Aun no es el fin de Kilyan, recuerden que esta loquito, no se quedara quieto aunque este apresado je je je el proximo capitulo estara aqui mañana por la noche c:
El dragón hizo acto de presencia en el cielo sobre el reino de las brujas que incrédulas observaron a la mítica criatura descender hacia el palacio, algunos cuernos sonaron ante la amenaza porque no tenían idea alguna si el dragón venia con la intención de atacarlos o no, los reyes salieron de inmediato, pero antes de que pudieran lanzar algún hechizo de defensa, la reina los detuvo. — ¡Keith viene en su lomo! — grito en advertencia al notar al lobo. — ¡¿Qué demonios hace ahí?! — exclamo Nathan. El enorme dragón aterrizo el jardín del palacio, Keith bajo del lomo del mismo para poder ir con las brujas que admiraban la belleza del dragón, el color de sus escamas y como gruñía estirando las alas, como si le hablara de esta forma al pelinegro que se volteo a verlo alzando su mano en señal de que estaban en un lugar seguro. — Él viene conmigo — fue lo primero que dijo Keith al ver como estaban las brujas. — ¡¿De donde sacaste un maldito dragón?! — Nathan aun no salía de su
El invierno había llegado, el clima frio se hacia presente en todos los reinos, la nieve por igual hacia acto de presencia, por la mañana cuando Keith despertó se encontró con un hermoso paisaje afuera de su ventana, le gustaba mucho la nieve, era de sus temporadas favoritas, no tardo en vestirse para poder salir al jardín, vestía ropa abrigadora acompañada de una capa negra. — Los lobos se sienten felices con este clima ¿No es así? — Hydra interrumpió sus pensamientos. — Bastante, normalmente es en climas así cuando hacemos más expediciones, buscamos pieles para prendas y demás. — Debe ser una actividad muy entretenida — el dragón emitió una leve risa—, yo hace mucho no veía la nieve, casi había olvidado como era, en la cueva no cae nieve. — ¿Nunca habías salido de ahí? — Keith se acerco a su amigo que negaba con la cabeza. — No, tenia mucho miedo, hay imágenes que cuestan mucho eliminar — poso la mano sobre el hombro del lobo—. Solo investigue que mi hermana estuv
Elena escuchaba con atención las historias de su sobrina acerca de su esposo, lo conocía muy poco ya que siempre prefirió estar en las sombras, pocas veces energía del cuerpo de Elarimil, su rencor no tenia forma de ser controlado, así que evito lastimar a su urna. — Me dijo que esta teniendo muchos antojos de postres, estamos realmente conectados porque yo también me siento así — aseguraba mientras acariciaba su vientre—, dice también que ha soñado con nuestro hijo. — Me da temor que sea un varón y que la maldición se los arrebate — confeso Elena. — No será así, estoy segura de que mi hijo sobrevivirá…porque entiendo que es la maldad lo que los hace morir y en mi hijo no hay maldad alguna. — Los Phoenix siempre se han caracterizado por la maldad — la bruja suspiro—, el padre de Isaak era muy cruel, tenia esa gran fama, Isaak “el cruel” lo llamaban, esperaban que su primogénito fuera igual, pero él no era así. — No me has contado mucho sobre él, algo bueno debió ten
Esa noche quedaron profundamente dormidos, era la primera en que lograban descansar en su totalidad, fue en ese momento justamente en que se dieron cuenta de lo mucho que se necesitaban el uno al otro, no se molestaron en despertar temprano, incluso cuando la luz del nuevo día se colaba por las ventanas, ellos no tuvieron ninguna intención de ponerse de pie. — ¿Estas despierto? — pregunto Elarimil. — Si, pero no quiero levantarme, hace frio— ella emitió una risa baja ante ese comentario— ¿Tienes hambre ya? — Mucha, el bebé exige comer, creo que no quiere estar en cama todo el día — se acurruco en sus brazos. — Bien, vamos a comer, no quiero que el bebé se ponga mas agresivo — comento en broma. Finalmente se pusieron de pie para bajar a comer, fue entonces que Keith miro con detalle la decoración del lugar, encontró muchas flores en el camino, eso le llamo la atención aunque pensó que eso seguramente era normal porque las hadas amaban las flores, al entrar al comedor se
A partir del momento en que Elena cedió ante las suplicas del lobo, sus urnas acordaron dejarlos encontrarse todas las noches, así la joven pareja podría pasar el día juntos y por la noche, serian los antiguos amantes quienes podrían estar juntos. Ni Elarimil ni Keith quisieron hablar de lo que sucedió la noche que Isaak y Elena se reunieron, aunque no intervinieron, fueron capaces de escuchar todo lo que paso, por lo que no querían ser irrespetuosos hablando al respecto, prefirieron seguir como si nada. — Me alegra por fin conocerte, Keith hablaba de ti todo el tiempo— menciono Hydra cuando finalmente pudo conversar con la vampira—, eres muy bonita, debe ser porque tenemos el mismo color de cabello — bromeo provocando una risa de parte de la chica. — Yo creo que sí, ahora me doy cuenta de que mi esposo no me mentía cuando dijo que te parecías a mi hermano — respondió—, espero que puedas conocer a Dorian, estoy completamente segura de que van a llevarse muy bien. — ¿Sí? Ya
Después del beso ninguno de los dos tuvo necesidad de decir algo, la torpe sonrisa dibujada en sus labios les decía todo, aun luego de los siglos, seguían amándose con la misma intensidad de tiempo atrás, cuando su tiempo se agotó, tan solo unieron sus manos sobre el espejo, luego se dispusieron a desaparecer. Keith se levanto para tomar en brazos a su esposa que ya estaba profundamente dormida, la recostó con cuidado para después cubrirla con las mantas, una vez recostado a su lado se durmió profundamente. La mañana siguiente los despertó el rugido del enorme dragón blanco fuera de su ventana, Hydra tenia la costumbre de volar antes del amanecer, decía que le ayudaba a pensar, así que imagino que había recién vuelto de su viaje, se alzo lanzando un gran bostezo, volvió la mirada a su esposa que ya estaba despierta pero que se rehusaba a levantarse, eso le provoco risa. — Tenemos que ponernos de pie, mi amor — se acerco a darle un beso a su mujer. — No quiero, me siento tan ag
Keith se encontraba mas nervioso que su esposa, no podía evitarlo, un enorme temor estaba incrustado en su pecho, quería y rogaba a los dioses que todo saliera bien, le dolía enormemente verla sufrir con los dolores de parto, pero en ese aspecto no había nada que pudiera hacer, solo la ayudaba a caminar hasta que los sanadores aparecieron. — Su alteza ¿Cómo se siente? — preguntaron mientras la llevaban nuevamente a la cama. — Duele cada vez más — respondió recostándose—, es más constante. — Ya veo, permítame revisarla — tanto ella como Keith afirmaron con la cabeza. La revisaron determinando que estaba por estar lista para pujar, la tormenta afuera seguía igual de fuerte, Keith parecido escuchar que su esposa decía algo, pero no logro entenderla, se sentía mareado, todo empeoro cuando llego el gran momento. Estuvo a punto de desmayarse dos veces, pero jamás soltó la mano de Elarimil que daba todo de si para traer al mundo a su primogénito, solo los Dioses sabrían cuan fue
— ¿Cómo pudo crear esa barrera? — Noah se encontraba revisando al niño que fue recostado en la cama de sus padres. — No lo sabemos, tal vez fue porque percibió que su madre estaba en peligro — Elarimil estaba junto a su hijo que tan solo se calmó al tenerla cerca. — Pero no es normal que los recién nacidos puedan invocar, eso no sucede hasta cercano a las cinco lunas, es totalmente inusual y mas que haya podido controlar esa barrera para que no se extendiera. — El fuego mágico es de lo más difícil de controlar — añadió Dorian que estaba en compañía de su hija que dormía en sus brazos, por el revuelto en el palacio se había asustado—, ni siquiera yo lo controlo bien. — Pues parece que mi hijo los va a superar — Keith por el contrario estaba demasiado orgulloso de su hijo—, es todo un mago. — Pues eso parece — Noah se puso en pie luego de volver a cubrir al infante con las mantas—, no tiene ninguna herida, solo esta asustado, con que este cerca de su madre pasara.