Sentí las mejillas enrojecer, esto era irreal esto era, por mucho, algo que creí jamás pasaría. Logan me había roto de mil formas y muy a su manera trataba de sostenerme. En su mirada vi un destello de arrepentimiento, pero a pesar de ello, existía cariño.Un chillido de sorpresa sale de lo más profundo de mi garganta cuando con fuerza envuelve su brazo en mi cintura y me acerca de manera peligrosa. Quiero replicar, quiero alejarme pero es como si mi cuerpo no reaccionara, su perfume es uno de los olores más ricos y varoniles que e olido antes.Cuando menos lo pienso siento su cálido aliento seguido de sus labios rodando los míos. Mi corazón parece querer salir de mi pecho, aún así hago uso de todo mi autocontrol para continuar, por qué si, Logan Starex y yo nos estamos besando al compás de la cálida balada que, muy poco se alcanza a escuchar desde el jardín.Es como si todos o la mayoría de nuestros problemas terminasen, solo existimos él y yo. Nos separamos por falta de aire, nuestr
La música empezó, deslicé las palabras de mi boca cargadas de sentimientos, cargadas de recuerdos he ilusiones vagas. Cerré los ojos dejándome envolver en la bruma intensa de la canción, saboreando cada sílaba cada verso, cada emoción. Y cuando la parte que Adel debía entonar llegó, no fue su voz la que llegó a mis oídos, abrí los ojos con sorpresa topandome su mirada intensa. Logan estaba a mi lado, tocando una guitarra y siguiendo la nota musical, de reojo ví como Adel, Neil y Breyden sonreían entre sí, lo que más capturó mi atención fue observar la mano entrelazada de Adel con Neil, deje pasar eso y preferí concentrarme en la canción.Muy pocas personas se detienen a observar las estaciones del tiempo, muy pocas personas se detienen a notar hasta la más mínima diferencia, se dejan envolver por las características físicas y no aquellas, vanas de emoción.El invierno no es invierno sin el verano o la primavera, el invierno no es el invierno sin el otoño. ¿Pero que es el invierno sin
Logan.Conducía con varias emociones en mi cabeza, ese maldito de André, si cree que está es una forma de vengarse de mí está muy equivocado. No sabe lo que le espera en el cuadrilátero el viernes. Me salto un semáforo por el puro hecho de que no hay tráfico a estas horas.Hace unos minutos que Many se quedó dormida, desde aquí puedo notar como sus mejillas aún están húmedas por las lágrimas. Aprieto el volante hasta que mis nudillos se tienden blancos. ¡Mierda! Ella no merece sufrir tanto.Hoy no la llevaré al edificio, necesita paz, tranquilidad, estamos a un mes de salir de vacaciones, a un mes de que la tan esperada graduación. Dentro de dos semanas cumplirá la mayoría de edad, será libre…Doy un par de vueltas más por una carretera casi no transitada, me meto en un sendero llegando a la casa que un día fue el lugar favorito de mi madre. Nuestro lugar favorito.Estacionó el auto a un lado de la casa y me apresuro a abrir la puerta para previamente dejar la maleta de Many en la sal
encontraba alguna expresión en su mirada. Era como si sus pupilas mostrarán un gran vacío. Un vacío que no le pertenecía. Recargue mi cabeza en la silla y respiré profundo.De pronto sentí su mirada a lado de mí, giré mi cabeza y sus labios se juntaron con los míos. Su aliento cálido me reconfortaba. Todo lo que tuve, quizá, quizá podría volver a tenerlo.—Eres perfecta para mí, nadie volvera ha hacerte daño, por favor, no te lo hagas a ti misma—susurró.Si era verdad, si era cierto, podía ser yo misma, nadie más me dañaría. Diana y Amber dejarían de molestrame, incluso Scott, todos ellos.Murmuré un simple okey, tal que fue suficiente para que él me sintiese.La mesera regresó con nuestro pedido. Había pasado tanto desde que no desayunaba otra cosa que una manzana. Tomé los cubiertos y corté un trozo demasiado pequeño, la mano me temblaba, pero aún así me armé de valor al llevarla a mi boca. Mastique más veces de la necesaria, y cuando sentí el dulce sabor bajar por mi garganta, un
Logan:—¡Despejen!—gritó uno de los paramédicos. Sentía un nudo enorme en la garganta.Ella no, ella no por favor.—La estamos perdiendo eleven la carga ahora. Vamos niña.Vi cómo en la máquina que medía el ritmo cardíaco de Mainyl aparecía una línea acompañada de un sonido ensombrecedor, un sonido que a nadie le gustaría escuchar o ser testigo de el.Cerré mis ojos apretando las manos en puño. Jamás le perdonaría a la vida habérmela arrebatado, mi única razón.—¡Inténtenlo de nuevo no pueden dejarla morir! — imploré derrotado dentro de aquella ambulancia. Ambulancia que llamé minutos después de no lograrla hacerla despertar.—Lo siento mucho muchacho, pero…No dejé terminar a la mujer cuando yo mismo. Inesperto tomé el desfibrilador y coloqué la carga al máximo. Para cuándo intentaron detenerme ya había rosado el pecho desnudo de la pelinegra en un intento de regresarla a la vida, de regresar algo que yo mismo daría por su bienestar.Mis ojos ardían por las lágrimas, mis ojos ardían
Había pasado tan poco y a la vez tanto desde la última vez que pensé terminaría. Desde la última vez que creí sería el fin.En mi mente deambulaba una y otra vez el recuerdo de sus palabras. Sentía una opresión en el pecho, como cuando estás tan preocupado por algo o por alguien, que no sabes que desición tomar, como ayudar.Ni siquiera sentía que estaba aquí, era como si mi existencia perdurará en este mundo pero sin sentidos, sin alma. Respiro profundo cansada de escuchar el aparato que mide los latidos de mi corazón, escucho la puerta abrirse y mi atención va fija a la doctora Martha.—¿Cómo te sientes Many—. Quisiera responderle como realmente me siento. Decirle que ya no hay nada más que pueda afectarme a tal nivel de destrozarme.—¿Sabes lo que pasó?—Pregunta y yo niego con la cabeza, mantengo la vista al frente, lejos de su mirada.—Tu corazón se detuvo, te reanimaron por varios minutos hasta que lograste volver.—Realmemte no me importa— Suelto secamente.—Bueno, quizá a ti no
Dolor, era lo único que permanecía en mi mente, en mi alma, en mi corazón.Desde cada amanecer, hasta cada puesta de sol.Mi estancia en casa del profesor Patrick no había sido de lo mejor. Tan solo dormía, lloraba y deseaba una y mil veces haber muerto aquel día.Si aquel día, porque han pasado almenos dos semanas desde que mi corazón se detuvo. Estoy mejor, según las pruebas que la doctora a hecho conmigo. Quizá mi corazón se encuentre bien físicamente pero, está destrozado. Cada parte de mi alma lo está.La culpa, el odio, el resentimiento, por alguna razón se habían vuelto más fuertes estos últimos días, como un huracán capaz de demoler todo a su paso. Cómo una sequía capaz de exprimir hasta la última gota de sentimientos. Mi tempestad aún no terminaba y dudaba de que fuese a acabar rápidamente.La casa solía estar muy sola, el profesor por obvias razones no estaba durante el día, almenos en horarios de clases. Su esposa trabajaba aveces turnos dobles y, cuando mucho la miraba dos
Lo que soy~—¿Quién te dijo esto?—pregunta.—Mi padre—Logan respira profundo. Me toma de la mano y empezamos a andar a toda velocidad.Cruzamos la calle casi corriendo. Logro reconocer su camioneta estacionada, saca las llaves y abre mi puerta, no me mira ni habla, entro sin poner queja alguna, siento la garganta seca y miles de sensaciones golpean mi sistema en estos momentos.Arranca con ferocidad rechinando las llantas en el asfalto, abrochó mi cinturón de seguridad con prisa, su mirada sigue las rutas de la carretera, los dedos de sus manos se tintan pálidos al apretarse con fuerza contra el volante, pequeñas gotas de sudor bajan de su frente.—¿Puedes ir más despacio?, vas a provocar un accidente—. Pero parece que mis súplicas tan solo lo han alentando a ir aún más veloz, no sé cómo es que esquiva los autos con tanta precisión, como si fuese un experto al volante.—Almenos dime, ¿a dóndeVamos?—Estoy harto de las mentiras Many, harto de dañar a los demás, de dañarte a ti—Cerra l