ARDIANPensar en Leni no ayuda a tranquilizar esta marea de emociones que me aplastan el pecho. Al principio no quise creer que Leni fuera capaz de tanto, pero son varios testigos los que vieron lo que sucedió, una sirvienta, Silver y el pequeño Don, tantos no pueden equivocarse. Si bien, la muerte de mi madre no me ha afectado tanto como la de mi hermano mayor, sigue siendo familia, todo el mundo me advirtió sobre los Stardark, sin embargo, mi lobo interno sigue aferrado a la idea de no dejarla ir, de creer en ella, una parte de mí, muy en el fondo, quiere pensar que ella es inocente. Lo vi en su mirada, el miedo, la confusión, puede que ella ni siquiera recuerde lo que pasó, es mitad humana, pero si no actúo de esta forma, si no cumplo con mi deber como alfa y rey de Tafaryen, entonces ella sí correrá un grave peligro del que ni siquiera yo seré capaz de protegerla. —No pareces tener buena cara. Levanto la mirada, los ojos de Robert Arcade, están puestos sobre mí. El padre de Si
NARRADOR OMNISCIENTELa sangre le hervía a Ardian, con cada golpe certero que le atestaba a aquel chico, despertaba un instinto asesino que nunca había sentido antes, era como si el aire de pronto fuera una neblina sofocante que le aplastaba el pecho, hasta que el tacto dé a quien había estado repudiando estos días, lo paralizó. —Por favor, detente. El suave tono de voz de Leni, lo congeló, pudo percibir el miedo, la incertidumbre y el dolor en la última nota descendiente, su pecho subía y bajaba de manera frenética, mirando al chico pálido, se apartó de él. —Vete —demandó. Él no lo pensó dos veces y salió despavorido, ¿qué era en lo que estaba pensando antes de lanzarse de esa manera con un miembro de su manada? Se pasó una mano por el cabello, lleno de desesperación. —¿Qué estabas haciendo con él? —le preguntó a Leni. A quien no se atrevía a ver. —Nada. —No mientas —en menos de un parpadeo le rodeó el cuello, acorralándola contra la pared—. Te vi sonriéndole y te ha tocado.
ARDIANNo puedo apartar la mirada de Leni Marshall, a quien he estado observando con discreción todo este tiempo que hemos permanecido dentro de la tienda de la modista, una anciana muy reconocida en todo el reino, por su buen gusto y la excelencia en las telas de sus vestidos, no quiero estar aquí, tanto como Leni no está disfrutando de estar detrás de Silver como un pequeño y frágil cachorro. Ella es mitad loba, y algo me dice que el día en el que mi lobo viera a la suya, el lazo que nos une se fortalecería, lástima que eso nunca pasará, los celos me siguen carcomiendo, otro la tocó, deslizó sus brazos por su suave piel. —Ardian. La voz chillona de Silver me pone de mal humor, levanto la mirada, sus ojos tienen un brillo que me da náuseas, trae puesto el vestido de novia más costoso y lleno de las mejores joyas. No puedo evitar imaginarme ese vestido en Leni. —¿Qué te parece? —se da una vuelta de cuerpo completo—. A mí me encanta. Detallo su figura, sus curvas, sus pechos, Silv
ARDIANMiles de pensamientos viajan en dirección de una sola cosa, o, mejor dicho, de una sola persona; Leni Marshall. No he hablado con ella desde aquella noche en la que le dije que asistiría a mi boda como una invitada más, una muy especial. Nunca ha estado en este mundo antes, por lo que no tiene idea de lo que significa esto. Busqué soluciones, una parte de mí quería que este lazo con Leni, funcionara, aunque una vez más, el resultado de cada una de ellas, era el mismo de siempre; Leni muerta. Todos están sobre mí, el consejo lunar, mi padre, la manada, incluso la que será dentro de poco, mi esposa, lo que se espera de mí como alfa, una luna fuerte como Silver, hará más sólida la alianza que tengo con los demás, solo es eso, es lo correcto. —Ardian. No hace falta que voltee, supe desde qué Reinhold entró al castillo, que era él. —La boda es un hecho —digo sin apartar la vista del enorme jardín que colinda con el bosque brumoso que rodea el castillo. Abajo, los preparativos
NARRADOR OMNISCIENTE—¡Hagan algo de inmediato! El pecho de Ardian subía y bajaba debido al disparo de adrenalina que corría por todo su torrente sanguíneo; la cabeza le estallaba, no dejaba de comparar la sensación aplastante en su pecho con ser herido con hierro caliente, parte por parte del cuerpo. Luego de que Leni cayera muerta en medio de la iglesia, ordenó la cancelación del banquete, pese a que su padre y ahora su esposa no estaban de acuerdo; le importó poco, incluso que los ancianos de la corte lunar estuvieran presentes. Solo tenía un objetivo: reparar el daño que le había hecho a Leni, asesina o no. Tarde comprendió que ella no tenía la culpa de nada, mucho menos de haber nacido con la sangre de los dioses Lycans más tiranos que habían existido en su mundo. Y ahora estaba observando a detalle, con ojo crítico, cada uno de los movimientos que realizaban los sanadores de medianoche, lobos milenarios con poderes extraordinarios y con más capacidades curativas que los sa
LENIEsa voz… —Demasiado tarde, Ardian, ella ahora es mía. Algo en mi pecho se expande: una ola de calor y los recuerdos que atesoraba del pasado, golpean cada pared de mi cabeza. El niño castaño de ojos grises, con el que jugaba cuando era pequeña, aparece en mi mente. Respiro profundo, lo último que recuerdo es haber sentido una opresión dura en el pecho. Al observar a Ardian mordiendo a Silver, el dolor era incalculable e imposible de soportar, se trataba del equivalente a quemarse vivo. Respiro con profundidad, despertando por completo. El rostro de Dax aparece delante de mí, aunque él no me mira; sus ojos fieros están anclados en alguien más. —¡Despertó! —grita otra persona. —Leni —dice Dax, mi viejo amigo, y quien, al verlo, tengo la necesidad de abrazarlo. —Dax —mi voz tiende de un hilo. Una sonrisa de media luna se ladea en su rostro. —Hazlo, si eso es lo que quieres —arguye con ojos amplios y curiosos. Dax es la única persona que conozco y que nunca me ha tratado mal
LENISus labios chocan con ferocidad, el impacto provoca que abra la boca para tomar aire, algo que Ardian aprovecha para invadirme. Su lengua encuentra la mía y me atrae más hacia su cuerpo. El salvajismo que hay en el acto, me produce un cúmulo de sensaciones que no puedo controlar, lo mismo que descifrar. —Ardian —mascullo, colocando las palmas de mis manos sobre su pecho. Ya no existe la conexión que antes invadía mi mente y nublaba mi buen juicio; no hay nada. Recuerdo querer este apetito incontrolable, desear estar siempre a su lado, ahora es diferente, sigue siendo un completo desconocido, como al principio. —¿Qué haces? —le pregunto al romper el beso. Su respiración se sigue agitando. El color rojo de su mirada me indica que está dejando que su lobo interno lo domine. “Nos quiere, no lo permitas” me dice mi loba. —Quiero estar sola —trago grueso—. Estoy cansada. —No —expresa sin ninguna emoción aparente. —¿Qué quieres de mí? —me incorporo al mismo tiempo que él—. Sabes
NARRADOR OMNISCIENTELos ojos de Ardian no se apartaron de Leni mientras ella se encontraba sumida en un sueño profundo, tras haberla hecho suya. Poco a poco cerró los ojos, hasta perder consciencia de todo. Tenía en mente varios asuntos por resolver; uno de ellos, el más importante, era la conexión que tenían, y que, debido a su error, se rompió. Se sentía frustrado, cabreado, ardido y celoso por la marca de la mordida de Dax Lancaster. Su padre movió las piezas para que el juego estuviera a su favor. Tenía el conocimiento de lo que iba a suceder al tomar a Silver como luna. Guardó todo para sí mismo, por la ambición y el poder que quería seguir teniendo sobre la manada. Su matrimonio era una cortina de humo, un analgésico para desaparecer las inseguridades de todos, para eliminar el miedo que yacía en sus miradas el día de la ceremonia. Al haber mordido a Silver, su lazo con Leni se rompió, pero nació uno más poderoso con su Luna, uno que le permitía sentir, como suyas, sus emocio