RIHANNON Sentada en mi trono, la noche se extendía a mi alrededor como un manto oscuro y silencioso. La única luz provenía de la tenue llama de las antorchas que titilaban, proyectando sombras danzantes en las paredes de piedra. Aislada del mundo exterior, mi mente estaba consumida por un deseo desgarrador: encontrar a mi hija. La amaba con cada fibra de mi ser, un amor que desafiaba a la misma oscuridad que se cernía sobre el reino de Ardian. Mis pensamientos eran un torbellino de emociones; el temor de que la oscuridad la envolviera me mantenía despierta. —Mi Reina —la voz de uno de mis soldados interrumpió mi tormento interno—. La tortura a Trey ha finalizado. Asentí lentamente, sintiendo que el peso de la decisión caía sobre mis hombros. —Está bien, puedes retirarte. El soldado se marchó, dejando tras de sí un eco de pasos que se desvaneció en la penumbra. La soledad volvió a envolverme, y mis pensamientos regresaron a la angustia que me consumía. No podía permitir que el b
TREY La fría humedad de la celda se filtraba en mis huesos, pero no era ese el único dolor que me atormentaba. Los gritos distantes, el eco de un caos que se desataba en el mundo exterior, se mezclaban con el latido de mi corazón. En ese momento, el sonido de pasos resonó en el pasillo y la puerta se abrió con un chirrido que hizo eco en mis pensamientos. Un soldado entró, su rostro marcado por la preocupación y el sudor. Sé que Leni corre demasiado peligro, pero también sé que cuenta con el apoyo de todos, en especial de su hermano Viktor, quien no va a dejar que nada malo le pase, ni a ella, ni al bebé, es tiempo de que el mundo entero se prepare para ellos. Incluso estoy del lado de Ardian, poseedor de la sombra del diablo, y padre de mi nieto, si la encuentra a tiempo, estoy seguro de que ambos podrán escapar y permanecer juntos, enfrentar lo que sea. Por otra parte, Rihannon, quien cegada por el poder, quiere algo que es imposible, ama tanto a Leni, y odia la idea de que l
REINHOLD La brisa fría de la mañana me envolvía mientras caminaba por el bosque, el susurro de las hojas moviéndose con el viento era un recordatorio constante de que el amanecer estaba cerca. A mi lado, Ardian murmuraba entre dientes, sus lamentos resonando en el aire como un eco de su sufrimiento. No podía evitar sentir una profunda tristeza por él, pero sabía que no podía decir nada. Era mi amigo, pero había momentos en que las palabras se volvían inútiles, y este era uno de esos momentos. —¿Por qué? —preguntó Ardian, su voz quebrándose—. ¿Por qué Leni tuvo que irse? Me detuve un instante, sintiendo el peso de su dolor. —No lo sé, Ardian. Solo sé que debemos encontrarla —respondí, intentando mantener mi tono firme. Continuamos caminando, el silencio se volvió una manta pesada entre nosotros, solo interrumpido por el crujir de las ramas bajo nuestros pies. El cielo comenzaba a despejarse, y el primer rayo de sol se asomaba tímidamente entre los árboles. —¿Dónde estamos? —pr
GRETALa tormenta rugía en el bosque oscuro, un caos de viento y lluvia que se desataba con una ferocidad casi palpable. Cada gota que caía parecía un recordatorio cruel de lo que estaba en juego, de lo que había perdido. Corría con desesperación, mis pies resbalando en el barro, el aliento golpeando en mi pecho como un tambor de guerra. Estaba embarazada, y cada movimiento que hacía era un recordatorio de la vida que llevaba en mi interior, una vida que estaba en grave peligro.—¡No, no puede ser el final! —grité, mi voz apenas audible entre el estruendo del viento.El aire estaba cargado de una electricidad inquietante, como si el mismo bosque supiera que algo oscuro se avecinaba. Las sombras se alargaban y retorcían entre los árboles, y en ese momento supe que no estaba sola. Los lobos Stardark acechaban, su presencia era un eco de la historia familiar que había marcado mi vida. Eran cazadores implacables, y yo era su presa.El viento aullaba, y de repente, lo vi. Se materializó en
DAXLa luna colgaba en el cielo como un faro helado, su luz plateada filtrándose a través de las copas de los árboles en el bosque. Caminaba en silencio, acompañado de Nadav y los gemelos, quienes llevaban a Melisa entre ellos, su cuerpo herido y débil. La noche era oscura y el aire estaba impregnado de un frío que calaba hasta los huesos, un eco del desasosiego que me invadía. Cada paso que daba resonaba en mi mente, y mi corazón latía descontroladamente, preocupado por Leni.No podía dejar de pensar en todo lo que estaba sucediendo, es decir, ella me apuñaló, pero solo porque estaba tratando de matar a su hijo, no es como suelo actuar, sin embargo, era lo mejor que se me ocurrió debido a que si ella tiene a ese bebé, muere, y lo que menos necesito en estos momentos es pensar en que ella va a morir en cuanto de a luz al hijo de Ardian. La sangre se me pudre de solo pensar en que él la hizo suya antes de que yo tuviese esa oportunidad, pero sobre todo, me enardece el hecho de que ell
TATIAEl aire era frío y la oscuridad envolvía el bosque como un manto pesado. Abrí los ojos lentamente, sintiendo el roce del suelo húmedo bajo mi espalda. Al principio, todo era confusión y desorientación; el murmullo de las hojas susurrando al viento me resultaba ajeno y distante. Era un terreno conocido, el bosque que había recorrido tantas veces, pero esta noche se sentía diferente, amenazante. La niebla se deslizaba entre los árboles como un espectro, y la luz de la luna apenas lograba atravesar el denso dosel que se alzaba sobre mí.La fogata chisporroteaba a mi lado, sus llamas danzando con un brillo anaranjado que iluminaba fugazmente los rostros de dos figuras familiares: Ardian y Reinhold. Estaban sentados en la tierra, rodeados por un círculo de piedras grises y desgastadas. Sus miradas estaban fijas en mí, llenas de una mezcla de sorpresa y preocupación. Me incorporé con esfuerzo, el dolor punzante en mi costado me hizo recordar lo sucedido antes de cruzar la barrera. Rec
LENILa lluvia caía a torrentes, como si el cielo mismo llorara mi desdicha. Las gotas golpeaban el pavimento con una furia desenfrenada, formando charcos que reflejaban las luces parpadeantes de la ciudad. El sonido del agua cayendo era ensordecedor, un rugido constante que se mezclaba con el eco de mis pasos apresurados. Corría entre las calles empapadas, mis pies descalzos resbalando en el asfalto slick. El frío se filtraba en mi piel, pero el dolor punzante en mi brazo me mantenía alerta, recordándome la mordedura del lobo Stardark que había dejado su marca indeleble en mi carne. La herida ardía, y cada movimiento que hacía amplificaba el sufrimiento.La noche era oscura, y las sombras parecían alargarse, danzando a su antojo mientras me adentraba en el laberinto urbano. Las calles estaban desiertas, pero mi mente estaba llena de recuerdos de la batalla que había dejado atrás. Viktor, mi hermano, luchando con valentía, enfrentando a esos seres aterradores con una ferocidad que jam
ARDIAN La cabaña era un refugio en medio de un caos que parecía no tener fin. El aroma a madera quemada se mezclaba con la humedad del bosque que la rodeaba, creando una atmósfera densa y opresiva. Había pasado más de un mes desde que decidí esconderme aquí, lejos de la vida que había conocido. El reino, antaño vibrante, ahora se desmoronaba, y con él, la esperanza de encontrar a Leni. Mis pensamientos giraban en torno a su ausencia, como un eco que no cesaba, un recordatorio constante de lo que había perdido. Nueve meses habían pasado desde que la vi por última vez. La imagen de su rostro, iluminado por esa luz especial que solo ella poseía, era lo único que me mantenía con vida. Miraba por la ventana, donde el cielo nublado parecía llorar sobre el bosque, como si la naturaleza misma compartiera mi desesperación. Leni debería estar a punto de dar a luz; el pensamiento me atravesaba como un puñal. Cada día que pasaba sin noticias de ella era una tortura. La búsqueda de Rihannon por