Al ver a Miguel, Sandra inclinó la cabeza con una cara sonrojada. Pedro emitió unas carcajadas al observar los signos de enamoramiento de su nieta.—Señor Rodríguez, ha venido muy temprano. Si no le importa, podemos entrar juntos.—Está bien… Acabo de terminar el trabajo.—Usted está muy ocupado. H
—Sí, Juan ya se ha convertido en el asesor personal de la señorita Álvarez. Mañana va a trabajar en la empresa Álvarez —explicó Rosendo.Al escuchar sus explicaciones, Pedro se dio una palmada en la frente. Casi se desmayó en el acto e incluso vio las estrellas. ¡Qué despistado era! ¡Debería haber
—Señor Rodríguez, he visto a la señorita Salamanca hoy. Siempre tengo curiosidad. ¿Por qué la señorita Salamanca se divorció de usted? Usted es distinguido.Miguel no esperaba que Pedro le hiciera esa pregunta tan abrupta.Sandra, que estaba sentada al lado, no evitó aguzar sus oídos.Miguel guardó
Ahora se podía comprender por qué Pedro estuvo tan enojado ayer. Se podía imaginar que Rosendo ni decía quién iría a participar en la cita.—Si la señorita Álvarez sabe que fuiste quien Rosendo quería presentar a Sandra, te dará una patada fuerte.—Cierra la boca, Miguel —exclamó Juan, señalando su
De hecho, los tres ya se habían conocido. El primer encuentro tuvo lugar en el Hotel Paraíso; en aquel entonces, Juan pensaba que Mía era la amante de Miguel. Sin embargo, hubo tantos giros que Miguel resultó ser el sugarbaby de ella. Bueno, todo eso ya quedó en el pasado. Ahora, Juan necesitaba
Juan trató de forcejear a gritos. Sin embargo, dos policías giraron los ojos hacia arriba y dijeron:—¿Qué demonios es la empresa Salamanca? Nunca la hemos escuchado.—Lárgate. Si te atreves a causar más problemas, no vamos a tratarte con generosidad.Los dos policías agitaron la porra antidisturbio
Al escuchar sus palabras, Lucía meditó con el ceño fruncido.—Creo que el objetivo principal de ellos debe ser el maestro Pérez, pero lo que están haciendo ahora no tiene ningún sentido.David se dio la vuelta y vio al agonizante Pérez.—Pienso que tenemos que romper el cerco cuanto antes.Por supue
Sin embargo, Lucía pensó durante mucho tiempo sin lograr recordar a nadie. No conocía a alguien en Ríomar tan imponente que pudiera convocar a cientos de asesinos.—Por supuesto, todo el mundo conoce a la señorita del gobernador.—Es muy lamentable que una señorita del gobernador se conforme con tr