Lena.-
En su habitación a la princesa le terminaban de colocar el ultimo accesorio de su atuendo un preciosa diadema de brillantes y zafiros, ella sonreía al verse envuelta en un precioso vestido rosa pálido una falda medianamente amplia que de igual manera le resaltaba su pequeña cintura.
— Hija estás preciosa, te has convertido en una hermosa joven –Los ojos la reina se llenan de lágrimas.
— Gracias madre, pero ¿Por qué vas a llorar? –Lena se sintió conmovida por las emociones de su madre, eran muy unidas.
— Por nada, las madres somos muy sentimentales, recuerdo cuando solo eras una bebe –Observó a Lena en silencio.
— ¿Madre? –La saca de sus pensamientos, al ver su mirada perdida.
— Si, disculpa te tengo un obsequio, solo no le vayas a decir a tu padre –Se acercó a su mesa de noche y saco una funda de terciopelo verde, Lena la observa con confusión.
— Ten, la mande a hacer especialmente para ti –La joven metió la mano en la funda y se sorprende.
— Es un regalo inusual mamá, un regalo muy inusual para una princesa –Dice al observa la hermosa daga escocesa Sgian Dubh de plata. –Creí que me darías un collar o una diadema de diamantes, pero esta preciosa me encanta –Le muestra su gran sonrisa. –Pero ¿Por qué me la das?
— Lena, el mundo fuera de los muros del palacio es muy diferente, no es cómo crees, existen… –Lena la mira con atención y confusión. –Personas que no son tan buenas y no esta demás que sepas defenderte.
— ¿Madre crees que alguien podría atacarme? –Preguntó divertida.
— No, no, pero prefiero prevenirte y darte las herramientas para que sepas defenderte.
Esto es cierto cuando Lena nació la reina Kaira se encargó de enseñarle a la joven a usar espadas, dagas, clases de defensa personal, incluso armas, se aseguró que la joven siempre supiera como defenderse.
— ¿Qué significan estos símbolos madre? –Cuando la reina le iba a responder apareció en la habitación Elin, lo que causo que la reina arrebatara de las manos de Lena y de inmediato la guardara.
— Majestad –Elin realizó una reverencia ante la mujer.
— Elin, sabes que cuando estamos a solas, no tienes que hacer eso, por cierto, te ves hermosa.
— Muchas gracias ma… muchas gracias Kaira, todos están esperando a la cumpleañera en el salón.
— Perfecto, entonces vamos.
Las tres damas bajaron al salón y fueron anunciadas ante los invitados, muchos de estos se acercaron a felicitar a la princesa por cumpleaños número 21. La reina y la princesa se acercaron al rey que se encontraba charlando con un hombre mayor grande corpulento su cabello negro y blanco combinado con su barba.
— Majestad –El hombre se inclinó ante la reina y la princesa, la mirada del hombre se dirigió a la joven, la escaneo con deseo de arriba abajo, reacción que rápidamente notaron Elin y la reina.
— Ivar ¿Dónde está su sobrino? –Dijo Kaira quitando la atención del hombre de la princesa. –La puntualidad es un requisito fundamental para ser el rey consorte de una nación.
— No tarda en llegar majestad, su retraso de debe a un presente muy especial para su prometida –Su mirada nuevamente se fijó en la joven pelirroja.
— Elin lleva a Lena a saludar a los invitados, y que disfrute su fiesta –Ordenó Kaira alejando a Lena de la vista lujuriosa de Ivar.
— ¡Aaaaws! ¡Qué asco! –Escupió la amiga de Lena con desagrado.
— ¿Qué estás bien? –Preguntó Lena con preocupación.
— ¿No te fijaste en como ese viejo te observó? Casi te come con la mirada
— ¡Ay, por dios Elin! Ahora lo que me molesta es él, ¿Quién llega tarde a su compromiso? –Dijo tomando una copa de champagne de la bandeja de unos de los meseros bebiendo un gran sorbo para aliviar su enojo.
— Uno que no quiere casarse –Lena fulminó con la mirada a Elin. –No me mires así, no todos ven el matrimonio arreglado como tú amiga.
— Voy a salir al jardín a tomar un poco de aire, quiero estar un momento a solas.
A Elin no le dio chance de responder cuando Lena se perdió entre los invitados, la joven salió y camino por los jardines suspirando, con la duda, su futuro esposo no desea contraer nupcias con ella, no podía negarlo se sentía rechazada, pensó que al aparecer en el gran salón su futuro marido se encontraría ahí esperando para conocerla, sin embargo, solo se notaba su ausencia.
— ¿Sera que Elin tiene razón? ¿Qué no quiere casarse? –Le preguntó a la enorme luna con la mirada llena de lágrimas.
Nicholas. –
Nicholas llegaba a la fiesta, estaba enojado de tener que estar obligado a hacer algo que él nunca ha querido revisó el bolsillo de su chaqueta asegurándose que el anillo que debía darle a su futura esposa estuviera en su lugar, arrastró sus pies hasta la entrada subiendo los escalones lentamente se detuvo cuando sus fosas nasales se inundan de un singular aroma.
Retrocede de la entrada, el lobo que vive en su interior comienza a agitarse ante el aroma que proviene de uno de los jardines del palacio, rápidamente se transforma buscando a aquella criatura que expide tan exquisita fragancia, todo su pelaje estaba erizado, sentía la necesidad de estar con ella y no separarse de su lado nunca.
Cada vez se acercaba más a su destino, sigilosamente se adentró en el enorme jardín y fue allí cuando la vio, una hermosa joven de tez blanca el reflejo de la luna le daba la apariencia de una diosa, su cabello rojo suelto rizado, aquel enorme lobo de pelaje gris y ojos de color ámbar no podían dejar de observarla su interior le gritaba.
— ¡Al fin la encontramos! ¡Es ella! ¡Es ella! ¡Nuestra mate! –Su corazón se detuvo al verla, Nicholas no podía creer, nunca creyó en el vínculo entre un lobo y su mate, tenía veinticinco años y cuanta mujer había pasado por él, vírgenes, de su edad, maduras y nunca sintió esa conexión como con ella ¡Acerquémonos! –Le gritaba el lobo en su mente. ¡No quiero asustarla! -Nicholas respondió, se volvió a transformar en aquel apuesto hombre.
— ¿Hola? ¿Quién anda allí? ¿Elin? –Preguntó la joven que observaba en dirección donde se encontraba Nicholas, hasta su voz era una hermosa melodía alterando cada fibra de su ser. –Elin si buscas jugarme una broma te saldrá muy mal. – ¡Jesús! –Dio un respingo poniendo las manos sobre su pecho al verlo.
— No quise asustarla –Dijo Nicholas acercándose lentamente a ella sin quitarle la mirada de encima. –Solo caminaba por este hermoso jardín.
— ¿Quién eres tú? Y no deberías andar de noche así, sin hacer ruido, podrías matar a alguien del susto.
— ¿Tan feo soy? –Preguntó sonriendo con diversión.
— No quise decir eso –Respondió la joven con las mejillas sonrojadas y desviando la mirada.
— Debo preguntar ¿Qué hace una hermosa joven de noche sola en este lugar?
— Solo vine a tomar aire fresco necesitaba pensar –Alargo cada palabra mientras fijaba nuevamente su mirada en la luna.
— ¿Qué la aqueja? –No pudo evitar preguntarle, ahora solo tenía deseos de saber todo sobre ella y sanar cualquier herida que tenga.
— Se supone que hoy a pesar de ser mi cumpleaños es mi compromiso, pero mi futuro esposo sigue sin aparecer –Soltó dándole la espalda.
— ¿UNA HUMANA? –Nicholas estaba sorprendido al igual que su lobo que solo le gritaba lo mismo, no podían creer que se habían vinculado a una humana, su tío les había indicado que eso era imposible, pero a él… le pasó, ¿Estaría mal interpretando las señales? La mujer que ha estado odiando todo este tiempo desde que supo que sería obligado a casarse resultó ser su…Luna.
Nicholas estaba metido en sus pensamientos, no dejaba de preguntarse si realmente el vínculo se había establecido con esta preciosa chica que no dejaba de observar la conexión fue tan grande que no se percató de que era una humana, pero que destetaba desde hace bastante tiempo, su voz era como la melodía más dulce que nunca escuchó y lo más importante se convertiría en su esposa. Sin embargo no podría enamorarse de ella.— ¡Oye! Ya me estas mirando raro, yo voy a entrar con permiso –Lena intentó hacerlo a un lado, pero Nicholas se lo impidió tocó el dorso de su brazo y todo su interior se removió, la electricidad que recorrió todo su cuerpo cargó de energía cada fibra de su ser, definitivamente Lena era su mate.— Lo siento, ¿Cómo sabes que tu prometido no ha llegado? Has estado aquí sola –Ella se encogió de hombros. — Nadie ha venido a avisarme, asumo que no vendrá, no querrá casarse conmigo –Bajó la mirada y expresó con tristeza. Nicholas, pensó que ciertamente no era su deseo ata
A horas del tan esperado evento Nicholas se sentía estresado, por lo que se desahogaba con una de las tantas mujeres que se ofrecía para saciar sus ganas. Deseaba proteger con todo su ser a su luna, pero su Ivar tenía razón, con él dentro del reino su manada tendría más oportunidades, en el pacto se establecía que la manada tendría los mismos privilegios que los habitantes de Brasov, pero todo quedó en el papel, la manada y sus familias han estado hacinados a una parte de territorio de la nación la realeza los ha tratado solo como los defensores del reino pero nada más, atrás muy atrás quedaron los derechos que podía tener su gente, un Brasoviano tenía más derecho que un miembro de la manada y eso acabaría con la llegada de Nicholas al reino. Sabía que manipulando a Lena podía hacer que él y su manada pertenecieran al reino como iguales, era el momento de una visita a su compañera.Se alistaba para salir cuando fue interrumpido por la mujer que seguía desnuda en su cama.— ¿Seguirem
Sus ojos se encontraron en medio de la penumbra, cargados de un deseo incontrolable y sus manos se deslizaron suavemente por las curvas de sus cuerpos, explorando cada centímetro con una delicadeza exquisita, los susurros de placer llenaron la habitación, mientras sus labios se unían en un beso hambriento. La habitación estaba impregnada de un ambiente de seducción y misterio, las sombras bailaban en las paredes, revelando solo destellos fugaces de su piel desnuda, cada contacto era un destello de electricidad, cada roce una promesa de placer y sus cuerpos se movían al ritmo de un deseo compartido, una sinfonía de suspiros y gemidos. El juego de miradas entre los amantes era tan intenso como el fuego que ardía en sus cuerpos, con movimientos sincronizados, se entregaron al placer mutuo, explorando cada rincón prohibido con una pasión desbordante y cada gemido era una melodía en el aire, cada contacto un destello de éxtasis. Nicholas descubrió sus colmillos era el momento de marcar
Nicholas había decidido que era importante que Lena se enterara de la verdad, de lo que él era cuanto antes, porque cuando ella dé a luz a un heredero este no solo será un príncipe y posteriormente el rey Brasov también será el alfa de la manada Ottum, por lo que era imperativo que ella descubriera la procedencia de su esposo. Pese a las objeciones de Ivar, Nicholas confesaría su verdadera identidad.— ¿Nicholas que hacemos aquí? ¿Por qué nos trajiste a este lugar y de madrugada? –Preguntaba la joven observando la oscuridad de la noche mezclándose con el sonido de las olas rompiéndose en la orilla.— Lena, tú has llevado una vida alejada de la realidad, en el mundo existen cosas, seres que… no te podrías imaginar –Nicholas expresó con inseguridad y temor.— Mi madre hace unos días me dijo algo parecido, no le entendí, pero ahora que lo repites ya me está dando un poco de miedo –Lo miró confundida.— No voy a decirte que no temas, porque necesitas estar alerta siempre, pero… Dudó era
Lena comenzó a cumplir con los deberes reales, de acuerdo a lo pactado Nicholas debía formar parte de la corte real en representación de la manada de lobos, algo que Lena en parte no soportaba, se mantenía alejada de él lo más que podía aunque frente a todos simulaba tener un matrimonio feliz. Cada día se sentía más sola no podía contarle a Elin nada de lo que sucedía, la frustración y la amargura se estaban apoderando de ella.— Debemos hablar sobre los viajes diplomáticos que debemos hacer, los demás no pueden darse cuenta de que tú y yo no parecemos un matrimonio Lena –Mencionó Nicholas interrumpiendo sus pensamientos. — No soy una persona hipócrita Nicholas, simplemente no confío en el… hombre que tengo a mi lado, fíjate ya comenzaste a exigir puestos claves para los miembros de tu manada dentro de la corte real. –Escupió con enojo.— ¡Ya basta Lena, yo solo estoy cumpliendo! –Nicholas tensó sus músculos intentando ocultar su enfado.— Me imagino que cumples con las exigencias de
Desde su habitación Lena observaba el bello paisaje, cerró sus ojos recordando la excitante noche de pasión que tuvo con Nicholas, con cada pensamiento los latidos de su corazón se aceleraban, nunca pensó que un hombre podría hacerla sentir tanto.Esa noche Nicholas le confesó también que Elin era una mujer lobo, la dejó anonadada, pero al escuchar la historia comprendió, ella amaba a su amiga, nunca tuvo ningún secreto con ella, pero esto tenía que ocultárselo, ya que según Nicholas la transformación de los lobos debe ser natural espontanea en el caso de Elin no sabían que sucedería si se le lanzaba una noticia como esa, pues era una hibrida y había pasado mucho tiempo entre los humanos.— Lena necesito hablar contigo no te quitaré mucho tiempo –Elin entró en la habitación. –Voy a irme –Soltó con seriedad.— ¿Qué? Pero ¿Por qué? –Lena se sobresaltó y al girar su cabeza miró a su mejor amiga de inmediato recordó la confesión de Nicholas sobre ella.— Porque siento que ya soy un estorb
Nicholas.-Aun adormilado Nicholas despertó con el vaivén del ataúd, cuando intentó moverse sintió el fuerte dolor en su espalda, observo el espacio reducido donde se encontrabaGritó desesperado al sentir el dolor en su espalda, su respiración comenzó a agitarse. — ¿Qué mierda? ¿Dónde estoy? –Agudizó su oído y escuchó las olas del mar, al intentar transformarse sintió más dolor en su pierna izquierda, había una cadena de plata pura que le impedía transformarse, comenzó a desesperarse el dolor en la espalda y el pequeño espacio le impedía moverse. – ¡MALDITO IVAR! Juro por la luna que voy a hacerte pedazos cuando te tenga en frente. Un pensamiento apareció en su mente ¡LENA! sabía que estaba en peligro en manos de Ivar, volvió a hacer un esfuerzo, pero el dolor no lo dejaba pensar claramente, le nubló la mirada cuando una fuerte ola sacudió el ataúd y haciéndolo desmayarse, no tenía la fuerza suficiente para escapar.Lena.-La situación en Brasov se complicaba día tras día, después
Nicholas.- Nicholas fue arrastrado por la marea hasta una hermosa isla, llena de una hermosa flora, en esta isla habitaban hadas, gnomos, ninfas y brujas blancas, fue encontrado en la orilla inconsciente, el trozo de plata incrustado en su espalda junto a las cadenas lo habían herido de gravedad.Astra la reina de las brujas estuvo cuidándolo por meses, Nicholas había llegado en muy mal estado, su espalda estaba hecha añicos, la cadena de plata lo debilitó, duró días y noches sin comer o beber, transformarse en lo que los fortalece y al no poder hacerlo y gracias a sus heridas Nicholas estaba al borde de la muerte. Ella estaba maravillada por la belleza de aquel hombre, ella estaba al tanto de la existencia de los hombres lobos, la isla estaba protegida de ellos no entendía cómo es que él pudo atravesar el muro invisible de protección. Sin embargo, Nicholas le gustaba, le gustaba mucho, lo cuido, curó sus heridas, pero él seguía sin despertar. Astra se sentó a su lado observó su do