NarradorEl sitio donde debían ir a poner orden estaba marcado en el mapa, que Jimmy iba examinando con sumo cuidado. Siempre había estado él antes que Zack, en las exploraciones, pero ahora no le molestaba estar siguiéndolo. La verdad, si era sincero, le importaba muy poco eso de las jerarquías.—¿Es una mina de oro? —preguntó Zack, entusiasta, no podía dejar de pensar en otra cosa que no fuera en llegar.Estaba eufórico por la misión, era mucha responsabilidad. Su velocidad aumentó y a Jimmy le costó seguirlo por el bosque. Ambos estaban en su forma de lobo, junto con otros exploradores que debían ubicarse más lejos para cubrir el terreno de posibles imprevistos y documentar si había algo interesante, como recursos u enemigos, en los alrededores.—Sí, es una mina que da oro en abundancia. Sin embargo, está cerca del territorio del antiguo Sombra de Lobo, el lugar de… —murmuró Jimmy, saltando a través de unos arbustos.—De la mascota odiada de mi amigo. —Zack respondió con sarcasmo,
Jimmy se dio la vuelta para que Zack comprendiera que no estaba abierto a negociar nada.Soltó un bufido de resignación.—Haz lo que quieras. —miró al cielo, consternado, tratando de pensar que demonios le iba a decir a los demás.Tendría que largarse ahora mismo para que los exploradores no los alcanzaran ni sospecharan nada.—Si Athius llega, dile a él que me defienda. Nadie lo contrariará. —Jimmy hizo una mueca a modo de despedida. —Volveré cuando los haya curado.El lobo rojo se marchó por el sendero, trepando por la colina con una gran habilidad. Utilizó al máximo su velocidad para localizar a los otros exploradores e indicarles que era hora de regresar al castillo. Así podría cubrir a Jimmy. Los exploradores no hicieron preguntas, debían pensar que el lobo con franjas los alcanzaría después.Zathun apenas si respiraba. Lysa, que podía moverse, se veía poseída por el dolor de las heridas.Verlos así era algo muy incómodo. Jimmy trató de poner la mente en blanco para pensar. Las o
LumenMe quedé dormida en la silla mientras Seth buscaba comida de las grandes cocinas para traer aquí. Antes Wendy nos atendía y ahora, al tener que hacer las cosas por su cuenta, se notaba fastidiado. Conociéndolo, seguramente ya le había ordenado a otro esclavo el trabajo porque el era casi un príncipe.Traté de no dormirme porque temía que Kim regresara a atacar a mis amigas. De solo pensar en su nombre un enojo torrencial me llenaba de sentimientos negativos. No tenía sentido estar así, porque estaba atada de pies y manos, no podía hacer algo para vengarme ahora.En mi mente, todos pagarían lo que hicieron. Con mi manada, conmigo, con todos los que amaba. El rey, la reina, el príncipe, Astrid, Kim, todos pagarían sus crímenes.El nombre de Seth se dibujó en mi mente. ¿Me vengaría de él también?Busqué no pensar en eso. El sueño me invadió sin lograr mantenerme despierta. Cuando volví a abrir los ojos, había una presencia allí junto a Seth. Otro de los esclavos estaba preparando u
—Deberías cerrar la boca. —Seth enfrentó a Kim con una mirada tan asesina que me dio miedo incluso hasta a mí.Miré a Zack, que Jimmy no hubiera regresado me tomó por sorpresa. Algo había sucedido. Zack me observó de una manera extraña. Eso me asustó. Quería saber de inmediato que es lo que ocurrió y no podía preguntarle nada si Kim seguía aquí.—Antes me obligabas a cerrar la boca. ¿No te acuerdas? —ella miró a Seth sin temor alguno, respondiéndole a pesar de la amenaza.Seth se abalanzó sobre ella para pelear, Zack no lo detuvo. Kim no logró defenderse porque la diferencia de poder era enorme. La velocidad de Seth era casi insuperable incluso en su forma humana. Logró arrojarla escaleras arriba en unos pocos segundos, haciendo que derribara una columna de cemento y se estrellara. Solté un grito.—¡Basta!Ya tendríamos que explicar muchas cosas. La reina podía venir en cualquier momento, eso me generaba bastante miedo, aunque no quería admitirlo.—La perra se lo merecía. —gruñó Zack,
NarradorEl roble se alzaba imponente, las hojas caían sobre los lobos moribundos que comenzaban a recuperarse poco a poco. La constancia de Jimmy logró que su tiempo de vida se extendiera, aunque fuera mínimamente. “En cualquier momento caerán sobre nosotros”Pensó Jimmy, el sudor lo estaba sofocando por los nervios. Si el rey veía lo que estaba haciendo sería considerado un traidor. Además, había entrado a Sombra de lobo, todo lo condenaría.Se planteó a si mismo abandonar a los padres de Lumen allí y volver rápidamente al castillo, fingir que no ocurrió nada y volver a la normalidad.No era una opción. No podía siquiera pensar en ello. No era esa clase de persona. A pesar de ser parte de una manada cruel y despiadada.Siguió curando a los lobos, disminuyendo su aura para que no lo olfatearan. La esperanza de pasar desapercibido era minúscula. El viento soplaba fuerte y las hojas caían con más frecuencia sobre ellos. Los dos lobos, dormían.El aroma de Athius le llegó como una ráfa
NarradorLos bucles perfectamente ordenados de la reina caían decorando aún más su espléndido vestido. Dun estaba recostado cuando ella abrió la puerta suavemente, para no despertarlo.Dun no tuvo miedo cuando la vio. Ella vino a verlo antes, antes de buscar a Seth y a Lumen. Porque tenía que contemplar el estado del Beta de la manada.Kyra recordó la conversación y sonrió, apretando los labios. Dun le había dicho que no se sentía bien, omitiendo los detalles. Eso llamó la atención de la reina, que lo conocía desde hacía siglos y nunca presentó signos de enfermedad. Sintió una punzada de desconfianza de inmediato. Cuando puso su mano en la frente de Dun, logró sentir el sentimiento fuerte, pudo reconocer la nostalgia. Como bruja, su percepción era mucho más amplia que la de los demás.—Los dejo aquí, queridos. Debo ocuparme de otras cosas. —la reina sonrió, poniendo su mano en el hombro de Seth a modo de consuelo. —Algunos sanadores vendrán a atender a Dun en unos minutos.Los dos ent
NarradorEl cuartillo era sombrío, la humedad corroía las paredes que alguna vez fueron blancas y emitían un hedor fuerte que podía hacer lagrimear a cualquiera.La anciana estaba acurrucada en el fondo, contra una pequeña mesa. Temblaba, las lágrimas salían de sus ojos incontrolablemente. No comprendía que sucedía, su mente no estaba bien, no lograba estar en el tiempo presente y su memoria fallaba de manera abrupta.Se sujetaba la cabeza con ambas manos.—Piedad… ¡Trabajaré el doble! —gritó con un hilo de voz, suplicando, poniéndose de rodillas a pesar de que eso se le dificultaba.La patada le llegó cerca del vientre y se retorció por el dolor.—Se que escondes la verdad. Estás consciente y mientes… —la sonrisa de Dormius brilló con la tenue luz del farol que llevaba. Sus ojos enrojecieron. —Eres un parasito y siempre lo has sido… Una cucaracha imposible de matar…Dormius apretó con pata la cabeza de la anciana, haciendo que el sonido no saliera del cuartillo, presionando luego su
LumenMe temblaban las manos, los pies, absolutamente cada parte de mi cuerpo comenzó a temblar por la presión que sentía sobre mí. Diosa luna, esto era una locura. Lo que estaba ocurriendo estaba fuera de cualquier pensamiento que hubiera tenido alguna vez en mi cabeza. La anciana… La esclava que le habló a mi loba podía llegar a ser la madre fallecida de Seth. Entonces no estaba muerta como todos pensaban, pero… ¿Cómo? Eran demasiadas preguntas sin respuesta.Lo que más me resultaba extraño era que ella se pudiera comunicar conmigo cuando no teníamos un parentesco de sangre ni nos conocíamos.Me sentía sobrepasada y tenía que confiar todo el tiempo en que Jimmy habría logrado hacer que mis padres sobrevivieran. Esto me estaba volviendo loca.Corrí escaleras abajo para tratar de llegar lo más rápido posible a donde estaba la anciana, al sitio que Zack mencionó. Si la puerta estaba sellada con una llave de plata no podría romperla. No tenía tantas opciones para entrar. Tenía que inten