En el bolsillo de Francisco comenzó a vibrar un teléfono. Miguel lo sacó y se dio de cuenta que la llamada era del padre de Francisco, quien sin escuchar inmediatamente comenzó a regañar furiosamente:—¿Dónde mierdas te has metido bastardo? ¿No te dije que fueras a recoger a la señorita Gonzáles?—S
Paramedico, ¿qué está pasando aquí?—La paciente ha sido golpeada repetidamente y está bastante grave. ¿Quién es usted? — preguntó el paramédico.—Soy uno de sus colegas.Al ver la situación, la enfermera preguntó rápidamente: —¿Podría contactar entonces a su familia?—Sí, claro que puedo —el hombre
—¿Cómo? —La expresión de Salvador se quedó congelada. Miraba con incredulidad a Miguel—. ¿Cómo podía ser el yerno de Lucía Blanco?—Entonces entiendo que, ¿usted está decidido a proteger a este tal Miguel Rodríguez hoy?—Exactamente. No le pueden tocar ni un pelo a Miguel. Si necesita algún tipo de
Miguel antes de irse detuvo a Salvador con una discreta amenaza: —Pero ¿qué pasa? ¿El señor Ramos planea acaso vengarse?Salvador Ramos se puso lívido, por supuesto que lo había considerado. Pero respondió: —Ya el Maestro de la Puerta Sagrada ha hablado, por solo eso no me atreveré.—Eso está ento
Ana solo pensaba en la situación de su hija en ese momento y preguntó con prisa: —Arturo, ¿dónde está mi hija Alicia?Arturo respondió: —Alicia no ha sufrido nada grave, solo ha sido internada en el hospital. El doctor dijo que sufrió una leve conmoción cerebral, pero con suficiente descanso estará
Pero en aquel entonces, la mente de Alicia estaba solo para los estudios y no mostro mucho interés en el romance y amor con los otros chicos.—Alicia, ¡de veras que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos! —dijo Arturo Castillo con una sonrisa cálida, con una mirada apasionada hacia
Ana se sorprendió gratamente. La bahía Celestial era un lugar exclusivo al que solo podían acceder los más adinerados. Era un proyecto inmobiliario desarrollado por el hijo mayor de la familia Blanco. Solo las grandes familias de todo el país y aquellos con influencia política tenían la oportunidad
Al contemplar desde lo alto el vasto conjunto de villas, Ana no pudo ocultar su envidia. Inmediatamente sacó su teléfono y se apresuró a publicar en su estado de WhatsApp. Juan hizo lo mismo, tomando fotos de las villas. Al observar sus acciones el ego de Arturo se llenó de gran satisfacción. Este,