Empresas Dankworth.-Cleo Doorian Empleada de Kendrick-CEO de la empresa.Noviembre 2019.«Su dama de compañía» no dejaba de repetirme la palabra en mi cabeza. Esto era completamente inesperado.No sabía exactamente que responder, o si quiera qué preguntar.—Veo que la he dejado sin palabras— Se impulsa hacia atrás de su silla cruzándose de brazos. Asiento con la cabeza mordiéndome el labio, nerviosa, indecisa.—Entiendo lo de ser su asistente personal, que de hecho es algo muy extraño dado mi casi nula experiencia, y por otro lado, ¿A qué se refiere con dama de compañía?—Se lo explicaré— imito su acción al ponerse de pie y acercarse al enorme ventanal que hay en su oficina. Tanta es la adrenalina que tengo en la sangre, que sin esperarlo me doblo el pie, por suerte el magnate no se da cuenta y regreso a su lado a una distancia un tanto prudente.-El edificio Roshäm-. Apunta hacía la izquierda señalando por sobre la ventana-. Perteneciente a una empresa musulmana con sede en Dubai.
-Sera-—¡Pero estamos en tu oficina! Alguien podría vernos. — Mataría a quien se atreviera a verte— Gimo cuando su mano se cuela por debajo de mi falda ajustada.— La junta empieza en poco tiempo— Giovanny me sube a su escritorio. Botando todo lo que hay sobre él. — Entonces hay que darnos prisa. Abro mis ojos con desespero. Intento incorporarme pero es más rápido y coloca la palma de su mano sobre mi pecho volviendo a mi posición anterior. El frío de la madera cala en la piel desnuda de mi nuca. Un escalofrío me recorre el cuerpo. Giovanny levanta mi falda hasta mi cintura. Para cuando intento pensar, rompe mi ropa interior. Un jadeo sale de mi garganta. Quiero gritarle que es una bestia. —Aunque muy bella— bastante molesta. Cierro los ojos con fuerza, entra de una manera un tanto repentina. Me gusta tanto que duele. —Gime para mí. —Nos van a escuchar— susurro sin aliento. —Me vale una mierda. Quiero escucharte. Sale de mi regresando con profundidad, llenando las paredes d
-Leinad Grossver - Expulsé el humo de mi cigarrillo dejando este a un lado. Aún me dolía la cabeza del coraje y la impotencia que sentí hace unos días, cuando miré a ese imbécil ponerle la mano encima. Había terminado todos mis pendientes, creí que realizando mi trabajo eliminaría de mi mente esos pensamientos negativos. Pero no fue así. «Joder es solo una niña adolescente» ¿Por qué me importaba tanto? Me levanté de mi escritorio yendo hacia la sala. Antes de salir cogí el computador, me senté sobre el sofá tecleando. Entré al chat desde la pantalla. Me arrepentiría de esto estaba segura. De reojo observé la hora. La una con doce minutos. Seguramente estaría dormida. Abrí su chat, la última conversación que tuvimos fue hace un poco más de un año. —Ni siquiera me dí cuenta que jamás le respondí los últimos mensajes. Suspiré frustrado. «Hola» Le envié. Había una gran posibilidad de que no estuviera despierta. Estaba por cerrar el computador cuando recibí un emoticón de confusi
-Leinad Grossver- Respiré profundo. Nuevamente no podía dormir. Ella estaba metida en mi cabeza, su rostro, sus ojos. «Estas mal Leinad» Tomé mi celular buscando solamente embriagarme más. Vi sus publicaciones, algunas eran frases, llegué hasta una fotografía reciente de ella. Se mostraba algo triste, editada de una manera melancólica. Su rostro aparecía de perfil, la mirada baja. Escribí un saludo. «Hola» Para mí sorpresa respondió. «¿Se le ofrece algo señor Grossver?» Sonreí de lado. «¿Cómo estás?» envié. Dejó de responder por un momento. Pensé que ya no lo haría. En la pantalla apareció su llamada. Me quedé estático por unos segundos. Deslicé la pantalla con mi celular recibiendo la llamada. —¿Cuál es tu propósito?— Preguntó. — Saludarte — respondí tajante. — Ajam, saludarme. Ay Leinad, tu fuiste quien decidió romper la amistad— negué con la cabeza tomando el puente de mi nariz. — Él último mensaje que yo te envié fue donde te decía que debíamos tener una amistad más
-Leinad Grossver - —Hablo en serio. Prometiste que está vez decidiría yo. —Tan ñoña, ahora tendré que buscar quien me quite la calentura— Mencionó de mal manera tomando la carpeta y saliendo de su casa. Azotó la puerta. Megan se quedó de pie, se sujetó de la barra de la cocina. Salí acercándome con pasos rápidos. — ¿Estás bien?— Asintió con la cabeza cruzando sus brazos sobre su pecho. —Estoy bien. Creo que, debes irte. Cerré mis ojos, asentí con la cabeza. —Me voy pero, no te librarás tan fácil de mí Panda. Y el idiota de tu novio. Pagará. —¿A qué te refieres?— me preguntó. — Sabré la verdad después de todo. Tenemos que hablar. No ahora pero vendré. A parte no lo sé, ahora que recuerdo me debes algo. —¿Dé que m****a estás hablando? —¿Has visitado a tu abuela?—. Su expresión cambió a una de asombro. —Conocía la señora Raquel en un evento que hizo mi hermana. Yo le ordené al director del lugar que aceptará cualquier visita. —Yo, no se que decirte, te lo agradezco muchísimo
Último Leinad. —Peroo, ¿A ti te gustaba cantar no es así? — Lo adoro, pero necesito algo que me traiga mejores ingresos. A parte los ensayos me consumían bastante tiempo. Después de quince minutos llegamos al club de boliche Blue butterfly. La estancia no estaba del todo vacía, varios Adolescentes se encontraban jugando y charlando. Pasamos al escritorio donde Megan se encargó de anotar nuestros datos y pagar la primera tanda de juegos. Claro que me negué y ofrecí invitar yo. No obstante su terquedad salió a flote. Nos cambiamos los zapatos por unos más cómodos dirigiéndonos a la fila número tres. —Primero debes tomar una bola de Boliche—. Antes de tomarla del mostrador donde la máquina acomodaba cada una. Se amarró su cabellera corta en una coleta alta, algunos de sus cabellos quedaron fuera de está. En los monitores arriba de nosotros estaban los marcadores que contaban los puntos. El número de pinos derribado y de más. De un momento a otro la música comenzó a sonar, las luces
- Amanda-Estaba nerviosa hasta la planta de los pies. Trataré de contener mis nervios todo el día pero me fue casi imposible. A partir de las cuatro de la tarde comencé mi ritual para arreglarme. No sabía qué iba a pasar, no era como si pensara en la idea de, que llegará a pasar algo entre nosotros.«No pienses en eso»Es decir, solo he tenido relaciones íntimas con el que fue mi ex novio. Y han pasado casi cinco años desde entonces.«¿Por qué estoy pensando en eso?»Diablos ni siquiera planeo acostarme con él. Si el hombre ricachón tiene otra idea. Todo se irá al carajo, le daré un golpe donde más le duele y haré como si nada de esto hubiese pasado.Suspiré.Después de una ducha que duró más tiempo del habitual. Coloqué algunos rollos en mi cabello, esperando que, después de secarse, finas ondas naturales se formarán en mi cabellera. Hacía poco que le había puesto un tinte color caramelo oscuro. Pero, especialmente hoy, quería verme linda.Después de embarrar mi cuerpo de varias cre
Cleo Doorian.Asiste te de Kendrick Dankworth.Después del viaje:Quiero arriesgarme, quiero hacerle frente al sentimiento que me envuelve cada que te miro.—Limberem. S.CSalí de la ducha, tenía dos horas para arreglarme antes de que empezarán a llegar los invitados de la fiesta. Cuando le dije a Beth que el tema sería baile de cabaret pensó que era una broma. Dijo que nadie vendría, todo lo contrario, minutos después en el grupo del móvil empezaron a subir fotos de sus disfraces. Me coloqué mi ropa interior y después el conjunto, la rubia y yo usaríamos un traje negro y rosa tirando a carmín, bastante mono, claro que ella tenía en mente otro tipo.Su banda tocaría un par de canciones, por suerte la sala del departamento era suficiente grande como para caber todos. Solo debíamos mover la sala y la mesa del comedor a una esquina.Me coloqué el traje suspirando. Debí habermelo medido en la tienda. Di con la talla de Beth pero el mío me quedaba más pequeño de lo que debería en los pecho