Dolor, era lo único que permanecía en mi mente, en mi alma, en mi corazón.Desde cada amanecer, hasta cada puesta de sol.Mi estancia en casa del profesor Patrick no había sido de lo mejor. Tan solo dormía, lloraba y deseaba una y mil veces haber muerto aquel día.Si aquel día, porque han pasado almenos dos semanas desde que mi corazón se detuvo. Estoy mejor, según las pruebas que la doctora a hecho conmigo. Quizá mi corazón se encuentre bien físicamente pero, está destrozado. Cada parte de mi alma lo está.La culpa, el odio, el resentimiento, por alguna razón se habían vuelto más fuertes estos últimos días, como un huracán capaz de demoler todo a su paso. Cómo una sequía capaz de exprimir hasta la última gota de sentimientos. Mi tempestad aún no terminaba y dudaba de que fuese a acabar rápidamente.La casa solía estar muy sola, el profesor por obvias razones no estaba durante el día, almenos en horarios de clases. Su esposa trabajaba aveces turnos dobles y, cuando mucho la miraba dos
Lo que soy~—¿Quién te dijo esto?—pregunta.—Mi padre—Logan respira profundo. Me toma de la mano y empezamos a andar a toda velocidad.Cruzamos la calle casi corriendo. Logro reconocer su camioneta estacionada, saca las llaves y abre mi puerta, no me mira ni habla, entro sin poner queja alguna, siento la garganta seca y miles de sensaciones golpean mi sistema en estos momentos.Arranca con ferocidad rechinando las llantas en el asfalto, abrochó mi cinturón de seguridad con prisa, su mirada sigue las rutas de la carretera, los dedos de sus manos se tintan pálidos al apretarse con fuerza contra el volante, pequeñas gotas de sudor bajan de su frente.—¿Puedes ir más despacio?, vas a provocar un accidente—. Pero parece que mis súplicas tan solo lo han alentando a ir aún más veloz, no sé cómo es que esquiva los autos con tanta precisión, como si fuese un experto al volante.—Almenos dime, ¿a dóndeVamos?—Estoy harto de las mentiras Many, harto de dañar a los demás, de dañarte a ti—Cerra l
Ángeles CaliforniaUn año después-Me llevo este- cogí el libro de la estantería y lo coloqué sobre el mostrador. Después de leer la Sinópsis quedé encantada. A parte tenía una portada tan linda.-Es un muy buen libro, una historia dolorosa, profunda pero buena- comentó la mujer envolviendolo en un pequeño cartoncillo blanco.-Son cincuenta dólares- saqué el dinero de la cartera.-Que lo disfrute.-Gracias- respondí amistosa.Esperaba que "Mi Salvador de letras"se convirtiera en mi nueva distracción está semana.Antes de volver a mi departamento pasé a la pastelería de la esquina, vendían unas donas deliciosas, cubiertas de chocolate y rellenas de queso crema. Compraría un par más, esta tarde Adel vendría de visita, como cada jueves.Después de hacer mi pequeña parada regresé a mi hogar. Vivía en el quinto piso de un edificio cerca del centro. Lo había adecuado a mis gustos y necesidades, casi todo estaba pintado en tonos violetas, azules y rosa pastel.La chica gris que llegué a se
Barreras~¿Alguna vez has sentido que no eres suficiente para alguien?, ¿Qué no eres capaz de hacer algo correctamente?Yo sentí eso durante mucho tiempo, y, aún lo siento, sin embargo sé que soy capaz de lograr todo lo que me proponga.La vida es una hermosa mentira leí alguna vez, y la muerte una perfecta verdad.Ahora me encontraba viéndome fijamente en el espejo, observando esa sonrisa sincera que brillaba en mi rostro. Había aclarado un poco mi cabello, lucía diferente, y me sentía diferente. Acomodé la camisa rosa que decidí colocarme este día, esparcí algo de perfume y ya estaba lista para ir a mi primer día en la universidad.Hace meses hubiese pensado que esto sería solo un sueño. Un sueño que ahora se hace realidad. Salí de mi habitación colocándole comida y agua a Hunter. No me gustaba dejarlo solo, sin duda alguna le echaría de menos unas cuentas horas.—¡Many!— Me gritó Adel desde fuera.—¡Ya voy!— cogí mi bolso con lo necesario para salir.—Te portas bien— Hunter solo se
Torbellino~No podía creer que el estuviese aquí, justo cuando recién estaba por empezar una nueva vida.—¡Many tenemos que hablar!— Rodé los ojos, Adel me gritó desde el otro lado de la carretera.—¡No quiero hablar contigo!, ¡Debiste decirme!— grité.Me crucé de brazos, el semáforo cambió de color, genial ahora vendría a darm su sermón. Respiré profundo, Adel tomó su mochila cruzando la calle, estaba tratando de formular las palabras correctas en mi mente cuando el sonido ruidoso de un motor llamó mi atención. Abrí mis ojos con asombro, una camioneta blanca se acercaba a toda velocidad hacia la morena. No pude moverme, no alcancé a elegir palabra alguna, ella giró, me miró y luego, sentí que todo se había detenido.Mis oídos captaban tantos sonidos que, eran realmente molestos, me recargué a un lado del arbusto, tratando de que el aire llegará a mis pulmones, algunos gritos hacían contraste con una infinidad de maldiciones. Parpadeé confundida, sentí como el oxígeno entraba por mi b
Caer no es una opción, seguir caminando sí.~Mentiras~Mirando a la ventanilla del avión me dí el tiempo suficiente de pensar en mi vida. Cuando tenía catorce soñaba con estudiar Derecho y Bienes comerciales. Ahora, luego de conocer la verdadera oscuridad del ser humano. Siento que he caído por un precipicio aterrizando en un nuevo camino lleno de rocas, charcos de lodo y rosas marchitas.Intenté huir de mi pasado pero este simplemente se aferró a mí como si fuese lo único que importara. Me siento en un puente colgadizo, y tengo que en algún momento mi pie va ha resbalar...Llegamos a Inglaterra, el día estaba nublado y hacia frío. Al descender del avión nos dimos cuenta de que una camioneta negra estaba situada a unos metros.Bajamos tomando nuestras cosas, un chico salió de la camioneta, vestía un abrigo largo de color rojo, y gafas oscuras.—Vamos—Logan tomó mi maleta. Abracé con fuerza a Hunter, el viento fresco raspaba mis mejillas.—Sartori— pronunció el rubio con una mirada s
Marea de DecepcionesMe encogí de hombros restándole importancia. No me sentía del todo cómoda estando en casa de alguien que no conocía en un país que no conocía. Cerré mis ojos dejando escapar un largo suspiro. No quería pensar en mamá. No ahora, sabía que si indagaba en su recuerdo, me encontraría con un largo camino de dolor.Tomé a Hunter y busque entre mi equipaje otro suéter para abrigarlo, retirando el que ya había usado.—¿Cuánto tiempo crees que Logan nos tenga aquí?, Realmente me hubiese encantado seguir la universidad. Quizá nos dejen faltar un semestre— Mordí mi labio inferior reteniendo una emoción negativa.Deseaba que esto acabará lo más pronto posible. Tenía, debía regresar a mi vida.Una vida después de él, después de mi tormenta.—No quiero estar aquí— me crucé de brazos frustrada.—Tranquila, solo serán unos días, a parte, bueno la mamá de Breyden es… carismática.Mientras ellos se encargaban de no sé quién, nosotras debíamos permanecer encerradas. Me sentía cansad
Quédate.No entendía que estaba pasando. Ni Logan y mucho menos Breyden quisieron darme una respuesta. Estaba cansada de las dudas, de las mentiras. Breyden se fue en cuanto tuvo la oportunidad, ni siquiera se despidió de su madre. Mientras tanto trataba de evadir las miradas bochornosas que la morena me hacía. Era más que obvio, no me había visto por la mañana al despertar.Suspiré cansada, tomé un libro de mi maleta y me dispuse a leerlo a un lado de la sala. Mi amiga salió con mi pequeño a pasear por el jardín, no quería ver al rubio, una parte de mi sabía que ocultaba algo, y no estaba segura de querer averiguarlo.—Entra pequeño— levanté la vista, mi bola de pelos corrió hacia mi saltando al sofá.Suspiré, hace un par de horas me había tomado la pastilla anticonceptiva. Esperaba que no pasará tanto tiempo.—Hola, te divertirse allá afuera por lo que veo— acaricié su cabeza haciendo que esté se recostara en mis piernas.—Bueno, ¿Ahora me contarás?— preguntó Adel tomando asiento a