La Verdad Sobre Elin

Sus ojos se encontraron en medio de la penumbra, cargados de un deseo incontrolable y sus manos se deslizaron suavemente por las curvas de sus cuerpos, explorando cada centímetro con una delicadeza exquisita, los susurros de placer llenaron la habitación, mientras sus labios se unían en un beso hambriento. 

La habitación estaba impregnada de un ambiente de seducción y misterio, las sombras bailaban en las paredes, revelando solo destellos fugaces de su piel desnuda, cada contacto era un destello de electricidad, cada roce una promesa de placer y sus cuerpos se movían al ritmo de un deseo compartido, una sinfonía de suspiros y gemidos. 

El juego de miradas entre los amantes era tan intenso como el fuego que ardía en sus cuerpos, con movimientos sincronizados, se entregaron al placer mutuo, explorando cada rincón prohibido con una pasión desbordante y cada gemido era una melodía en el aire, cada contacto un destello de éxtasis. 

Nicholas descubrió sus colmillos era el momento de marcar a Lena como suya, pero la imagen de su tío Ivar apareció en su mente, apenas dejará su huella en ella toda la manada sabría sobre el vínculo, por lo que solo beso el hombro de Lena con suavidad, no iba a marcarla hasta estar seguro de mantenerla protegida de Ivar y de cualquiera que quisiera hacerle daño.

— ¿Te sientes bien? –Preguntó Nicholas acariciando la piel color nieve de Lena.

— Sí, muy bien… y ¿tú? –Le devolvió la pregunta con algo de nerviosismo e inseguridad en su voz.

— ¿Yo? Si mi amor estoy bien –Dejó un tierno beso en sus labios. 

— Me refería a… si estuve –Lena dejó suspendidas en el aire sus palabras, mordiendo su labio con las mejillas sonrojadas. 

— Eres lo mejor que me ha pasado, estuviste fantástica hermosa, no deseo hacer el amor con ninguna otra mujer a partir de ahora solo contigo –Respondió Nicholas con ternura sellando sus palabras que para él implicaban un compromiso más allá de lo que Lena pudiera entender, para un lobo no solo era cuestión de fidelidad o respeto, era un conexión que se filtraba en su piel en su alma, un vínculo sagrado que nadie podría romper y después de marcarla Lena solo sería suya. 

(…) 

Mientras tanto el malvado tío, celebraba la unión de su sobrino con la princesa en brazos de una de las amantes de Nicholas, Nilsa. 

— ¿Cuándo comenzarás con tu plan? -Preguntó ella cubriendo su cuerpo desnudo con la sabana.

— Ya está en marcha, yo seré el rey, por fin tendremos todo lo que se nos ha sido arrebatado –El tono de su voz era frío y peligroso lleno de maldad pura.

— Y yo seré tu reina –Nilsa abrió las piernas con una sonrisa seductora. 

— Después que la princesa tenga un heredero, deberé hacerla mi esposa por un tiempo y luego tú te pondrás la corona mi amor, pero primero debemos deshacernos de los reyes –Sonrió con descaro tomando a la mujer por los tobillos y tumbándose sobre ella.

(…) 

A la mañana siguiente.- 

Lena se preparaba, para asistir con sus padres a la corte y seguir cumpliendo con sus deberes, se despidió de Nicholas y se dirigió al despacho del rey, al abrir la puerta se sorprendió el despacho estaba desolado, llamó a uno de los sirvientes. 

— ¿Dónde están mis padres? –Preguntó confundida. 

— Su alteza –A sus espaldas apareció Ivar, haciéndola pegar un brinco. –Los reyes le dejaron esta nota, partieron en la madrugada a Londres. –Con desconfianza y sorprendida Lena tomo la nota, sus padres le ofrecían disculpas, tenían que partir a Londres había surgido una reunión diplomática urgente.

— ¿Por qué mis padres no me avisaron? –Se preguntó a si misma con desconcierto ignorando la presencia de Ivar cerca de ella.

— No quisieron interrumpirlos es su noche de boda alteza –Ivar sonrió con picardía, pero a Lena no le agradó, todo de ese hombre le daba miedo, en ese momento Elin apareció.

— Lena ¿Todo se encuentra bien? –Ivar observó a Elin con ira. 

— Sí-Respondió Lena sintiendo un gran alivio, se giró de nuevo hacía el tío de su esposo con seriedad. –Retírese y le agradezco que no vuelva a entrar al despacho de mi padre, no olvide su lugar –Le ordenó con firmeza. 

— Como ordene alteza –Ivar serio hizo una reverencia sin emitir palabra y salió dejando a ambas mujeres solas.

— ¿Sabías que mis padres se fueron de viajes? –Le preguntó Lena aun con el desconcierto dibujado en su rostro a su mejor amiga. 

— ¿Qué? No –Lena le tendió la nota. –Tus padres nunca se habían ido sin despedirse.

— Elin tengo un mal presentimiento –Caminó lentamente deslizando la mano por el escritorio de su padre, sus ojos se fijaron en la enorme silla de cuero negro y no puedo evitar sentirse incomoda. 

— ¡Oye, oye! Relax, Lena estás recién casada –Aunque Elin sospechaba que algo no estaba bien, tenía intención de distraer a Lena.  –Cuéntame que tal tu noche de bodas – le da un pequeño empujón y ambas sonríen.

— Fue… increíble –Exhaló Lena con un gran suspiro. 

— ¡Uuuuy! Te tocó uno bueno por lo que veo

— Sí, fue todo un sueño, aunque me dolió bastante –Dijo con un mohín en sus labios colocando su mano sobre su vientre.  

— Eso es solo la primera vez

— Lo sé –Lena le guiño el ojo a Elin con las mejillas completamente rojas. 

— Eres una pilla amiga, bueno con semejante bombón, cualquiera, pero me alegra que tu primera vez haya sido como lo soñaste

— ¡Hey! ¿Qué sucedió con Goran? –Elin frunció el ceño confundida. 

— ¿Quién? 

— Goran el padrino de Nicholas –Elin se encogió de hombros.

— Nada, si noté que me miraba y de hecho me sentí extraña, luego no lo vi mas 

— Pero ¿Te gustó? 

— Sí, no, no lo sé, fue extraño como te dije, fue una sensación rara nunca me había pasado con un chico, pero luego él desapareció 

— Creo que yo tengo la culpa, le dije a Nicholas que lo mataría si se atrevía a jugar contigo, porque te miraba como si quisiera comerte no lo sé 

— No te preocupes –Elin la abrazó. –Me gusta que me protejas, pero a los chicos los sé manejar.

(…)

Nicholas.- 

— No puedo crees que ya estés casado ¿Quién lo diría? –Goran hacia su entrada tumbándose en la silla subiendo sus pies sobre el escritorio de Nicholas sonriendo con burla.

— Déjate de tonterías Goran –Replicó el alfa con enojo.

— Pensé que después de encontrar a tu mate estarías… –Se quedó en silencio observando a detalle el gesto de Nicholas. –No la marcaste –Afirmó. 

— No, pude, necesito saber que ella va a estar protegida –Explicó tensando su mandíbula. 

— Pero es un riesgo no haberla marcado, además precisamente se sellaría el vínculo y nadie podría tocarla.  — Lo sé, lo hare cuando ella sepa mi naturaleza, los reyes le ocultaron todo, ella no tiene ni idea sobre nuestra existencia.

La frustración se hizo evidente el tono de Nicholas, Lena se había convertido en lo más importante para él estaba decidido a mostrarle su naturaleza, lo que no le comentaba a su beta era el temor que sentía ante la reacción de ella, eso lo mantuvo perturbado toda la noche mientras Lena dormía plácidamente sobre su pecho, haciéndose mil preguntas ¿Cómo reaccionaría? ¿Lo rechazaría? ¿Lo odiaría? O Peor podría matarla de la impresión, rápidamente se sacó esos pensamientos de la cabeza y cambió de tema para calmar sus ansias. 

—  ¿Cómo te fue en Brasil? 

— Bien los territorios están cubiertos y los negocios van bien, la convivencia con los humanos para ellos ha sido más fácil que para nosotros, se llevan bien.

— Perfecto ahora debo comentarte otra cosa, Elin –Goran se tensó de inmediato. –No sé si te diste cuenta, pero Elin no sabe lo que es –El beta abrió los ojos sorprendido. –Además es una hibrida

— Sabía que había algo en diferente –Nicholas lo miró fijamente al verlo pensativo.

— Ha sido criada como humana por su padre, por eso su aroma es diferente es una Keiser, su padre se encargó de alejarla de aquí, se encargó de que se mezclara y conviviera con humanos alejándola por completo de su conexión con su linaje, por eso que la reina la mantiene cerca de Lena.

— Pero los Keiser son un linaje débil son más protectores –Nicholas asintió.

— Sí, pero cuando alguien que quieren está en peligro se vuelven unas fieras, así que te pido que te mantengas alejado de ella.

— No sé si podré hacerlo –Goran bajó la mirada avergonzado.

— ¿Te conectaste? 

— No lo sé, me ordenaste que me alejara de ella y no me diste tiempo de averiguarlo, pero no puedo dejar de pensar en ella. –Nicholas cierra sus ojos poniendo sus dedos sobre el puente de su nariz. 

— Ya tengo suficientes complicaciones Goran 

— Lo sé, pero tú más que nadie sabe que esto es inevitable –Ambos se veían frustrados y cambiaban rápidamente de tema para controlar su tensión. – ¿Cómo crees que tu tío tomara tu conexión con una humana? 

— No lo sé y no me importa, últimamente cuestiona todo lo que hago, cree que tiene el poder, me he limitado con él porque me crio, pero tengo que tener una conversación con él 

— Sabes que nunca me ha caído tu tío, desde que lo degradaron se volvió frio, duro no le importa nada, demos un vuelta necesito correr –Ambos salieron de la oficina ignorando la presencia de Ivar  que había estado escuchando toda la conversación con el beta de la manada y de los planes que tenía para despojarlo del poder y quedarse con todo lo que su hermano el padre de Nicholas le había arrebatado.

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