CAPÍTULO 31: LA CONSPIRACIÓNLas velas titilaban en los candelabros, proyectando sombras danzantes en las paredes de piedra. Se refugió entre las pilas de libros, ocultándose de cualquier mirada curiosa. Aunque su misión principal era investigar la muerte de su hermana, no podía pasar por alto lo sospechosa que le resultaba la escena.Mientras ajustaba su posición, escuchó un murmullo cercano. Akira contuvo la respiración agudizando su nuevo sentido de la audición. Pronto, dos figuras se acercaron a su escondite, y aunque sus cuerpos bloqueaban parte de la luz, pudo distinguir sus rostros a través de las estanterías.Se quedaron a pocos metros de donde Akira estaba escondida. Sus voces eran bajas, pero el tono era inconfundible.—Thane no merece el trono —gruñó Kael con la voz cargada de resentimiento—. Nuestro padre me traicionó al elegirlo a él en lugar de a mí. Soy el mayor, el legítimo heredero. Pero todo lo que ve es la fuerza de Thane, su habilidad para transformarse a plena luz
CAPÍTULO 32: DESCUBIERTAAkira se quedó paralizada en el pasillo, su corazón martilleó en su pecho, mientras veía la puerta de los aposentos de Thane cerrarse con brusquedad. La furia y el dolor se entrelazaron dentro de ella, al mismo tiempo que una creciente sensación de traición la abrumaba. Se preguntó cómo había llegado a esto, cómo alguien que en algún momento había mostrado un atisbo de preocupación por ella ahora podía ser tan frío, tan cruel.Con un movimiento decidido, Akira apretó los puños, sintiendo el papel arrugado aún en su mano. Lo que había escrito ya no importaba. Thane no merecía saberlo. No iba a entregarle información valiosa después de cómo la había tratado. Se guardaría el secreto para ella, después de todo, no era su problema si el reino caía en las manos equivocadas. Con esa resolución, giró sobre sus talones y comenzó a caminar rápidamente por el pasillo, manteniendo la cabeza gacha para evitar que nadie más la viera en ese estado.Estaba tan absorta en su r
CAPÍTULO 33: ¿DE VERDAD SE FUE?Thane se quedó de pie frente a la puerta cerrada de sus aposentos, con el eco del último intercambio con Akira todavía en sus pensamientos. A pesar de que se esforzaba por convencerse de que había hecho lo correcto, una inquietud creciente le carcomía por dentro. No entendía por qué, después de todo lo que había dicho y hecho, algo dentro de él seguía tirando de esa parte de su ser más primitiva, más animal, hacia ella.Había echado a la concubina que estaba con él, deseando más que nunca estar solo para pensar. Pero la soledad solo exacerbó la sensación de vacío. Por más que intentaba racionalizarlo, su instinto le decía que algo no estaba bien, que había cometido un error al dejarla ir.Al final la sensación de necesidad fue demasiado fuerte para ignorarla. Thane dejó atrás la habitación y comenzó a recorrer el castillo, con la esperanza de encontrar a Akira en algún lugar. No estaba seguro de lo que iba a decirle si la encontraba, ni siquiera estaba
CAPÍTULO 34: ESTE ES MI FINALAkira mantuvo su cuerpo inmóvil, el olor a tierra y hojas húmedas impregnó sus fosas nasales mientras el mundo a su alrededor seguía girando en la penumbra que la cubría. La tela áspera y pesada que le cubría la cabeza le dificultaba respirar, y el miedo que sentía era tan palpable que parecía tener un sabor metálico en su boca. Cada fibra de su ser le gritaba que se moviera, que intentara escapar, pero sabía que lo único que podía hacer era permanecer inmóvil y fingir que seguía inconsciente.Las voces de los lobos a su alrededor era lo único que la mantenían atenta, aunque distorsionadas por la capucha, pero podía escucharlas lo suficiente como para captar fragmentos de su conversación. Su corazón se hundió al oír uno de ellos preguntar:—¿Estás seguro de que debemos dejarla ahí?Otro lobo respondió con frialdad.—Sí, esas fueron las órdenes del príncipe Kael. Debemos dársela a los cazadores.Akira sintió que el pánico la atravesaba como un rayo. Los ca
CAPÍTULO 35: ALGO NO ESTÁ BIENThane caminaba de un lado a otro en su habitación, la ansiedad se apoderaba de él como una sombra persistente. Su mente no podía dejar de pensar en Akira, en la sensación de que algo andaba terriblemente mal. Su lobo interior estaba en un estado de agitación constante, arañando las barreras de su autocontrol, le exigía que lo liberase y que hiciera algo para encontrarla.Cuando cayó la noche, la preocupación de Thane se había convertido en una furia que apenas y podía controlar. Salió de su habitación decidido a obtener respuestas. Su primera parada fue la habitación de Galicia. La loba blanca lo recibió con una mirada de sorpresa, sin esperar una visita tan tardía.—¿Príncipe Thane? ¿Qué ocurre? —preguntó Galicia, notando la intensidad en los ojos del alfa.—¿La has visto? —preguntó Thane de nuevo, su voz era grave, bordeando la desesperación.Galicia frunció el ceño, confusa y sacudió la cabeza lentamente.—No mi señor, no ha vuelto por aquí. La verdad
CAPÍTULO 36: RESCATEEl viento aullaba entre las rocas de la montaña, cargado con la humedad de la cascada cercana y el eco de la lucha que se desarrollaba en la cima. Thane, con su pelaje oscuro manchado de sangre y sudor, observaba con furia y desesperación la escena frente a él. Akira estaba acorralada contra el borde del precipicio, con el rugido del río que corría abajo mezclándose con el sonido de la cascada, mientras el cazador humano avanzaba hacia ella con una sonrisa sádica en el rostro. No había tiempo que perder.Con un rugido que resonó por todo el acantilado, Thane se lanzó hacia el cazador. Cada fibra de su ser clamaba por proteger a Akira, por acabar con la amenaza que se cernía sobre ella. El cazador se giró justo a tiempo para ver la masa de músculos y garras que se abalanzaba sobre él, pero en lugar de huir, sonrió con frialdad. Sacó rápidamente una pistola de su cintura, el metal reluciente brilló bajo la luz de la luna. Era un arma mortal, hecha de un metal que qu
CAPÍTULO 37: ÉL NO ME CREEAkira y Thane descansaban en la entrada de la cueva, mientras escuchaban el eco distante de la cascada a su alrededor. La tensión de las últimas horas aún flotaba en el aire, mezclándose con el aroma a tierra mojada y agua fresca que emanaba del río cercano.Thane yacía en el suelo de piedra, pero su respiración era irregular y superficial. La herida en su hombro apenas y había comenzado a cerrarse, pero la piel permanecía roja, sangraba levemente y ardía con un dolor persistente. Su cuerpo estaba agotado, pero en su mente se mantenía fuerte, luchando contra las pesadillas que el veneno de plata le implantaba en su imaginación.Akira temblaba de frío. Así que decidió regresar al lugar donde estaba el cazador muerto. Con manos temblorosas comenzó a revisar sus pertenencias.De pronto sintió con sus dedos una libreta gastada y un mapa doblado que descansaban entre los objetos esparcidos. La curiosidad la invadió; algo en esos papeles parecía importante.Mientr
CAPÍTULO 38: COMO UNA SOMBRAAkira sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. Las palabras de Thane dolían demasiado, incluso más que cualquier maltrato físico, más que las humillaciones de las concubinas o de la princesa. Ella podía soportar todo eso, pero no el desprecio de Thane. Trató de acercarse, pero él se dio la vuelta, con la clara intención de irse.—“Espera...” —escribió rápidamente y corrió hacia él para detenerlo. Pero Thane no le dio la oportunidad. Se giró con brusquedad y la apartó de un empujón, su fuerza aún era considerable a pesar de la herida que lo debilitaba.—No intentes detenerme, Akira —gruñó—. No quiero volver a verte. No después de lo que has hecho.Akira lo miró, sin poder creer lo que estaba escuchando. Su mente se negó a aceptar que Thane, quien la había rescatado otra vez, ahora la considerase una amenaza. Intentó tocar su brazo, pero él la apartó zafándose con desprecio.—Admito que fue un error —continuó Thane, sus palabras ahora cargadas de a