuvo destinada a fracasar.No era igual, ni siquiera cerca.Ver a Rosemary otra vez le hizo dar cuenta de la gran mujer que dejó atrás y se estaba sintiendo arrepentido por todo.¿Por qu&eacut
*—Rosemary:Debía de estar loca.Rosemary rodeó el cuello de Nathan con sus brazos mientras se acercaba a su cuerpo caliente. El olor masculino de aquel hombre volvió a rodearla y Rosé se sintió desfallecer. No tan solo su olor, su cuerpo apretado contra el suyo hacía que su cabeza diera vueltas. Podía sentir el deseo de Nathan presionándole el vientre y una parte de ella quería ser traviesa y dar rienda suelta a aquella pasión que seguía latente entre ellos.Sintió como los brazos de Nathan volvían a rodear su cuerpo y el mismo fuego de antes, aquel que había estado apagado, se encendió como una llamarada.Rosemary se aferró a él mientras volvían a devorarse la boca con fervor.¿Por qué seguía afectada por él? ¿Sería por el tiempo que tenía sin estar co
*—Rosemary:No sabia donde poner la cara, pero una vez que Nathan se fue y estuvo sola con su amiga, Rosemary decidió ir a la cocina para buscar algo de comer. Ahora que Nathan se había ido, su deseo también se había disipado y con este fuera, sus ganas de comer aparecieron. Jessie la siguió a la cocina y la misma esperó que hiciera varios emparedados para al fin tocar el tema.Cuando se giró al fin hacia su amiga, vio como esta sonreía juguetonamente. Aquí venía.—¿Qué hacía aquí? —cuestionó Jessie como si fuera la madre de Rosemary.Esta, quien estaba sentada en un taburete en la isla de su cocina, se encogió de hombros y continuó comiendo.—Vino para hablar —solo dijo Rosé, pero Jessie arqueó las cejas.Si, como si eso llenaría la curiosidad de su amiga.
*—Nathan:Estaba decidido a algo y era a intentarlo.Besar a Rosemary se sintió como el cielo y se sintió vivo después de tanto tiempo. Hizo que viejos recuerdos volvieran a él y no se sentía tan mal. Así que, ¿por qué no? Estaban solteros y quizás, si las cosas resultaban bien, esta podría ser una relación duradera.Comenzaba a pensar como Jessie, quien decía que este era el destino. ¿Y si era de esa manera? Era extraño que después de diez años tuviera que volver por un respiro para encontrarse con esta situación, en donde la chispa con su ex novia aún seguía viva.No era solo la chispa, sus sentimientos estaban afectados y por esto quería darle una oportunidad. Irse del pueblo sin tratar al menos no era lo ideal y por eso planeaba conquistar a Rosemary. Iba a ir a su casa para pedirle una cita
*—Rosemary:¿Un secreto?Rosemary apretó sus manos.¿Por qué Nathan no quería decirle?—Me gustaría que me dijeras, ¿sí?—Ya verás —dijo antes de encender y poner en marcha el vehículo que se notaba que era moderno y caro.Rosemary se sintió un poco nerviosa, pero lo dejo pasar. No sabía que estaba tramando Nathan, pero lo averiguaría. Sin embargo, luego de unos minutos, se dio cuenta de que no iban a cenar en el pueblo, pues salieron rumbo hacia la avenida que los llevaría a otros pueblos aledaños.—¿A dónde vamos, Nathan? —preguntó Rosemary tratando de no sonar asustada, pero, aun así, Nathan lo notó.—No te asustes —le dijo Nathan sin mirarla—. Quería cenar en un lugar diferente y lejos de las miradas de los ve
*—Rosemary:El silencio se tornó incómodo en el cubículo donde estaban encerrados en la Noria de la feria y Rosemary estaba desesperada por tener ya los pies sobre la tierra firme. Estaba nerviosa con Nathan tan callado y encerrada allí con este.Al fin, su viaje terminó y Rosemary suspiró aliviada cuando abrieron la puerta del cubículo.—¿Quieres comer? —preguntó Nathan cuando bajaron del cubículo de la Noira donde habían estado hace un momento.Su estómago tomó ese momento para gruñir y Rosemary colocó una mano sobre este. No se había percatado de ello antes, pero la verdad es que moría de hambre. Miró hacia Nathan quien esperaba por ella mientras caminaban lejos de la Noria.¿Debería aceptar la sugerencia? Al final habían venido para cenar, ¿no?—