¡Cielos pero que situación! ¿Qué creen que vaya a pasar en ese cuarto? ¿Ya quieren el cuchiplancheo? Jajajajaja
-Sera- Siento como me deja sobre una superficie cómoda. Al parecer alguien más escuchó mis gritos puesto que Simon a preguntando si todo está bien desde el umbral de la puerta. Luce un poco terrorífico con tan solo una lámpara que alumbra su rostro. Con la pequeña luz puedo notar que el CEO se encuentra desnudo del torso, su espalda luce perfectamente bien trabajada igual que todo su cuerpo. Me pongo nerviosa cuando el mayordomo se aleja con la única luz. Escucho pasos, movimientos, un cajón abrirse y posteriormente dos velas se encienden dándome la tranquilidad que tanto necesitaba. Afuera el cielo parece que va a caerse, como si la vida estuviera enojada, furiosa con algo, o alguien. — Por eso tenías tantas velas en tu habitación. Le temes a la oscuridad. — Creo que usted ya se había dado cuenta de ello— muerdo mi labio inferior. — No creí que tú temor fuese tan, fuerte. ¿Quieres contarme?— Me quedo estática, pensativa. Nuevamente estoy en esta habitación, nuevamente descanso sob
Abrí los ojos naturalmente. Respiré profundo. No había nadie en la habitación, tan solo una completa y notablemente avergonzada Sera. ¿En qué estaba pensando? Paso la palma de mis manos por mi rostro de forma fastidiada. «¿Cómo lo veré a la cara después de esto?» es imposible. Salto de la cama tomando mi ropa —la cuál se encuentra doblada sobre la mesita de noche— maldiciendo al apagón corro hacia mi habitación. Una vez allí dejo escapar un grito bajo de enojo. — ¡Tonta! Eres una boba Sera— Mi nueva misión. Evitar al señor Arcuri. Tomo algunas prendas de mi maleta. Hoy volvería a ver a Daniel después de saludarle el día anterior y contarle que estaría un tiempo aquí. Su carita de Ángel fue épica. Al salir de la ducha más larga que he tenido en mi vida, me coloco unos jeans negros de vestir, y como no sigo ningún estándar de belleza, me pongo unas zapatillas deportivas y un top de mangas color morado. Recojo mi cabello en dos coletas para al final hacer pequeños chongos en mi cabello
-Giovanny-— Entonces el viaje a Alemania en noviembre ya tiene fecha. ¿Cierto? ¿Giovanny?—¿Si qué decías?—Hombre, ¿En qué tanto piensas? Haz estado en las nubes toda la mañana.Sonrió de lado. Mis pensamientos solo tenían un rostro, un nombre y un sonido.Sera. No dejaba de pensar en ella, en lo suave que era su piel, en esos sonidos tan magníficos que salían de su garganta cuando hice su cuerpo estremecer y sus piernas temblar. Sé que va a ignorarme, sé que tratará de actuar como si nada hubiese pasado cuando la única realidad es otra.— ¿Es acaso esa asistente tuya la que tiene tus pensamientos tan perdidos?— Creo que nunca había estado más cuerdo que ahora. Y si te soy honesto Kevin, sí, Sera tiene un aura que me está hipnotizando. Claramente no es lo mejor.—¿ A qué te refieres? Eso es bueno. No eres una roca Giovanny. Y debo decir que esa chica es bastante hermosa— le miro mal.— Necesito que me consigas la asesoría de un buen abogado privado. Estoy seguro que voy a necesitar
-Sera- Una semana después. — No puedo creer que esté haciendo esto. Le temo a las alturas. ¿Ahora vamos a escalar una montaña y acampar en un bosque en medio de la nada? — ¿Juegas? Yo siempre quise hacer esto. Si hacer enfadar a papá hace que cumpla mis deseos. La haré más seguida— ríe. Yo niego con la cabeza. Durante toda la semana estuve pensando en cómo sobrellevar este fin de semana. Amanda sigue en coma, según los médicos la inflamación va bajando poco a poco y de seguir con ese proceso, las cosas mejorarían. Y quizás despertaría. Todas las noches deseo que así sea. Cuando el señor Arcuri me dijo que los acompañaría a acampar. Solo podía pensar en tres cosas; oscuridad, insectos y caerme desde las alturas. Llevaba más cosas de las necesarias en mi mochila. Pero estaba segura que terminaría usándolas. Traté de vestirme lo más cómodamente posible, unos shorts de mezclilla color marrón y camiseta holgada negra con un corazón en medio teñido de blanco. Me hice una coleta alta
-Sera-El trayecto se ha vuelto un poco callado. Demasiado para mí gusto. El canto de las aves es sencillamente majestuoso. Hacer caminatas jamás fue de mi agrado, pero está vez, merece completamente la pena.— No quiero hacer pesado el viaje pero. Debo comentarte algo Sera— presto atención a lo que dice. —Contraté a un investigador privado — lo miro confundida.— ¿Un investigador privado?— Asiente. —Llevará el caso de Amanda. Las personas que le hicieron daño pueden intentarlo contigo y al estar bajo mi protección eres mi responsabilidad de ahora en adelante.«Eres mi responsabilidad » ¿Por qué esas simples palabras me hacen sentir tan extraña.— Se lo agradezco muchísimoSeñor Arcuri.— Hablaremos después de algunas otras cuestiones. Y asuntos asociados con la empresa. Pronto deberé hacer algunos viajes fuera del país— Asentí. Estaba por preguntarle algo cuando mi pie tropieza con una raíz. Pienso que caeré de bruces al suelo pero no pasa. El brazo fuerte de Giovanny me detiene ante
Sera. El miedo empezaba a crecer en mi interior conforme la luz del atardecer se marchitaba. Pero él lo sabe, sabe que le temo a la oscuridad, sabe que si no me encuentra puedo entrar en una crisis. Por suerte cargo con una pequeña lámpara. Continuo el camino por dónde creo está la cabaña, y es que han pasado tres horas desde que me perdí. Me pregunto si Giovanny ya habrá llamado a los rescatistas. Ojalá sea así. Las nubes a este punto, han envuelto todo el cielo, los truenos y relámpagos ya se pueden apreciar a los lejos. No quiero que la lluvia me impida seguir mi paso. El bosque es tenebroso de noche, cada ruido me pone alerta. La idea de encontrar un Oso, un Alce o cualquier otro animal que pueda matarme me atemoriza. — Ay no— Maldigo al ver la lluvia caer de forma violenta. Mi cuerpo empieza a enfriarse rápidamente, sé que no moriré de hipotermia, aunque es seguro, que de un resfriado no me salvo. —¡Hola! ¡Ayúdenme!— Grito desesperada. A este punto no me importa despertar a
-Sera- Por un instante lo pienso, por un mínimo jodido instante recuerdo quién es el hombre que se encuentra retirando el nudo de mi bata en estos momentos. « Permítete sentir por un segundo, sin reglas, sin rocas, solo tú, solo él » Lo miro fijamente, está vez su mirada tranquiliza los latidos profundos de mi corazón. Abre los extremos de la única prenda que cubría mi cuerpo, quedando completamente expuesta ante su mirada. — Sei davvero bella (eres verdaderamente hermosa)—. Sus labios me besan, cierro los ojos sintiendo su brazo izquierdo debajo de mi espalda moviendo mi cuerpo hasta quedar exactamente en medio de la enorme cama. ¿Pasará? ¿De verdad dejaré traspasar todas mis barreras? Respiro profundo, siento el cuerpo tenso. El señor Arcuri vuelve a perderse entre mis piernas. Es, en este punto donde me gustaría alguna capa de bello que no me dejé tan expuesta, sin embargo mi cuerpo siempre estuvo en contra de dejarlo crecer. Aprieto las sábanas haciendo un puño con estás. El
-Giovanny-—¡Papá!— Daniel venía corriendo de lado de un chico más pequeño que él en estatura.— ¿Qué pasó? ¿Por qué bajaron del helicóptero? — Pase mi mano sobre mi rostro. No planeaba decirle que estaba decidido a demandar este sitio.— Tuvimos un inconveniente en la excursión. ¿Con ustedes todo bien?— Sí, fue lo mejor. Él es Oliver, mi amigo— me presento a un niño pelirrojo con pecas. Lo saludé desviando la mirada. Mi cuerpo se relajó al instante. Estaban atendiendo a Sera en una pequeña ambulancia.—¿Qué le pasó a Sera Papá?— Te lo explicaré todo en el camino. Hay que llevarla al hospital— Solté serio.Daniel se despidió de su amigo. Al parecer vivía cerca de nuestra residencia, lo cual esperaba mi hijo saliese más. Inmediatamente Daniel bombardeó a la rubia con preguntas. Mismas que trataba de evadir con sutileza. La señorita Llilvian no me dirigió la mirada en ningún momento, sonreí ante su notorio bochorno. Mientras ella iba en la ambulancia, dejaría a Daniel en la mansión pa