—¡Déjenme bajar!— grito tratando de acercarme al seguro de la puerta.—A ningún lado palomita. Viste algo que no debiste de ver. Que mala suerte tienes— se carcajea el hombre de coleta.— Duermanla y asegúrense que el Sheriff elimine la evidencia en las cámaras de seguridad— niego sollozando. Aprietan una toalla húmeda con una especie de olor extraño cubriendo mi boca y nariz, empiezo a sentir letargo en cada extremidad, un pitido se extiende alrededor de mis oídos.….Mi cabeza palpita, y siento una enorme somnolencia. Pequeños llantos me hacen ser consciente totalmente de lo que pasa.Mis ojos se cristalizan nuevamente. Estoy en una enorme habitación con literas al fondo. Una chica llora en una esquina, trae puesto un atuendo demasiado corto. Y las otras cuatro que le acompañan están tratando de consolarla.—¿En dónde…estoy?— pregunté aterrada.Una mujer de cabellos rojizos se me acercó. Su mirada se mantuvo sería en todo momento.—Antes solía decirle a las nuevas que sentía mucho,
Salí del despacho entrando la noche. No dejaba de darle vueltas al asunto de la familia, ¿Casarme? Eso no estaba en mis propósitos de año nuevo.Había llegado a los veintiocho siendo el futuro líder de la Riktigt hem ( casa Real).Y todo sin la necesidad de una esposa. No planeaba revelarme ante mi padre, él más que nada lo comprendía; comprendía que después de ver cómo mataban a mamá frente a mis ojos, no pondría en peligro a ninguna mujer nunca más. Él lo hizo, sabía el riesgo, se casó y no solo para crear descendencia, si no, por amor.—El amor debería ser un pecado. Y su penitencia debería ser el olvido—. Abrí la puerta de mi habitación.El costoso reloj de oro en mi muñeca marcaba casi media noche. Por fin me iría de está cuidad mañana a primera hora, Angus ya debe haber llegado a Berna. Anderson piensa que estoy muerto, no puedo arriesgarme a que descubra la verdad.Respiro profundo. De no haber sido por esa chica, estaría tres metros bajo tierra. Ahora que estoy recuperado, y q
—Debes estar bromeando. Ni siquiera haz visto a las demás. A parte no es muy agraciada, la dejamos sin comer dos días pero sigue gorda— cerré los ojos obligando a mi poco auto control a llevar las riendas. No podía crear sospechas sobre mi interés en la muchacha.—¿Cuántos años tiene?— pregunté lo que ya sabía. — No pasa de los veinte. Es de las nuevas, y vaya que da pelea, es todo una fiera— balbuceó acariciándole la mejilla. —Pero detrás de ello puede haber una fiera. Te la dejo en veinte mil. Por ser tu primera compra— Asentí. Le hice una seña a uno de mis hombres para que transfiriera la cantidad.—No acepto devoluciones. Los cubículos están arriba por si quieres probarla. Una vez firmes por ella deja de serAsunto mío.Melissa, ese era el nombre que tenía sus documentos. Su mirada reflejaba miedo, cansancio posiblemente por la droga que circulaba en su sistema. Hice una mueca. Afuera estaba nevando y solo llevaba un conjunto de lencería rojo que resaltaba los pequeños lunares y p
Una hermana perdida, siempre será una hermana. Años atrás. Giovanny Arcuri: — ¿Así que tenía una hermana? Confiesa padre. — Es una historia a parte de la nuestra Giovanny. Pero si querés saberlo. Sí, tenías una hermana. .... — No quiero morir— susurré al vacío de la noche. Apenas tenía fuerzas para mantener una brecha entre abierta en mis ojos. Podía oler la sangre, la humedad del musgo y la hierba llena de rocío. No sabía que hora era, mucho menos el día. Algo me decía que la madrugada pronto terminaría y el sol calentaría mi cadáver en cuanto mi alma, decidiera escapar de mi cuerpo. Un sollozo se atoró en las paredes secas de mi garganta. El frío había cubierto cada centímetro de mi ser. Podía sentir aún los dedos de mis manos, descansando sobre mi vientre. Mi vientre. «Lo siento tanto» Una nueva lágrima descendió por mi mejilla. — Lo siento tanto bebé— Abrí mis ojos con fuerza. Un dolor fuerte picó en mi pecho y cabeza. Tan fuerte que me fue imposibles respirar, pensar o a
—¿No te gustó la rubia? Es de las más hermosas del Kristallvind— Sonrío de lado negando lentamente con la cabeza. Tomo un sorbo al agua mineralizada dejándola sobre la barra. La hermosa mujer que intentó hipnotizarme con su escultural cuerpo, me dedica una mirada de reproche desde el otro lado del Pub. No me interesa en lo más mínimo, y sus intentos por cautivarme, estuvieron lejos de la sutileza, puesto que parecieron, vulgarmente déspotas. — Vine por Negocios Izan. Mi tiempo es esencial. Agradecería ser directos en esto de una buena vez por todas— mi voz se tornó un poco seca. Llevaba más de una hora escuchando la música ruidosa de fondo, llamando la atención de cualquiera y mi enojo empezaba a crecer. — El mercado negro nunca a sido uno de tus intereses principales. Pero Practar debió mencionarte sobre el Proyecto Dött hav— respiro profundo asintiendo con la cabeza.— Esa es la razón por la que estoy aquí. Si dejo el camino libre para que otro maldito como yo, entre en esto. Se c
Richmond Virginia - Aeropuerto (2019). «¿No te gustó la rubia?» Llegaba a mí ese recuerdo. Yo no amaba como otro humano. Quién me guío ante el mundo que me rodea, mencionó algo que jamás olvídaré. La única vez que salió de sus labios. — Desearás el cuerpo de mil mujeres, vendrá un momento donde tu deseo se calme, dónde nada te atraiga hasta que ella aparezca. La pareja destinada a tu espíritu, por quién serás capaz de crear una guerra, por quién serás capaz de matar a cientos de soldados con tal de protegerla. Y cuando ese momento llegue, el Mörkrets riddare tendrá por fin, una debilidad. Había dejado de sentir deseo por un cuerpo femenino hacía casi una década, en el instante en qué comprendí lo que estaba pasando, me llené de una ira incontrolable, una rabia interior, no por lo que significaba, no por saber que mi espíritu estaría atado a un alma mortal. Si no, porque por primera vez en mis siglos de vida, tendría una debilidad. Una maldita infernal debilidad. — Mira eso, ya va
—¿Akera me estás escuchando? Pareces algo ida— Me aclaré la garganta. — Claro, estoy bien solo, estaba pensando. —¿En el trabajo? Llevas un mes allí. ¿De verdad es tan estresante?— Negué. — Todo está bien. Solo estoy revisando los diseños de la revista. — Iré con Sasha al pub está noche. ¿Quieres venir?— Negué con la cabeza. — La señal de la red no está funcionando muy bien en el departamento. Creo que iré a un Cibercafé. — Solías salir de fiesta seguido. Tu papel de adulta responsable es admirable— Se burla perdiéndose entre los pasillos de la sala. Cuánto más tiempo pasaba, más peso en mis hombros cargaba. No podía ir a divertirme con mis amigas porque el alcohol estaba prohibido para mí. Llevaba más de dos meses de embarazo y la cita con el médico que me haría el aborto se había retrasado por el mal clima hasta la siguiente semana. Daniela hizo algunos arreglos en su habitación para cuidar de mi al menos un par de días. Mi coartada sería ayudarla con algún resfriado. El tra
—¿Tienes todo listo? Debemos actuar rápido. Interceptar ese camión es nuestro primer paso. — Tengo la ruta. Será complicado abrir la caja de seguridad. — Pensé que eras un experto en eso Evander. — Los explosivos son lo mío, sin embargo no podemos arriesgarnos a que la carga dañe el material del disco USB. — Puedo romper la caja, ¿Por qué te preocupas por eso? — No dudo de tu fuerza Rowen, lo que me preocupa va más allá de los malnacidos cerdos que están trabajando en esta operación. —¿Hablas de civiles?— Reí negando con la cabeza. En nuestras malditas conciencias iban tantos inocentes que había perdido el interés de contar o si quiera pensar en ello. — Las rutas son transitadas, es como si llevarán un maldito camión blindado de billetes. — Y en lugar de ello llevan un arma que podría crear la próxima guerra mundial. ¿Irónico no? — Vacile. — ¡A la mierda Rowen! ¿Por qué lo aceptaste? Jamás te haz inmiscuido en los intereses de los demás. Vives bajo sombras. ¿Por qué ahora de