*—Rosemary:
El corazón de Rosemary dio un vuelco y apartó la mirada. De todos los lugares que podía volver a encontrárselo tenía que ser allí y con Jessie a su lado para complicar las cosas. El grito que Jessie tiro no la sorprendió y con este, seguramente llamó la atención de todos, incluyendo la de esa persona.
—¡No puedo creerlo! —exclamó Jessie aun en su lugar. Había esperado que se pusiera de pie y que corriera hacia el hombre, pero seguía aun sentaba al lado de Rosemary.
—Yo tampoco —continuó Sara riéndose—. Cuando lo vi entrar, pensé que era un modelo viajante que había venido al pueblo para alguna sesión de fotos, pero cuando lo vi de cerca, algo como que conecto y obviamente pregunté —Sara miró hacia el lugar donde estaba Nathan—. La verdad es que no me
*—Nathan:Tenía un mal sabor de boca.La escena de hace un rato lo había dejado sin palabras. Rosemary, la chica dulce que había sido su novia, había actuado como toda una persona diferente.Era cierto que no podían evitar el pasar de los años y los cambios que estos traían en las personas, pero debía de admitir que Rosemary sí que había cambiado. Viéndola a la luz del día, podía decirlo con más certeza ahora: la Rosemary de antes ya no existía.¿Qué le pasaba?¿Por qué estaba siendo así?Miró hacia el grupo. Quizás debería preguntar, pues tenía curiosidad sobre qué era lo que había pasado. Comenzaba a pensar que era por su presencia allí en el pueblo, además de que creía haber escuchado su nombre en medio de la convers
*—Nathan:Su cabeza se ladeó al escuchar a Jessie mencionar aquel recuerdo que le había dejado a Rosemary.Su mente se llenó de recuerdos y si, recordó la dicha pulsera.Había sido para esta época. Había tenido una cita con Rosemary y recordaba que Sean, su hermano mayor, le había acompañado junto con Jessie, quien en ese entonces había sido novia de su hermano.Todo había sido una semana antes de partir hacia la ciudad para un mejor porvenir. Nathan, quien había estado retrasando el momento de la verdad, decidió esa noche sacar al aire la noticia de su partida. Recordaba haberle obsequiado la pulsera de la que hablaba Jessie mientras le prometía que volvería al pueblo. Le había pedido que no se la quitará para que así pudiera volver, solo que Nathan no había regresado hasta diez años despu&eacu
*—Rosemary:Saltó de la cama al escuchar el insistente sonido del timbre de su casa.Rosemary maldijo y miró hacia la mesita de noche. Eran las siete de la noche y todo estaba oscuro.¿Quién venía a molestarla a estas horas?El timbre volvió a escucharse y Rosemary le puso un nombre. Era Jessie. Debía de ser Jessie. Como habían terminado en malos términos aquella tarde, era obvio que venía para que hablaran sobre lo sucedido y tratar de convencerla como siempre.Se bajó de la cama y fue al cuarto de baño a lavarse la cara y los dientes. Cuando terminó, el timbre seguía sonando. Espera. Jessie tenía llave. Ella podía entrar como perro por su casa. Era otra persona.Rosemary decidió salir de las dudas y bajó al primer piso. Cuando se acercó a la puerta vio que tenía los cerrojos, por
*—Rosemary:—No hay un nosotros —murmuró Rosemary cuando Nathan hablo sobre ellos como si fueran todavía un ítem.—Hubo uno y escuchando los comentarios, saber que aun nuestra historia está abierta, me hace sentir triste y quiero ayudarte a avanzar, Rosemary —Nathan sonó muy serio, pero, aun así, Rosemary soltó otra carcajada. Esto era tan divertido.Ahora entendía. Gracias a los chismosos de sus amigos, Nathan había escuchado cosas y había saltado en conclusiones. Debió de ser Jessie a quien se le fue la lengua. Seguro le vino con la idea de que estar allí era un llamado del destino luego de que estuvieran hablando de él el día anterior. Si, debía de ser eso.—Solo le gustan chismorrear, Nate.—Nate —murmuró Nathan y sonrió—. Me gusta que me llames así &
*—Rosemary:—¿A qué viniste? —volvió a preguntar Rosemary por enésima vez.No comprendía la razón de su regreso. Nathan decía que necesitaba un respiro, pero, ¿por qué necesitaba un sosiego? Un hombre como él podía tomarse un respiro en algún lugar caro y turístico del mundo, no en un pueblucho aburrido que tenía como único entretenimiento llevarse la vida el uno con el otro. La verdad es que la razón de su regreso la tenía muy curiosa y de igual forma, dudosa.—Siendo sincero —comenzó diciendo Nathan—. Vine a descansar de la vida ajetreada de la ciudad —informó él mismo.Rosemary asintió. No podía imaginarse cómo serían las grandes ciudades, pero debía de ser un caos total.—Estoy divorciado, Rosemary &mda
*—Nathan:No estaba bien hacer esto, pero desde que cruzó el umbral de la casa de Rosemary, viejos recuerdos lo envolvieron e hicieron que se sintiera como en el pasado, amado.Su relación con su ex esposa solo fue mágica al principio y con el tiempo, se tornó una unión por conveniencia. No quiso en ese momento separarse de ella porque no quería verse en boca de nadie y tampoco había querido admitir que su matrimonio había fallado. Sin embargo, observando cómo estaba actuando con Rosemary, podía entender una cosa. Con Stephanie, nunca hubo esa química que tenía con Rosé, por lo cual, desde el inicio, su vida con su ex esposa estuvo destinada a fracasar.No era igual, ni siquiera cerca.Ver a Rosemary otra vez le hizo dar cuenta de la gran mujer que dejó atrás y se estaba sintiendo arrepentido por todo.¿Por qu&eacut
*—Rosemary:Debía de estar loca.Rosemary rodeó el cuello de Nathan con sus brazos mientras se acercaba a su cuerpo caliente. El olor masculino de aquel hombre volvió a rodearla y Rosé se sintió desfallecer. No tan solo su olor, su cuerpo apretado contra el suyo hacía que su cabeza diera vueltas. Podía sentir el deseo de Nathan presionándole el vientre y una parte de ella quería ser traviesa y dar rienda suelta a aquella pasión que seguía latente entre ellos.Sintió como los brazos de Nathan volvían a rodear su cuerpo y el mismo fuego de antes, aquel que había estado apagado, se encendió como una llamarada.Rosemary se aferró a él mientras volvían a devorarse la boca con fervor.¿Por qué seguía afectada por él? ¿Sería por el tiempo que tenía sin estar co
*—Rosemary:No sabia donde poner la cara, pero una vez que Nathan se fue y estuvo sola con su amiga, Rosemary decidió ir a la cocina para buscar algo de comer. Ahora que Nathan se había ido, su deseo también se había disipado y con este fuera, sus ganas de comer aparecieron. Jessie la siguió a la cocina y la misma esperó que hiciera varios emparedados para al fin tocar el tema.Cuando se giró al fin hacia su amiga, vio como esta sonreía juguetonamente. Aquí venía.—¿Qué hacía aquí? —cuestionó Jessie como si fuera la madre de Rosemary.Esta, quien estaba sentada en un taburete en la isla de su cocina, se encogió de hombros y continuó comiendo.—Vino para hablar —solo dijo Rosé, pero Jessie arqueó las cejas.Si, como si eso llenaría la curiosidad de su amiga.